El «Antiguo Bilbao» fue un almacén de víveres que se encontraba situado en la intersección de las Avenidas 51 y 57, a la entrada del barrio de Los Pocitos, en Marianao.

Se estableció en ese lugar en 1795 como panadería y dulcería El Bilbao y medio siglo más tarde, en 1842, se convirtió en una fonda que, a su vez dio paso al almacén de víveres, cuyo primer propietario fue Eugenio Andino Gutiérrez.

Luego pertenecería a Gabriel López Martínez y ya en la segunda mitad del siglo XIX al adinerado Gerónimo Díaz Quijano, padre de la patriota local Luisa Quijano, quien además fuera por muchos años el propietario del Hotel Bilbao, colindante con el almacén de víveres.

Justo frente al Bilbao (luego Antiguo Bilbao) se encontraba el paradero de las diligencias que enlazaban el pueblo Marianao con La Habana a través de la línea Calzada Real – Puentes Grandes – Calzada del Cerro, cuando aún no existía el ferrocarril de Concha.

Antiguo Bilbao de Marianao
El Antiguo Bilbao en la intersección de las Avenidas 51 y 57 en Marianao

El Antiguo Bilbao, orgullo de Marianao

La estación de diligencias, junto al Bilbao convirtieron al cuchillo de 51 y 57 en una de lss esquinas más concurridas del viejo Marianao. A su vera prosperaron los más disímiles negocios: fondas de españoles y chinos, tiendas de ropa, licorerías.

Sin embargo, con el advenimiento del nuevo siglo, Marianao perdió la condición de zona de veraneo preferida por las clases adineradas de La Habana y los otrora elegantes repartos del municipio comenzaron a proletarizarse.

Así, también la esquina del Bilbao fue perdiendo fuelle: los comercios cedieron clientela y el viejo y elegante hotel Bilbao se convirtió en una casa de inquilinato.

Los vecinos comenzaron a llamar al vetusto almacén de víveres el «Antiguo Bilbao que, todavía en 1956, era un surtido comercio con panadería, dulcería, bodegón, cantina y una posición privilegiada que le había permitido sortear todas las crisis.

Su amplio portal adornado con columnas cilíndricas se encontraba siempre atiborrado de clientes y en el frontis de sus neoclásica fachada, el edificio lucía orgulloso el «1795», año de su fundación.

Tras el triunfo de la Revolución Cubana de 1959, el Antiguo Bilbao fue nacionalizado por el nuevo gobierno de la Isla y paso a ser propiedad estatal.

El inmueble, que sobrevivió hasta finales del siglo XX, tuvo a partir de entonces diversos usos, pero el paso del tiempo, unidos a la falta de mantenimiento provocaron que llegara a un estado ruinoso y que fuer finalmente demolido.