En La Habana de fines del siglo XIX, en la fortaleza militar del Castillo del Príncipe, un 19 de noviembre de 1888 nació un genio, José Raúl Capablanca y Graupera.

Su padre, un militar español aficionado al ajedrez, lo inició en el mundo de las 64 casillas. La derrota que sufrió contra su hijo de cuatro años le dio la vuelta al mundo, y fue considerado desde entonces el segundo niño genio del juego ciencia.

Un año después, en el Club de Ajedrez de La Habana, Ramón Iglesias, poniéndolo a prueba le ofreció la dama de ventaja, el niño lo venció en 38 jugadas.
Con 13 años ya era José Raúl Capablanca campeón de Cuba, y a los 23 era titular panamericano. En el intermedio, gracias a un mecenas, estudiaría en Estados Unidos, donde comienza a frecuentar el Manhattan Chess Club, el cual estaría irremediablemente ligado a su vida.
Gracias a su fama creciente se le permite jugar un torneo en dicho club, donde enfrenta y derrota al gran Emmanuel Lasker, quien en ese momento era el vigente campeón mundial, aquel le diría una frase que sería una especie de predicción: «Es notable joven, usted no ha cometido errores«, tenía entonces José Raúl Capablanca apenas 17 años.
Entre 1908 y 1911 enfrentó a grandes maestros por todo Estados Unidos, se va a Europa y repite las dosis de éxitos contra los más grandes del momento.
En el torneo de San Sebastián de 1911 Bernstein y Nimzowitsch se oponen a la presencia del joven cubano alegando que no tenía el palmarés, y que haber derrotado al Gran Maestro estadounidense Frank Marshall no era mérito suficiente. La respuesta de José Raúl Capablanca fue fulminante, derrotó a Bernstein en la modalidad clásica y retó a Ninzowitsch a una serie de partidas rápidas, en las cuales no le dio tregua alguna, los maestros que observaban concluyeron que el cubano era el mejor jugador de partidas rápidas del mundo.
Para 1914 ya se estaban haciendo las negociaciones para que disputara el título mundial al Dr. Lasker, pero el inicio de la primera guerra mundial retrasa el match.
José Raúl Capablanca: la máquina de jugar ajedrez.
Por esa época acepta un puesto en el servicio exterior, mientras continúa asombrando al mundo con jugadas que modificaban aperturas y finales, las dos áreas del juego ciencia en que más fuerte era, iniciando en 1916 una racha de invictos que llevaron a muchos grandes maestros a considerarlo invencible.
Para 1920 sucede algo raras veces visto, el Dr Lasker lo proclama «campeón mundial» sin haber disputado el duelo por la corona, pues al decir del alemán:
«Usted ha ganado el título no por la formalidad de un desafío, sino por su brillante maestría»
El match por la corona se disputaría, ante la insistencia del cubano en 1921, pero declarando Lasker que acudía como retador y no como campeón vigente.

El duelo se produce en La Habana, donde José Raúl Capablanca vence invicto a Emmanuel Lasker, tendrían que pasar casi 80 años para que tal resultado se repitiese de nuevo en un duelo por la corona ajedrecística.
Su invicto se mantuvo aún cinco años más, hasta 1924, poniéndose a prueba en la más altas competencias y contra los más grandes exponentes del mundo.
La máquina se vence a sí misma
En 1927 el cubano debe poner en disputa su corona ante el Gran Maestro Alexander Alekhine, pero no toma el match en serio, en realidad nadie lo hace, ni un solo ajedrecista de la élite duda de que José Raúl Capablanca vencerá invicto, o que en el mejor de los casos el ruso ganará tres partidas.
Pero dos años antes, en una película muda, de cierta manera se había predicho lo que sucedería. En «La Fiebre del Ajedrez» filme que cuenta con la participación del cubano, él antecede el romance con una mujer a las 64 casillas.

La historia del campeonato disputado en Argentina es conocida, Alekhine se sabía inferior y se preparó conscientemente, estudio a fondo a su rival, se concentró solo en su objetivo. José Raúl Capablanca por su parte no lo tomó en serio, solía llegar al local del match acompañado por una mujer, muchas veces luciendo aún la ropa de la noche. Alekhine ganó el título, y nunca más participó en un torneo en el que jugara el cubano, ni aceptó darle la revancha.
El declive de la máquina
Durante varios años más José Raúl Capablanca se mantuvo al mas alto nivel,hasta que poco a poco fue jugando cada vez menos.
El 8 de marzo de 1942 acude, como solía hacer en los últimos tiempos, al Manhattan Chess Club, conversa con los ajedrecistas y observa algunas partidas.
Mientras hacía eso comienza a sentirse mal, pide ayuda para quitarse el abrigo y se desploma en las manos de los presentes. Llega al hospital en un coma profundo, donde fallece por hemorragia cerebral pocas horas después, en el mismo lugar donde un año antes había muerto el Dr Emmanuel Lasker.
La casa donde nació este ilustre ajedrecista debía ser rescatada y restaurada. Es una pena que acabe de destruirse cuando aún está a tiempo.
los invito a ver las partidas del campeon de ajedrez José Raúl Capablanca en la siguiente página
https://www.ajedrezeureka.com/capablanca-jose-raul-partidas-de-ajedrez/
espero de que la aprecien