Por más de cien años la Revista Bohemia ha acompañado semanalmente a los cubanos. Aunque con varias etapas que definen también a varias generaciones y sirven de parte aguas del proyecto de la nación cubana. Esta revista se ganó entre los años cuarenta y cincuenta el culmen absoluto de lo que una revista podía y debía ser.
Convertida en una marca por sí misma creó secciones (Tele-Radiolandia, La Farándula Pasa, En Cuba…) que abarcaban todos los sectores de opinión e información de los ciudadanos cubanos. Desde la portada hasta los crucigramas -durante sus casi cien páginas en las ediciones de los años cincuenta- se convirtieron en el medio de información de mayor fama y veracidad del país.
Sus tiradas semanales de doscientos mil ejemplares en esos años marcan la época dorada del periodismo cubano que se expandió más allá de la Isla para tener repercusión en Caracas, Ciudad de México o Nueva York. En ésta última se dio el curioso caso de que la policía de inmigración emboscaba a los latinos que compraban las revistas en ciertos quioscos, vigilados de antemano por los agentes. Así a cada comprador le pedían los documentos de residencia provocando la expulsión de cientos de indocumentados latinoamericanos.
Entre las novedades de la revista Bohemia se incluía el tratamiento exclusivo a los vuelos de la Pan American realizados los viernes, día de salida semanal, en los que se repartía a los pasajeros el número correspondiente para evitar que se perdiesen las noticias y reportajes de actualidad. Este detalle demuestra la importancia y repercusión que tenían los reportajes e informaciones que salían en la revista y la importancia de su tirada para la sociedad cubana.
De humilde revista semanal y literaria a la gran revista en español del Caribe
Era una momento complicado para la nación tras el período de intervención estadounidense. La revista El Fígaro -la primera gran revista cubana en tener repercusión internacional- comenzaba a languidecer entre los viajes a España de Pichardo y la dirección de Ramón Catalá; por su parte Cuba y América de Raimundo Cabrera sufría problemas económicos que impedían una consistencia en su tirada.
En esos años otras revistas importantes en fundarse fueron Azul y Rojo (por la doble tinta con que se imprimía) de los hermanos Monte que no tuvo suerte para arraigar a pesar de la calidad de su contenido. Entre 1904 y 1910 el periódico El Mundo publicó El Mundo Ilustrado, dicha edición dominical contó con la colaboración de algunos de los más notables historiadores, periodistas y escritores del período pero igualmente no consiguió mantenerse.
En 1905 se funda la purista Letras de José Manuel Carbonell, su estilo de solo texto parecía un anacronismo anunciado cuando el mercado se movía hacia las revistas ilustradas y de marcado carácter visual que había impulsado El Fígaro. Un par de años después, en 1909, se funda la Revista de la Biblioteca Nacional por Domingo Figarola Caneda que en distintas etapas ha llegado hasta nosotros.
¿1908 o 1910? Una polémica fundación
Aunque algunos medios -incluida la propia edición del cincuentenario de la revista Bohemia- dan como fecha de fundación una tirada del 10 de mayo del año 1908 no hemos encontrado dichos números en ningún lugar. El primer número disponible es el correspondiente al 7 de mayo de 1910 que en su encabezado señala «Revista Semanal e Ilustrada. Época 1, número 1».
En la edición del 12 de mayo de 1918 se hace referencia a los ocho años de vida de la revista y en la edición del 9 de mayo de 1920 se refieren a los diez años de fundación en un editorial firmado por LA REDACCIÓN. Por tanto, aunque la empresa que imprimiría y gestionaría a la revista Bohemia date de 1908, parece ilógico contar a esos números como canónicos de lo que luego sería la revista, toda vez que la propia revista en sus primeros años no lo consideraba así.
No es este el único punto nebuloso de su historia, en el año 1926 con el cambio en la dirección de la empresa -de padre a hijo- se modificó también el volumen pasando del volumen XVII (10 de enero de 1926) al volumen XVIII en la edición del 17 de enero de ese año. Con el tiempo esto volvería a ocurrir y las futuras ediciones de la revista, al igualar volumen con año, alterarían la realidad histórica anteriormente citada. Quizás esto no haya sido en ningún caso una omisión involuntaria, pero debemos reflejarla como lo percibimos.
Su director y fundador, don Miguel Ángel Quevedo -quien llegó a fungir como administrador de El Fígaro- era un periodista bregado en el ambiente intelectual de aquellos años, por eso resulta desconcertante que no se conserve ninguna revista de aquella tirada inicial de 1908.
El despegue del «eco de la calle»
El diseño y estilo de la revista en sus primeros años es muy similar al de Pichardo y, quizás por poseer un nicho de mercado similar a esta revista, no consiguió grandes números en sus primeros años. Sin embargo, paulatinamente la revista se iría expandiendo a cuestiones de actualidad, entretenimiento e información general que le abrieron mayor mercado.
Es la otra ilustración artística semanal de Cuba. Fue fundada hace seis años por su actual director y propietario don Miguel Ángel Quevedo, inteligente periodista, que con anterioridad había trabajado en El Fígaro. Ha luchado Bohemia
incansablemente y con éxito hasta conquistar el prestigio y popularidad grandes que hoy goza.Por su perfección tipográfica, así como por su parte literaria artística, es una hermosa publicación que honra a la prensa cubana. Tiene edificio, maquinaria y talleres de su propiedad. Su circulación es muy grande.
Así se describe a la revista en el El libro de Oro Hispano-Americano editado en 1917. En estos años todavía los periódicos son los reyes de la prensa escrita y a las revistas les cuesta hacerse hueco en el mercado, eso cambiará en gran medida en las siguientes décadas. Nótese la referencia a los «seis años» de fundada la revista.
En el peor momento para la revista, mediados los años veinte cuando la tirada había tocado sima con apenas cuatro mil ejemplares, toma el mando de la revista Bohemia el señor Miguel Ángel Quevedo y Lastra. La nueva generación llega a la dirección y comienza el proceso de renovación de este medio semanal en algo más que entretenimiento frugal y visión acomodada de la realidad.
La prórroga de poderes del gobierno de Machado y la censura que embarga a varios medios da alas a la revista Bohemia que decide ir más allá que otros medios en la denuncia de los desmanes del régimen. Ganándose con su valentía una mayor atención de la población (la edición del 6 de agosto de 1933 tenía una carta en la que pedía abiertamente a Machado que abandonase la presidencia).
La revista Bohemia ya rondaba las cuarenta páginas y su edición del 20 de agosto de 1933 (más de cien páginas y una tirada de cuarenta y cinco mil ejemplares) acusó directamente a las instituciones gubernamentales que dominaban la política nacional. Algunos historiadores consideran que sin este número que alentó a la masa popular no hubiese sido posible el golpe de estado del 4 de septiembre. Aquel cuartelazo que llevó al poder al sargento Fulgencio Batista marcó un cambio de rumbo en la política y la sociedad republicana.
Se despojaban así los jóvenes nacidos en Cuba Libre de la herencia de la manigua redentora donde sus mayores se habían ganado la independencia. Comenzaba una nueva época que duraría hasta 1952 durante la cual la revista Bohemia marcaría el pulso social, político y cultural del país con una soberanía y conducta democrática ejemplar.
La revista Bohemia, la más importante de todas
Su relación ambivalente con el poder le granjeó gran popularidad. Los distintos debates, cartas abiertas y confrontaciones que desde sus páginas se hacían iban en todas direcciones y como acuñase su director «el precio de Bohemia es de solo quince centavos». La popularidad de la revista era el gran escudo de este gigante del periodismo nacional. Es imposible enumerar a todas las grandes figuras nacionales y extranjeras que desde sus páginas llenaron la actualidad del país.
Años | Ejemplares por tirada |
---|---|
1926 | 4 mil |
1933 | 45 mil |
1948 | 125 mil |
1953 | 260 mil |
1958 | 315 mil |
Desde sus páginas se dio cobertura a todas las vertientes políticas del período. A partir del final de la Segunda Guerra Mundial se dio especial tratamiento a la figura de Stalin y la dictadura comunista que estableció en la URSS. Defensora de la democracia participativa atacó al fascismo, al comunismo y al militarismo de las dictaduras latinoamericanas.
El golpe del 10 de marzo de 1952 y las sucesivas acciones contra la dictadura establecida por Fulgencio Batista (a quien caricaturizaron en una viñeta con el nombre de «reyecito criollo«) provocó no pocas censuras por parte del gobierno anticonstitucional. La revista Bohemia dio cobertura a las acciones realizadas por los seguidores de Fidel Castro y los sucesivos asesinatos ejecutados por las fuerzas represivas del Estado.
En esto
En esos años se dio una curiosa situación cuando el gobierno del dictador español Francisco Franco pretendió que la revista Bohemia se retractara de un artículo en que se le acusaba de asesinar a un alto mando del gobierno en Cataluña. Sin embargo, el general Batista se negó a forzar a Quevedo a realizar dicha rectificación apelando a la «libertad de prensa» generando tensiones entre ambos gobiernos.
Miguel Ángel Quevedo y Lastra se mantuvo al frente de la revista Bohemia hasta mediados del año 1960 cuando se exilió, y posteriormente se suicidó, en Caracas dejando una conocida carta en la que acusaba al gobierno Revolucionario, encabezado por Fidel Castro, de su acto. El periodista Enrique de la Osa, una de las firmas más conocidas de la revista, sería el director durante más de una década.
En la actualidad la revista Bohemia se imprime quincenal o mensualmente y raramente la tirada ronda los cien mil ejemplares, siendo más accesible las ediciones en formato digital. Tanto la calidad visual como investigativa de la revista ha perdido el acierto y rigor que llegó a ostentar en sus mejores años, conformándose con ser un medio que sigue la línea oficial del Estado cubano.
LIBRE PENSADOR MASON ANTICOMUNISTA – VICTIMAS DE FIDEL CASTRO -Miguel Ángel Quevedo y de la Lastra, director de la mítica revista Bohemia, se quitó la vida en su apartamento de Caracas, disparándose en la sien con un revólver calibre 38.Fue una tragedia personal y la muerte simbólica de un periodismo autónomo que aspiraba a prolongar los sueños de miles de exiliados de retornar a una Cuba en democracia.Quevedo encarnaba los ideales de una prensa libre, un país con derechos plenos para sus ciudadanos y una república restaurada, ajena a la imposición comunista.Desde su nacimiento por Miguel Angel Quevedo Perez (padre) EL 10 DE mayo de 1909 salio la primera edicion con el nombre de Bohemia tenia la caratula de la primera bohemia ,una mano con una pluma como competencia de El Fígaro (1885-1933), un semanario de variedad temática y esmerada factura que él mismo administraba y que logró mantener primacía entre los lectores nacionales durante el primer decenio republicano. el gobierno de Cuba mentiroso patologico celebro el centenario en 2008 un año antes ,Esta revista se erigió en una publicación de liderazgo en la escena pública Estuvo a punto de desaparecer en 1926, cuando su tirada no rebasaba los 4,000 ejemplares. y luego llegó a convertirse en el semanario de mayor circulación e impacto en América Latina. en los años 1930 -59 Su padre le entregó la conducción de la revista cuando Quevedo tenía apenas 18 años, y el joven encaró también la oposición contra la dictadura de Gerardo Machado y cumplió prisión política en varias ocasiones.El prestigio de Bohemia se multiplicó como tribuna de denuncia de los regímenes dictatoriales que proliferaron en América Latina desde los años 1930 hasta el 1959 Quevedo volvería a emerger como crítico altivo contra el golpe de Estado y el ascenso al poder de Fulgencio Batista a partir de 1952.Si una publicación lideró la batalla cívica y promovió la insurrección armada contra Batista fue Bohemia, que llegó a publicar el histórico Manifiesto de la Sierra Maestra para unificar la oposición antibatistiana en 1958. El triunfo revolucionario de Fidel Castro fue respaldado con una edición especial que imprimió un millón de ejemplares el 11 de enero de 1959 Pero la suerte le jugó una mala pasada. Quevedo terminó siendo víctima de la megalomanía totalitaria de Castro y sus ataques contra la prensa libre, y se vio obligado a marchar al exilio tras asilarse en la embajada de Venezuela en La Habana en el verano de 1960.Establecido en Miami desde septiembre de 1960, inició la publicación de Bohemia Libre con el respaldo de $40.000 dólares mensuales del Departamento de Estado de Estados Unidos. La ayuda estadounidense se prolongó hasta poco después de la fallida invasión de Bahía de Cochinos en abril de 1961 y la revista tuvo que cambiar de sede de Miami a San Juan, Puerto Rico, y luego a Caracas.Pero el proyecto era insostenible y un Quevedo endeudado y desesperado optó por el suicidio un 12 de agosto de 1969 en su propio dormitorio. En el apartamento vivía su hermana Rosa Margarita Quevedo, que oyó el disparo desde la cocina ,Junto a su cuerpo inerte se encontro dos cartas . Una carta pidiendo perdon a los lectores , arrepentido por haber escrito tantas mentiras ,para beneficiar a los terroristas del grupo 26 de julio encabezado por Fidel Castro,(muy parecido lo que hacen hoy los medios izquierdistas y otros comprados ,que hoy existen en EEUU, que quieren destruir esta nacion de libertades y democracia ) ademas otra carta a su hermana ,este hermano mason que paso al oriente eterno falto al principio de la verdad y honestidad con el pueblo de Cuba el fue muy amigo de mi bisabuelo , aunque en su tiempo eran adversarios politicos en cuanto a la figura de Geraldo Machado, al final mi bisabuelo tenia la razon ,este no era tan dictador como lo hacian ver, fue un patriota mambi que hizo muchas cosas buenas para Cuba , era liberal 100% los comunistas lo despreciaban ,esta historia es muy parecida la de hoy con Donald Trump ,Esta recopilacion de bohemias de 1912 encuadernadas como un libro , fue de la biblioteca en Cuba de Miguel Angel Quevedo, le voy a mostrar la recopilacion de todas las bohemias de enero a diciembre del año 1912 ,ahi se muestra el festejo con todo el equipo de trabajo ,en el tercer año de Bohemia , salio con la caratula de un sol el domingo 12 de mayo de 1912 la primera tirada fue un 10 de mayo 1909 a mayo 1910 a mayo 1911 a mayo 1912 los 7 primeros años, estas eran finitas con solo 30 hojas , salían cada 7 dias , este libro tiene todas revistas de enero a diciembre ,el año completo 1912 ,es una pieza original , quizas es unica era del padre de Quevedo fue el fundador , la tapa del lomo se desprendió se observa las iniciales M.A.Q. en el extremo inferior , tengo que restaurarlo,EL QUE ESTE INTERESADO EN ESTE TESORO DE HISTORIA DE CUBA, QUE TRAJE PARA MIAMI QUE SE COMUNIQUE CONMIGO POR FACEBOOK , LE DIRE QUE EN MAYO DEL 2018, LOS COMUNISTAS CELEBRARON EL CENTENARIO ,NO INVESTIGAN HACEN LAS COSAS SIN BUSCAR INFORMACION , YO ESTABA EN CUBA ,NO LE LLEVE LAS PRUEBAS , A LOS MENTIROSOS PATOLÓGICOS DEL GOBIERNO , POR MIEDO DE PERDER EL BLOQUE DE REVISTAS DEL 1912 , PIDO A ALGUIEN QUE TENGA VOZ QUE SAQUE A LA LUZ ESTO, UN PERIODISTA RECONOCIDO DEL EXILIO , PARA NO SEGUIR DEFORMANDO LA VERDADERA HISTORIA, MIREN LAS FOTOS Y UNA DE LAS CARTAS QUE DEJO MIGUEL ANGEL QUEVEDO HIJO .pongo la foto de la primera que salio miren la caratula , todo lo que digo es la verdad.
Querido Ernesto
Cuando recibas esta carta ya te habrás enterado por la radio de la noticia de mi muerte. Ya me habré suicidado — ¡al fin! — sin que nadie pudiera impedírmelo, como me lo impidieron tú y Agustín Alles el 21 de enero de 1965.
Sé que después de muerto llevarán sobre mi tumba montañas de inculpaciones. Que querrán presentarme como «el único culpable» de la desgracia de Cuba. Y no niego mis errores ni mi culpabilidad; lo que sí niego es que fuera «el único culpable». Culpables fuimos todos, en mayor o menor grado de responsabilidad.
Culpables fuimos todos. Los periodistas que llenaban mi mesa de artículos demoledores, arremetiendo contra todos los gobernantes. Buscadores de aplausos que, por satisfacer el morbo infecundo y brutal de la multitud, por sentirse halagados por la aprobación de la plebe, vestían el odioso uniforme que no se quitaban nunca. No importa quien fuera el presidente. Ni las cosas buenas que estuviese realizando a favor de Cuba. Había que atacarlos, y había que destruirlos. El mismo pueblo que los elegía, pedía a gritos sus cabezas en la plaza pública. El pueblo también fue culpable. El pueblo que quería a Guiteras. El pueblo que quería a Chibás. El pueblo que aplaudía a Pardo Llada. El pueblo que compraba Bohemia, porque Bohemia era vocero de ese pueblo. El pueblo que acompañó a Fidel desde Oriente hasta el campamento de Columbia.
Fidel no es más que el resultado del estallido de la demagogia y de la insensatez. Todos contribuimos a crearlo. Y todos, por resentidos, por demagogos, por estúpidos o por malvados, somos culpables de que llegara al poder. Los periodistas que conociendo la hoja de Fidel, su participación en el Bogotazo Comunista, el asesinato de Manolo Castro y su conducta gansteril en la Universidad de la Habana, pedíamos una amnistía para él y sus cómplices en el asalto al Cuartel Moncada, cuando se encontraba en prisión.
Fue culpable el Congreso que aprobó la Ley de Amnistía (la cual sacó a Castro de la prisión tras el ataque al Cuartel Moncada). Los comentaristas de radio y televisión que la colmaron de elogios. Y la chusma que la aplaudió delirantemente en las graderías del Congreso de la República.
Bohemia no era más que un eco de la calle. Aquella calle contaminada por el odio que aplaudió a Bohemia cuando inventó «los veinte mil muertos». Invención diabólica del dipsómano Enriquito de la Osa, que sabía que Bohemia era un eco de la calle, pero que también la calle se hacía eco de lo que publicaba Bohemia.
Fueron culpables los millonarios que llenaron de dinero a Fidel para que derribara al régimen. Los miles de traidores que se vendieron al barbudo criminal. Y los que se ocuparon más del contrabando y del robo que de las acciones de la Sierra Maestra. Fueron culpables los curas de sotanas rojas que mandaban a los jóvenes para la Sierra a servir a Castro y sus guerrilleros. Y el clero, oficialmente, que respaldaba a la revolución comunista con aquellas pastorales encendidas, conminando al Gobierno a entregar el poder.
Fue culpable Estados Unidos de América, que incautó las armas destinadas a las fuerzas armadas de Cuba en su lucha contra los guerrilleros.
Y fue culpable el State Department, que respaldó la conjura internacional dirigida por los comunistas para adueñarse de Cuba.
Fueron culpables el Gobierno y su oposición, cuando el diálogo cívico, por no ceder y llegar a un acuerdo decoroso, pacífico y patriótico. Los infiltrados por Fidel en aquella gestión para sabotearla y hacerla fracasar como lo hicieron.
Fueron culpables los políticos abstencionistas, que cerraron las puertas a todos los cambios electoralistas. Y los periódicos que como Bohemia, les hicieron el juego a los abstencionistas, negándose a publicar nada relacionado con aquellas elecciones.
Todos fuimos culpables. Todos. Por acción u omisión. Viejos y jóvenes. Ricos y pobres. Blancos y negros. Honrados y ladrones. Virtuosos y pecadores. Claro, que nos faltaba por aprender la lección increíble y amarga: que los más «virtuosos» y los más «honrados» eran los pobres.
Muero asqueado. Solo. Proscrito. Desterrado. Y traicionado y abandonado por amigos a quienes brindé generosamente mi apoyo moral y económico en días muy difíciles. Como Rómulo Betancourt, Figueres, Muñoz Marín. Los titanes de esa «Izquierda Democrática» que tan poco tiene de «democrática» y tanto de «izquierda». Todos deshumanizados y fríos me abandonaron en la caída. Cuando se convencieron de que yo era anticomunista, me demostraron que ellos eran antiquevedistas. Son los presuntos fundadores del Tercer Mundo. El mundo de Mao Tse Tung.
Ojalá mi muerte sea fecunda. Y obligue a la meditación. Para que los que puedan aprendan la lección. Y los periódicos y los periodistas no vuelvan a decir jamás lo que las turbas incultas y desenfrenadas quieran que ellos digan. Para que la prensa no sea más un eco de la calle, sino un faro de orientación para esa propia calle. Para que los millonarios no den más sus dineros a quienes después los despojan de todo. Para que los anunciantes no llenen de poderío con sus anuncios a publicaciones tendenciosas, sembradoras de odio y de infamia, capaces de destruir hasta la integridad física y moral de una nación, o de un destierro. Y para que el pueblo recapacite y repudie esos voceros de odio, cuyas frutas hemos visto que no podían ser más amargas.
Fuimos un pueblo cegado por el odio. Y todos éramos víctimas de esa ceguera. Nuestros pecados pesaron más que nuestras virtudes. Nos olvidamos de Núñez de Arce cuando dijo:
Cuando un pueblo olvida sus virtudes, lleva en sus propios vicios su tirano.
Adiós. Éste es mi último adiós. Y dile a todos mis compatriotas que yo perdono con los brazos en cruz sobre mi pecho, para que me perdonen todo el mal que hecho,
Miguel Ángel Quevedo