Renée Méndez-Capote Chaple, la cubanita que nació con el siglo, como ella misma se tituló, fue una de las cronistas y escritoras más prolíficas de su tiempo. En su obra literaria hay algo de costumbrismo, que se mezcla con una prosa fresca que tiene la potestad de transportarnos en el tiempo.
Nació en La Habana, el 12 de noviembre de 1901 -hija del General Domingo Méndez-Capote y María Chaple Suárez-, en el barrio del Vedado, del cual dejó excelentes crónicas que hemos publicado en este sitio.
Renée Méndez-Capote y su tiempo
Yo nací inmediatamente antes que la República. Yo en noviembre de 1901 y ella en mayo de 1902, pero desde el nacimiento nos diferenciamos: ella nació enmendada y yo nací decidida a no dejarme enmendar
Tal caracterización de si misma encierra la verdad de su vida, pues Renée Méndez-Capote fue de esas mujeres que desde bien temprano tomaron conciencia -gracias a la educación progresista brindada por su padre-, del papel pasivo que jugaban las féminas en la sociedad de entonces, y creció para romper esquemas.
Fue una sufragista importante, fundadora además del Lyceum, una importante sociedad feminista, creada junto a otras activistas importantes como: Berta Arocena de Martínez Márquez.
El Lyceum crecería para convertirse en un importante movimiento, que en la práctica actuaría como un lobby feminista, en el parlamento cubano. Gracias entre otras cosas a la adhesión de importantes damas, de las familias más influyentes de la burguesía cubana.
Políticamente estuvo muy cerca al movimiento comunista, motivo por el cual guardó prisión en 1935, a diferencia de su hermana Sara, que fue miembro destacado del Ala Feminista del Directorio Estudiantil Universitario.
Varias fuentes, incluida ella misma, consignan su tragedia a bordo del Morro Castle, cuando estuvo a punto de perder la vida mientras viajaba a hacerse cargo de un puesto en la embajada cubana en París. Su vinculación comunista, hizo que circularan versiones acerca de su protagonismo en el supuesto sabotaje a la embarcación, actualmente son hipótesis descartadas, pero entonces fueron bastante fuertes.
Renée Méndez-Capote fue una destacada escritora, periodista, y traductora, que legó títulos imprescindibles de la literatura cubana como: «Memorias de una cubanita que nació con el siglo«, o «Amables figuras del pasado«, donde desde una visión muy personal nos ofrece estampas de la Habana de su época.
Dicen que si lees Paradiso a conciencia, y sientes el olor de la natilla, entonces sabes que lo has entendido. Con los títulos anteriores a este autor le sucede lo mismo, puede ver a la niña lanzándole bolitas de papel al muchacho del piso de abajo que no dejaba de escribir, y que resultó ser Emilito Roig; veo la cara de embelezamiento conque la pequeña miraba a Manuel Sanguily, la escucho diciendo inocente que creía que era bello…
Leer sus memorias es asistir a un viaje en el tiempo, cuando te describe la dulcerías, los chinos ambulantes, los café…
La labor literaria, política y activista de Renée Méndez-Capote se complementa con una labor artística importante, desde la Secretaria de Bellas Artes, desde el museo, o al frente de la revista de la Biblioteca Nacional.
Esta mujer que vivió la vida con la máxima de la utilidad de la virtud, falleció en La Habana, el 14 de mayo de 1989, a los ochenta y siete años. Con su partida se iba la última de aquellas amables figuras del pasado.
Trackbacks/Pingbacks