José Raúl Capablanca, conocido simplemente como Capablanca en el universo ajedrecístico nació en la madrugada del 19 de noviembre de 1888 en la casa que ocupaba su padre en el Hotel Militar, en el Castillo del Príncipe, donde servía como oficial de caballería.

Tarja a Jose Raúl Capablanca en el Castillo del Principe
Tarja a Jose Raúl Capablanca en el Castillo del Principe. (Foto: Ernesto Enríquez Martínez Piñon, Grupo de Facebook Fotos de la Habana)

Fue inscrito oficialmente el 10 de diciembre de 1888 -según consta en la copia del entonces Registro Civil del Pilar y que se conserva en el Archivo Histórico Provincial de Matanzas-, como José Raúl Fausto Capablanca y Graupera.

Su padre, un militar del ejército español nacido en Bayamo aficionado al ajedrez, lo inició en el mundo de las 64 casillas. La derrota que sufrió contra su hijo de cuatro años le dio la vuelta al mundo, y fue considerado desde entonces el segundo niño genio del juego ciencia.

José Raúl Capablanca
Imagen conocida del niño Capablanca jugando con su padre

Un año después, en el Club de Ajedrez de La Habana, Ramón Iglesias, poniéndolo a prueba le ofreció la dama de ventaja, el niño lo venció en 38 jugadas.

Con 13 años ya era José Raúl Capablanca campeón de Cuba, y a los 23 era titular panamericano.

Según algunas fuentes consultadas entre los trece años y los veintitrés estudia en los Estados Unidos gracias a un mecenas, tal afirmación no es del todo exacta según hemos podido comprobar luego de consultar el Expediente Académico de Capablanca al cual ya hemos hecho referencia. En el mismo queda claro que el genio cubano culmina sus estudios de Bachiller en la ciudad de Matanzas el 5 de Julio de 1904 -aún no ha cumplido los dieciséis- en la imagen siguiente le mostramos dos imágenes, una es su boleta de matrícula en el curso 1903-1904 y la otra es una petición de su puño y letra donde plantea:

(…) con motivo de la expedición del título de Bachiller en Letras y Ciencias a mi favor el día 5 del actual.

Su estancia en los Estados Unidos le permite frecuentar el Manhattan Chess Club, el cual estaría irremediablemente ligado a su vida. 

Gracias a su fama creciente se le permite jugar un torneo en dicho club, donde enfrenta y derrota al gran Emmanuel Lasker, quien en ese momento era el vigente campeón mundial, aquel le diría una frase que sería una especie de predicción: «Es notable joven, usted no ha cometido errores«, tenía entonces José Raúl Capablanca apenas 17 años.

Entre 1908 y 1911 enfrentó a grandes maestros por todo Estados Unidos, se va a Europa y repite las dosis de éxitos contra los más grandes del momento.

En el torneo de San Sebastián de 1911 Bernstein y Nimzowitsch se oponen a la presencia del joven cubano alegando que no tenía el palmarés, y que haber derrotado al Gran Maestro estadounidense Frank Marshall no era mérito suficiente. La respuesta de José Raúl Capablanca fue fulminante, derrotó a Bernstein en la modalidad clásica y retó a Ninzowitsch a una serie de partidas rápidas, en las cuales no le dio tregua alguna, los maestros que observaban concluyeron que el cubano era el mejor jugador de partidas rápidas del mundo.

Para 1914 ya se estaban haciendo las negociaciones para que disputara el título mundial al Dr. Lasker, pero el inicio de la primera guerra mundial retrasa el match.

José Raúl Capablanca: la máquina de jugar ajedrez.

Por esa época acepta un puesto en el servicio exterior, mientras continúa asombrando al mundo con jugadas que modificaban aperturas y finales, las dos áreas del juego ciencia en que más fuerte era, iniciando en 1916 una racha de invictos que llevaron a muchos grandes maestros a considerarlo invencible.

Para 1920 sucede algo raras veces visto, el Dr Lasker lo proclama «campeón mundial» sin haber disputado el duelo por la corona, pues al decir del alemán:

«Usted ha ganado el título no por la formalidad de un desafío, sino por su brillante maestría» 

El match por la corona se disputaría, ante la insistencia del cubano en 1921, pero declarando Lasker que acudía como retador y no como campeón vigente.

Capablanca en la Revista Social
Capablanca en la Revista Social

El duelo se produce en La Habana, donde José Raúl Capablanca vence invicto a Emmanuel Lasker, tendrían que pasar casi 80 años para que tal resultado se repitiese de nuevo en un duelo por la corona ajedrecística.

Su invicto se mantuvo aún cinco años más, hasta 1924, poniéndose a prueba en la más altas competencias y contra los más grandes exponentes del mundo.

La máquina se vence a sí misma

En 1927 el cubano debe poner en disputa su corona ante el Gran Maestro Alexander Alekhine, pero no toma el match en serio, en realidad nadie lo hace, ni un solo ajedrecista de la élite duda de que  José Raúl Capablanca vencerá invicto, o que en el mejor de los casos el ruso ganará tres partidas.

Pero dos años antes, en una película muda, de cierta manera se había predicho lo que sucedería. En «La Fiebre del Ajedrez» filme que cuenta con la participación del cubano, él antecede el romance con una mujer a las 64 casillas.

José Raúl Capablanca

La historia del campeonato disputado en Argentina es conocida, Alekhine se sabía inferior y se preparó conscientemente, estudio a fondo a su rival, se concentró solo en su objetivo. José Raúl Capablanca por su parte no lo tomó en serio, solía llegar al local del match acompañado por una mujer, muchas veces luciendo aún la ropa de la noche. Alekhine ganó el título, y nunca más participó en un torneo en el que jugara el cubano, ni aceptó darle la revancha.

El declive de la máquina

Durante varios años más José Raúl Capablanca se mantuvo al mas alto nivel,hasta que poco a poco fue jugando cada vez menos.

El 8 de marzo de 1942 acude, como solía hacer en los últimos tiempos, al Manhattan Chess Club, conversa con los ajedrecistas y observa algunas partidas. 

Mientras hacía eso comienza a sentirse mal, pide ayuda para quitarse el abrigo y se desploma en las manos de los presentes. Llega al hospital en un coma profundo, donde fallece por hemorragia cerebral pocas horas después, en el mismo lugar donde un año antes había muerto el Dr Emmanuel Lasker.