El monumento al General de División Rafael de Cárdenas Benítez se encuentra situado en una pequeña rotonda en la calle 506 entre 5ta y 3ra en el pueblo de Guanabo.

Se compone el conjunto de una plataforma rectangular de cemento a la que se accede a través de una pequeña escalinata, flaqueada por dos muros de baja altura que terminan en dos bases columnares sobre las que descansan dos oxidadas balas de cañón.

En el centro de la plataforma se alza un pedestal trapezoidal de mampostería de dos metros de altura sobre el que encuentra el busto de bronce del héroe, el cual ha sido muy erosionado por los elementos debido a su posición muy cercana al mar.

Una gran placa, también de bronce, informa al viajero sobre los méritos del General de División Rafael de Cárdenas y el porqué del emplazamiento de su monumento en el pueblo de Guanabo:

«Al General Rafael de Cárdenas Benítez

Jefe de la Brigada Norte DEL Ejército Libertador en la Guerra de Independencia y Jefe de la Policía Nacional en la paz.

Como recuerdo de las supremas dotes de organización y mando de este patriota en su doble aspecto militar y Cívico.

La Policía Nacional le dedica este recuerdo en 1929, precisamente sobre este su campo de operaciones y en las cercanías donde su brigada contribuyera a salvar las distintas expediciones que a estas playas llegaron bajo su directo comando una de ellas.

Obra del escultor vanguardista Teodoro Ramos Blanco, el busto fue encargo de la Policía Nacional para honrar a Rafael de Cárdenas, quien había sido uno de los primeros jefes del cuerpo después de la independencia.

La obra fue fundida en los talleres de Gaubeca y Ucelay en el barrio de Luyanó y develada en 1929 durante el gobierno del General Gerardo Machado.

Sobre el bronce aparecen tanto la firma del escultor como la marca del fundidor.

Rafael de Cárdenas Benítez, el hombre detrás del bronce

Rafael de Cárdenas Benítez nació en La Habana el 18 de mayo de 1868.

Se incorporó al Ejército Libertador cubano el 15 de mayo de 1895. Fue secretario del General en Jefe Máximo Gómez, con el que participó en la Invasión de Oriente a Occidente.

Al llegar a su provincia natal, Rafael de Cárdenas formó la Brigada Norte, que quedó subordinada al Mayor General José María Aguirre.

A mediados de 1897 marchó a los Estados Unidos con la encomienda de conducir una expedición a su teatro de operaciones; misión que cumplió exitosamente al desembarcar el 10 de septiembre por la playa de Boca Ciega.

El gobierno surgido en La Yaya lo nombró Secretario de Guerra, pero Rafael de Cárdenas renunció para continuar al frente de sus tropas.

Junto a otros ocho generales cubanos participó en la ceremonia del 1ro de enero de 1899 que marcó el fin de la soberanía española sobre la Isla de Cuba.

Durante la Primera Ocupación y el gobierno de Tomás Estrada Palma se desempeñó como Jefe de la Policía de La Habana.

Sus hijos Rafael y Carlos de Cárdenas Culmell nacieron en los albores de la República y tuvieron una muy destacada trayectoria profesional, el primero como arquitecto y el segundo como deportista, pues llegó a alcanzar una medalla de plata durante los Juegos Olímpicos de Londres 1948.

Rafael de Cárdenas Benítez falleció en su ciudad natal el 11 de julio de 1911.