En una imagen que apenas se podría vislumbrar ahora, el Vedado Tennis Club (VTC) nació como respuesta de los inquilinos de esta zona acomodada de La Habana a los clubes de la Playa de Marianao. Aunque nacieron como «club de tennis» el mar terminó por bañar los terrenos de la institución que rápidamente escaló como un gran centro social y de regatas para la aristocracia habanera.

A diferencia del Habana Yacht Club (HYC), en el lejano oeste que entonces pertenecía a la Playa de Marianao, el Vedado Tennis Club (VTC) brindaba a sus socios el esparcimiento en zona tan inmediata como Calzada y 12, zona privilegiada del Vedado habanero.

El 9 de junio de 1902 aquellos lares no eran aún lo que luego serían; los socavones de tierra, el fango y la maleza salvaje ocupaban grandes zonas del Vedado como relata Renée Méndez Capote, mas, los fundadores del club confiaron en que el Vedado, a diferencia de los clubes del Oeste, sería un enclave referente para el mundo social y deportivo de La Habana.

Una pequeña cabaña en 5ta esquina a Paseo

A pesar del magnífico edificio que aún se conserva del Vedado Tennis Club (VTC) en sus orígenes más comedidos estaba el de ser un club privado de «Lawn Tennis«. Al menos así lo consignaba la primera acta que se levantó en casa de José A. Ariosa, primer secretario -con carácter interino- del club.

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Primera cabaña donde los miembros del Vedado Tennis Club guardaban las ropas e instrumentos deportivos, donada por Luis G. Rabell.

En esa junta se eligió la primera directiva conformada por René Berndes -presidente-, Luis Rabel -tesorero-, J.A. Ariosa -secretario confirmado-, y tres vocales (Alonso Franca Álvarez de la Campa, Miguel Morales y Federico Morales).

Las primeras referencias hablan de un núcleo menor de treinta miembros que rápidamente se consolidó como el grupo de fundadores. Los apellidos de aquellos primeros integrantes -además de los ya mencionados- sonaran por la repercusión que tenían en aquella Habana primigenia de los albores republicanos. Blanco Herrera, González de Mendoza Montalvo, Bacardí Lay, Freyre de Andrade, Cabrera Marcaida, Lasa, Conill Rafecas… los apellidos de estos fundadores eran provenientes de las grandes familias aristocráticas de entonces.

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Primera junta directiva del Vedado Tennis Club.

A pesar de estas referencias, los miembros fundadores debieron aunar grandes dosis de interés y paciencia para mantener vivo el club y evitar que sucumbiese como otros antecesores clubes de Lawn Tennis fundados con anterioridad en zonas, a priori, de mayor volumen de socios potenciales. Este fue el caso de la «court» de los señores Vanderwater fundada en el año 1885 en la esquina de San Lázaro y Crespo, y donde era común que se juntasen los empleados ingleses de la Compañía de Ferrocarriles.

En plena ocupación militar estadounidense se fundó en el barrio de Tulipán el «Tulipán Tennis Club» por G. Millington, con la finalidad de juntar a ciudadanos estadounidenses y cubanos. Estas dos nobles intenciones de clubs de tenis no consiguieron enraizar lo suficiente en la sociedad cubana, a diferencia del Habana Yacht Club (HYC) fundado por ciudadanos estadounidenses, pero que rápidamente consiguió una base social nacional que le garantizó la supervivencia y preeminencia como el gran club social habanero anterior a 1959.

Sentimiento y expansión

De aquella rústica cabaña que debió mucho al esfuerzo de Luis G. Rabel y terminada unos meses después de la fundación del Vedado Tennis Club (VTC) apenas hay fotografías. El notable crecimiento y popularidad del club la hicieron anacrónica rápidamente, al igual que a su vecina dedicada a las damas que comenzaban a organizarse dos días a la semana.

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En los primeros años, para sostenerse con sus propios ingresos, el club emitió varias emisiones de bonos y derramas. Los bonos fueron adquiridos en su totalidad por los socios que posteriormente renunciaron a ellos donándolos de nuevo a la entidad con el fin de dotarla de mayor poderío económico y sostenibilidad. Se debe notar el sentido de pertenencia de los miembros de la alta aristocracia habanera hacia el Vedado Tennis Club (VTC), sentimiento que solo se multiplicaría con el tiempo.

Entre junio de 1904 y julio de 1906 el crecimiento gradual y sostenido obligó una mudanza a la zona de Calzada esquina a 6. Posteriormente se fueron adquiriendo paulatinamente los terrenos adyacentes a una caseta que estaba en la zona actual de las canchas de tenis hasta ocupar la parcela con la que llegó a enero de 1959. Por un breve lapso, durante la construcción del primer gran edificio del club social, se trasladaron a los terrenos de la familia Alexander en la calle Calzada, hacia 10.

Tras la mudanza a la nueva ubicación el club comenzó a mejorar sus instalaciones. Se ensanchó el salón, se colocó un voladizo para acoger a mayor cantidad de miembros a la sombra, se colocaron más taquillas y se amplió el personal que cuidaba del club. El presupuesto se amplió aumentando la cuota de tres pesos oro español a cuatro con veinticuatro.

Segunda y tercera edificación del Vedado Tennis Club

A comienzos de agosto de 1911 el club -entonces en muchos membretes aparecía como «The Vedado Tennis Club (VTC)»- recibió la autorización de la Secretaría de Obras Públicas para la realización de obras en el edificio, las pistas y el muelle en los terrenos comprendidos por la calle Calzada, 14 y el litoral marítimo.

El alcalde Julio de Cárdenas colocó la primera piedra del edificio el 21 de enero de 1912 y no sería hasta mayo de 1913 que se daría por finalizada la nueva sede del club, realizada de acuerdo a un proyecto de Morales y Mata, firma encabezada por los arquitectos Leonardo Morales Pedroso y José Mata (sobre su curiosa tumba te contamos aquí y aquí).

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Piscina reacondicionada del antiguo Vedado Tennis Club, actual Club 500 (las imágenes actuales de este artículo pertenecen al moderador del grupo Fotos de La Habana, Carlos Espinosa).

Sobre este edificio, las obras y el proyecto puedes leer aquí. Pasamos entonces al tercer edificio, y el que ha llegado a nuestros días convertido en Círculo Social Obrero José Antonio Echeverría, remozado recientemente y reinaugurado bajo el nombre actual de Club 500.