En la memoria colectiva del cubano, y en particular del habanero, ha quedado gravado el famoso Ciclón del 26 como equivalente de máximo desastre, por los grandes daños materiales y humanos que provocó en la capital del país y su zona aledaña (algunas fuentes hablan de 600 muertos).

El Ciclón del 26 tocó tierra cubana el 20 de octubre de 1926 por la playa del Cajío, atravesó la provincia de La Habana y volvió a salir al mar por la costa norte, entre el poblado de Minas y el de Guanabo.

Como consecuencia del poderoso Ciclón del 26, La Habana quedó totalmente incomunicada y se cortaron los servicios de electricidad, agua y teléfonos. Varios de los veleros que se encontraban a resguardo en el puerto fueron lanzados tierra adentro por la fuerza de los vientos.

La estación de Casablanca registró una presión mínima de 951 hectopascales y los vientos máximos sostenidos del huracán llegaron a los 230 km/h. Tan poderosos fueron que la revista Carteles publicó una foto (quizás la más famosa foto de un ciclón en Cuba) en la que se puede apreciar una palma atravesada por una viga de madera, convertida en proyectil por la fuerza del viento.


Ciclón del 26
La foto de una palma atravesada por una viga de madera convertida en proyectil por la fuerza de los vientos del huracán del 26 es una de las imágenes icónicos de la historia de los huracanes en Cuba

También fueron, particularmente catastróficas, las inundaciones costeras, sobre todo en la zona baja de Batabanó, donde la inundación alcanzó los tres metros de altura; y en el litoral norte de La Habana, en el que el Parque Maceo quedó convertido en un lago debido a la penetración del mar.


Ciclón del 26 (Galería de imágenes)