Pedro Luis Ferrer es una de la figuras más underground de la música cubana, tal vez uno de los pocos trovadores que realmente ha mantenido latente el espíritu de hacer «canción protesta».
Nació el 17 de septiembre de 1952, en Yaguajay, actual provincia de Sancti Spíritus, es sobrino del mítico poeta y pedagogo Raúl Ferrer. Por lo que es correcto afirmar que nació en una familia de versificadores y decimistas natos.
Muy joven, en la década de los 60, se inició en los caminos de la música, donde formó parte del grupo de Rock Los Dada, y entabló amistad con músicos de distintas tendencias, que iban desde el folclor hasta el piano, o la sinfonía, nombres como: Carlos Alfonso -fundador del grupo Síntesis-, el trovador Mike Pourcel, José María Vitier, Leopoldina Núñez o Víctor Zayas. Con muchos de estos músicos importantes curso estudios de solfeo, guitarra, canto y orquestación que le valieron para lograr una formación musical sólida.
He sido un poco autodidacta en mi formación. No obstante, siempre me vinculé a la música progresiva de mi país. Mis primeros intentos formales los realicé con el grupo Los Dada, pero posteriormente decidí convertirme en solista. Con mi canción Santiago, cuna y pan (una de mis primeras composiciones), comencé a tener aceptación.
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En su primer LP, grabado como miembro de La Nueva Trova y titulado «Pedro Luis Ferrer«, logra su primer hit, la canción «Mariposa«, que se volvió famosa en la voz de Miriam Ramos. Además de obtener notoriedad por musicalizar uno de los poemas más famosos de su tío Raúl Ferrer «Romance de la niña mala«.
En su tercer LP, «En Espuma y arena» grabado en los 80, incluyo otros temas que se hicieron famosos en el país y que aún se recuerdan, como la “Inseminación artificial” y «Cómo me gusta ‘hablal’ español«.
La década de los 80 tal vez fue su último periodo menos underground, pues a partir de los 90, amén de trabajar en sitios como el Conjunto Artístico de la FAR, comenzó a volverse menos radiado y más controvertido, logrando sin embargo que sus temas fueran conocidos, pasando de mano en mano en casettes intercambiados entre amistades.
Según ha referido:
He tratado de ser original en mis concepciones, pues pienso que todo artista debe tener su propia personalidad. No obstante, reconozco el valor de trovadores como Silvio Rodríguez a quien debe mucho la Trova Joven e indirectamente contribuyó a mi creación como compositor. No quiero decir con esto que imito a alguien, no, partí de una iniciativa de Silvio y a ella brindé mi propia aportación. Al principio mi inquietud creativa no sabía como canalizarla. Pero partiendo de la tonada de Carlos Puebla, de su mensaje cubano y con la idea proyectada por Silvio, elaboré mi línea de trabajo. Que en su contexto reúne ambas expresiones pero dista mucho de imitarlos
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El otro Pedro Luis Ferrer
Que Pedro Luis es músico malo que bueno lo sabe csi todo el mundo, que cultiva la música popular y la trova también. Lo menos conocido es que tiene una cierta obra literaria, casi toda inédita, formada mayormente por poemas donde cultiva la décima, el soneto, la redondilla… y formas libres de la poesía.
Además suele interpretar, casi siempre en presentaciones en el extranjero, que es donde curiosamente más se le escucha, muchas piezas de guitarra del maestro Leo Brouwer, por la cuales ha recibido elogios de la crítica especializada.
Su hija, Lena Ferrer, suele acompañarlo desde hace tiempo en su transhumancia artística, obteniendo ambos excelentes opiniones por el empaste de sus voces y la potencia vocal de Lena.
Me encanta su musica. Es una lastima que no lo radien ni televisen, es muy buen cantautor. No nos podemos dar el lujo de perder estos valores que tenemos, mientras se le de paso a musica vulgar, chavacana y sin contenido.
«como que mi Cuba es 100 % cubana, mañana me hospedaré en el mejor hotel de La Habana, luego me iré a Varadero a reservar una casa, con este dinero mío que me lo gané en la zafra» era mucho, demasiado adelantado para su época.