Paseo de Tacón o Militar. Por Emilio Roig de Leuchsenring. Comisionado Intermunicipal de La Habana (1928).
El Paseo Militar o de Tacón
Fue emprendida la iniciativa de la obra de ese paseo por Don Miguel Tacón en 1835, concluyéndola su sucesor Espeleta en 1839, extendiéndose desde el Campo de Peñalver hasta la fortaleza del Príncipe, con unas 2 000 varas de largo y 40 de ancho, 20 para la calle central y 10 a los laterales, divididas por cuatro hileras de álamos blancos, pinos y bambúes y ostentando bancos en abundancia.
Constaba de cinco plazuelas que lo interrumpía. En la primera estaba, y está la estatua de Carlos III (1); en la segunda, una columna estriada en el centro de una fuente, rematada por una estatua de la diosa Ceres, y en las demás, sendas fuentes, de las que, en la última, había una estatua de Esculapio.
Casi al final del Paseo se encontraba la Quinta de los Molinos, antigua residencia veraniega de los Capitanes Generales.
Este Paseo estuvo muy de moda al inaugurarse y hacía 1844 en que se hermoseó la calle de la Reina que a él conducía.
Hasta aquí la descripción de Emilio Roig del Paseo de Tacón en su obra «La Habana de ayer de hoy y del mañana», publicada en 1928 por el Sindicato de las Artes Gráficas de La Habana
La República y el fin del Paseo de Tacón
Muy agitada existencia tuvo el antiguo Paseo de Tacón durante la República. Tantos cambios sufrió a lo largo del tiempo que la primitiva alameda no se puede reconocer en la moderna avenida que hoy existe.
En la alborada de la República, el Ayuntamiento de la La Habana decidiría cambiar el nombre del antiguo Paseo de Tacón por el de Avenida de la Independencia. Sería este uno de los cinco nombres con el que se conocería la vía a lo largo de su historia (antes se había llamado Paseo Militar, Paseo de Tacón, Paseo de Carlos III y años después recibiría la denominación de Avenida de Salvador Allende).
Sin embargo, este nombre, como sucedió con casi todos estos «patrióticos» cambios, no caló en la gente que siguió llamando a la calle por el que siempre ha sido su nombre más popular «Carlos III».
Conocedor de este dislate, en 1936, el historiador Emilio Roig consiguió que el gobierno municipal pusiera la marcha atrás y devolviera al paseo su nombre popular de Carlos III, el cual mantendría durante toda la República y con el cual se conoce popularmente, aunque oficialmente se denomine de otra forma.
En 1955 la calle resultó afectada por otra ola modernizadora de las que frecuentemente golpeaban a La Habana:
El Ministerio de Obras Públicas decidió modificarla por completo para que se convirtiera en una avenida moderna que enlazara de forma directa el centro de la ciudad con la vía rápida de Boyeros.
El objetivo se cumplió, pero el antiguo Paseo de Tacón perdió casi todo su arbolado antiguo y frondoso, así como todas las fuentes del siglo XIX que habían sobrevivido. Esta reforma dio a la calle de Carlos III el aspecto que podemos observar hoy.
Avenida de Carlos III (Sitios de interés)
Gastronomía:
- Hamburguesera Carlos III (desaparecida)
- Cafetería Cuchillo de Ayestarán (desaparecida)
- Restaurante Don Pepe (desaparecido)
Plazas, parques y monumentos:
- Monumento a Joaquín Albarrán
- Parque Carlos Marx
- Monumento a Don Luis de las Casas
- Quinta de los Molinos
Centros Comerciales:
- Centro Comercial Carlos III
Otros sitios de interés
- Gran Logia de Cuba
- Ministerio de Energía y Minas
- Instituto de Literatura y Lingüística – Sociedad Económica de Amigos del País
- Hospital Clínico Quirúrgico General Freyre de Andrade (Emergencias)
- Casa de la Cultura de Centro Habana (antiguo Palacio de Alfredo Hornedo)
- Escuela de Estomatología
- Escuela de Veterinaria
Notas
- La descripción de Emilio Roig de Leuchsenring data de 1928. La estatua de Carlos III sería retirada de esa posición años después.
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