El Mercado de Tacón (o Plaza del Vapor), fue construido dentro del gran proyecto arquitectónico del denostado Capitán General Miguel Tacón, y sirvió de mercado de abasto a los antiguos asentamientos de extramuros de La Habana hasta que fue derribado a comienzos de los años 60 del pasado siglo.

Ubicado entre las calles Dragones, Águila, Galiano y Simón Bolívar (antigua calle Reina) este enclave en el aún virgen entramado de extramuros de la ciudad fue vital para organizar el surgimiento desde 1818 de las ferias itinerantes de compra y venta de animales, frutas y enseres diversos en esta nueva zona de la ciudad.

Además de la excelente ubicación de aquel descampado, al cual se podía llegar en línea recta desde las puertas de Tierra y Monserrate, yendo en dirección a la futura expansión urbana hacia el oeste que se consolidó con la construcción de la avenida de Carlos III, el plan de reformas de 1824 fue determinante para que los primeros mercaderes itinerantes comenzarán a establecer pequeños y precarios puestos de venta.

En verdeazulado se observa la ubicación del Mercado de Tacón o Plaza del Vapor en 1867, en rojo está la ubicación del antiguo Campo de Marte, actual Parque de la Fraternidad, lugar donde se montó un mercadillo durante los dos años que tardó en reconstruirse el antiguo mercado tras el incendio de 1872.

Pues hasta entonces el espacio utilizado en aquellos primeros años del siglo XIX no era otra cosa que un amplio descampado cruzado por varios trillos donde al llover se acumulaba el agua, provocando que el intercambio comercial resultase interrumpido constantemente. Señala el Dr. Emilio Roig de Leuchsenring que sobre 1828 tomaron asiento continuado algunos mercaderes menores en esta cuadra.

Sería el general Tacón a comienzos de 1836 quién llegaría a un acuerdo con aquellos comerciantes para levantar en aquel improvisado mercadillo una construcción a la altura de las pretensiones constructivas del Gobernador español y su monumental plan maestro.

El Mercado de Tacón

Debemos a Manuel Pastor, ingeniero y amigo íntimo del general Tacón, el primer plano de obra de dicho mercado. La construcción de albañilería, según el historiador Pezuela, «constaba de una extensión de 110 varas por 145… Por todas partes se descubre el espíritu de orden y el buen gusto del general que le proyectó en este gran bazar pues es una obra pública que no tiene Madrid, y aún en París y Londres hay muy pocas de su clase que le excedan».

Aunque el proyecto no revestía mayor trascendencia arquitectónica que el de servir de mercado de abasto, fue este un hito habanero al ser el primer mercado construido de albañilería, aunque el ingeniero Pastor hizo uso de grandes cantidades de madera. En la reconstrucción del mismo se volvió a marcar un hito cuando el arquitecto Raynieri hizo uso en el techo de vigas de acero espaciadas a 70 cm y sobre ella losas de barro.

El arquitecto e historiador Joaquín Weiss detalla que «la planta se resolvía en cuatro crujías dobles interrumpidas solo por las entradas en el centro de cada calle, con portales en todo el contorno exterior e interior, formando en el centro un gran patio«.

El nombre de Plaza del Vapor se debe a que Francisco Marty, hombre fuerte de la camarilla del General Tacón, principal inversionista del Teatro Tacón y rey del monopolio del pescado en la capital, tenía una pequeña fonda en una de las esquinas del mercado con un cuadro del vapor Neptuno que fue el primero en realizar el trayecto Habana-Matanzas en 1819.

Continúa Weiss señalando que «a diferencia de las crujías que se dividían en numerosas casillas -unas que abrían hacia dentro y otras hacia fuera- destinadas a la venta de disímiles artículos y productos«. La carnicería, uno de los sitios más visitados, tenía reservado «un pabellón transversal en el patio, con portales a ambos lados, estando así bien aislada y ventilada«.

Un terrible incendio devoró gran parte del mercado en la madrugada del 6 al 7 de septiembre de 1872, que algunos cargaron a los insurrectos mambises y otros a los voluntarios españoles, casi dos años tardó el ayuntamiento en poner en funcionamiento nuevamente el mercado. El estilo imperante en la nueva construcción marcó el camino del futuro mercado de Colón, situado donde hoy se levanta el museo Nacional de Bellas Artes, cercano al Palacio Presidencial.

Plaza del Vapor, antiguo Mercado de Tacón
Detalle de la publicidad en la esquina de la calle Reina de la Plaza del Vapor, antiguo Mercado de Tacón en 1904

De noche particularmente presenta mucha animación, hallándose toda la plaza alumbrada con gas y muy visitada por las muchachas de extramuros que van a hacer sus compras. La Plaza del Vapor, además, encierra cafés, barberías y toda especie de establecimientos; puede decirse que es la capital de La Habana, así como el Palais Royal podría llamarse la capital de París

Tomado de Nicolás Tanco Armero en su Viaje de Nueva Granada a China y de China a Francia

Segunda etapa: Incendio y reconstrucción

La reconstrucción del mercado corrió a cargo de Eugenio Rayneri y Sorrentino quien, entre otros proyectos de la época, destacó por la construcción de la mansión de la marquesa de Villalba. Raynieri además tuvo que hacerse cargo de las obras del cementerio de Colón cuando Calixto de Loira, el arquitecto original, falleció dejando inconcluso el proyecto.

Los problemas para remodelar el incendiado mercado venían dados porque en el acuerdo de construcción firmado por el general Tacón las casillas exteriores quedaban en propiedad de los comerciantes que habían pagado alquileres elevadísimos para acelerar la construcción del edificio. Estos propietarios exigían al ayuntamiento, cuya propiedad solo era extensiva al patio interior, que pagase el monto total de la reconstrucción del mercado.

Plaza del Vapor, Mercado de Tacón
El reloj de la parte superior también fue introducido por Raynieri cuando remodeló la antigua Plaza del Vapor o Mercado de Tacón

Finalmente aprobado el proyecto de Eugenio Raynieri, esta vez bajo el nombre con el cual era conocido por todos los habaneros de La Plaza del Vapor, según refiere Weiss constaba esta «de una planta baja, entresuelo y piso alto, con un portal en todo el perímetro de la altura de los dos primeros… Los soportes eran pilares cuadrados con pilastras dóricas adosadas.» Y sobretodo destaca el arquitecto e historiador «las muy notables, por la belleza del diseño y la variedad de tamaños y formas, eran las barandas de hierro forjado de los balcones del piso alto y del entresuelo«.

La Plaza del Vapor en el siglo XX

El 2 de julio del año 1918 dejó de funcionar como mercado de abasto y consumo, desplazándose aquellas funciones al antiguo depósito y estación de Villanueva y posteriormente a la demolición de este edificio, pasaron estas funciones al Mercado Único de Cuatro Caminos. En 1936 en los terrenos interiores de la Plaza del Vapor seguía funcionando como mercado pese a que en aquel año se derribaron gran parte de las armazones de hierro existentes en el patio interior.

Plaza del Vapor, antiguo Mercado de Tacón
Visión de los portales de la Plaza del Vapor, antiguo Mercado de Tacón en 1904

Esto posibilitó que se realizasen diversos eventos deportivos y culturales en el interior del antiguo Mercado pero tras el cierre del anteriormente mencionado, Mercado de Colón o Plaza del Polvorín en 1947 los comerciantes de aquel lugar fueron realojados en el interior de la Plaza del Vapor.

A comienzos de los años 50 los casilleros externos seguían contando con numerosísimos negocios, se dice que cerca de 180, y destacaban sobre todo en aquel gran bazar los negocios destinados a la venta de billetes de lotería, provocando que algunos periodistas de crónicas habaneras lo consideraran el Mercado del Billete.

La parte alta del antiguo mercado de Tacón se convirtió en ciudadela albergando a casi 200 inquilinos. Aunque algunos cronistas hablan de prostitución en este lugar no hay demasiados indicios que apoyen estas tesis pues el trasiego constante de curiosos y visitantes estaba dado por la gran cantidad de negocios que albergaba el edificio.

Finalmente el descuido y la falta de mantenimiento provocaron que el antiguo mercado de Tacón o Plaza de Vapor fuera demolido en los primeros años de la década del 60 del siglo pasado. En un primer momento la idea de realizar un gran complejo de apartamentos cobró fuerzas pero posteriormente se decidió realizar allí un parque, llamado primeramente de América Libre y luego conocido con el nombre actual de «Parque del Curita», haciendo referencia a Sergio González, el Curita, miembro del Movimiento 26 de Julio.