Heredero de la raíz musical de los Lecuona, Leo Brouwer reunió en sí el virtuosismo de Ernesto y la habilidad docente de Ernestina, para convertirse en el músico más completo de Cuba a partir de la segunda mitad del siglo XX.
Nació en La Habana, el 1 de marzo de 1939, y hasta los 13 años Juan Leovigildo Brouwer Mezquida no tocó en serio una guitarra.
Su padre le impartió las primeras lecciones, y al igual que Capablanca, en pocos meses ya no tenía nada que enseñarle, entonces llegó ese monstruo de la música que fue Isaac Nicola, quien tomó entre sus manos al adolescente, que se rebelaba como un genio en ciernes y lo guió a zonas más complejas del arte de ese instrumento, en el que hoy es considerado uno de los cinco mejores guitarristas vivos en todo el mundo.
Su genialidad le valió para irse a estudiar con una beca a la Julliard School de New York, donde según sus propias palabras:
Cuando me becaron para estudiar en la Juilliard School, que sigue siendo una de las mejores instituciones musicales del mundo, me empapé de todo: de mis magníficos profesores, de su portentosa biblioteca.
Entrevista a Leo Brouwer
Autodidacta en sus inicios, el instinto le valió para formarse una intuición musical que le brindaría un sello propio, una especie de sentido extra, gracias a lo cual ha sido capaz de ver lo que otros virtuosos no habían visto. Tal vez el mejor ejemplo de ello sea el orquestar a los beatles mezclándolos con el barroco y el Renacimiento inglés.
Su formación musical continuó en EE.UU. y a los 21 años ya era profesor en una universidad norteamericana, siendo entonces el docente más joven en la historia de ese país.
La huella de Leo Brouwer
La huella del virtuoso y del maestro está presente alrededor de todo el mundo, desde Cuba hasta lugares tan lejanos como Japón podemos encontrar su doble labor de músico y formador de talentos.
En la Isla, Leo Brouwer fue profesor del conservatorio Amadeo Roldán, director del departamento de música del ICAIC, en 1963 y 1964 trabajó como compositor y asesor del Teatro Musical de La Habana, ¿siguiendo la tradición? Entre 1969 y 1977 fundó y dirigió esa fuente de excelencias que sería el Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, el cual logró una fusión musical nunca antes vista en Cuba a ese nivel. La calidad del trabajo desempeñado se tradujo en figuras que luego serían grandes músicos como Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Sara González etc.
A nivel mundial existen concursos de guitarra en países como Brasil, Japón o España que llevan su nombre, y de los cuales es presidente. Es miembro de Academias de Artes en distintos lugares del orbe, y su labor de facilitador cultural le ha llevado a crear más de una docena de Festivales Internacionales en disímiles lugares, sin contar orquestas de cámara que llevan su nombre y otras de las cuales es director honorario.
Ostenta ma de trescientas distinciones artísticas, como: dos premios nacionales en Cuba: el de música en su primera edición (1999) y el de cine (2009); Doctor Honoris Causa por la Universidad de las Artes de Cuba (ISA) y por la Universidad de Santiago de Chile, país este en el cual además le fue otorgada la orden Pablo Neruda en el 2007; y dos Grammys Latinos.
Toda su excelencia y merecido reconocimiento le han valido ser el músico más programado en los repertorios del mundo, estimándose que diariamente -en circunstancias normles- en algún punto del planeta se interpreta al menos una de sus obras por orquestas de cámara, sinfónicas etc.
Leo Brouwer es reconocido sobre todo por su labor experimentadora e innovadora en la guitarra, pero es también un virtuoso polinstrumentista y un apreciado director de orquesta.
Efectivamente, es uno de los más prestigiosos músicos cubanos, guitarrista, compositor y ha contribuido con su música al cine..lo admiro y considero un imprescindible de nuestro siglo. Felicidades Maestro!!
De nuevo este año me siento honrada al poder felicitar a uno de los máximos exponentes de la música cubana. Llevamos los mismos apellidos y somos familia, pero en mí solamente existe la admiración por la música, no cuento con talento alguno, pero sí con la capacidad de disfrutar y reconocer la maravillosa obra del Maestro. Llegue a él mi más sinceras felicitaciones en su día y un abrazo.