El judo femenino, objeto de culto en Cuba, es la historia que se niega a convertirse en leyenda. El creador de esa pléyade de mujeres ya inmortales es Ronaldo Veitía, el hombre que soñó un equipo.

Hilarión Ronaldo Veitía Valdivié nació en el Cotorro el 21 de octubre de 1947. El Judo no llegaría a Cuba oficialmente hasta 1951, cuando Andrés Kolychkine Thompson llega a la isla, por lo que el niño Veitía no pisó un tatami por primera vez hasta los quince años.

Ronaldo Veitía de empacar algodón a miembro del Salón de la Fama del Judo internacional

Antes de dedicarse por entero al judo, Ronaldo Veitía simultaneó sus entrenamientos, como atleta, con trabajos manuales en su natal Cotorro, labores que fueron desde empacador de algodón, obrero en la fábrica de papel de techo y en la de bloques, o empleado en una cafetería.

En 1971 es reconocido oficialmente como entrenador, terminaba oficialmente su carrera de atleta para comenzar la que de verdad lo haría grande, formar judocas.

En los quince años que transcurren, entre su comienzo oficial como entrenador y su nombramiento al frente del equipo femenino, Ronaldo Veitía fue escalando desde la base, un pequeño colchón en su municipio, la EIDE Mártires de Barbados,  a un año al frente del equipo femenino de México, logrando las primeras medallas de esa nación a nivel internacional.

El momento 

Los practicantes de Judo sabemos que una de las etapas más importantes del Tachi Waza es «el momento«, pues es en gran medida el eslabón clave para el éxito de cualquier técnica. El momento del Judo femenino cubano, fue el nombramiento de Ronaldo Veitía, en 1986.

Tal vez lo primero que hay que destacar sea la creación de un ambiente favorable, todas las opiniones que he leido, o escuchado, de antiguas miembros del equipo femenino cubano en esos años hablan de un entorno familiar, donde se sentían como en casa, y trataban de animarse la unas a las otras.

Ronaldo Veitía

En una entrevista realizada por este autor a la primer mujer cinturón negro de Matanzas, y exmiembro de ese primer equipo, Marianella Bonelli, la misma manifestaba con especial ternura el buen recuerdo que tiene del clima que se respiraba en esos años, y de cómo Ronaldo Veitía se preocupaba no sólo por la parte atlética de cada una, sino también por la feminidad.

Tal asunto es importante, pues el profe Veitía estaba rompiendo esquemas, ya que por vez primera se introducían, en los entrenamientos femeninos, los métodos de desarrollo de la fuerza aplicados en los hombres. De su mano llegaron al equipo nacional el uso de las pesas, las planchas, la subida de soga empleando solamente las manos y otros más, por lo que además de demostrar resultados competitivos Ronaldo Veitía tenía que luchar contra los prejuicios que dictaban la masculinazación de las féminas por el empleo de tales métodos.

Los resultados llegaron relativamente rápidos, pues dos años después, en 1988, Cecilia Alacán obtenía la primera presea del equipo en el Mundial Universitario de Georgia, y al año siguiente Estela Rodríguez se convertía en la primera campeona mundial del judo femenino cubano, de las dieciséis que él lograría.

Ronaldo Veitía
Ceremonia de retiro

Luego de esas primeras preseas vino un verdadero alud de éxitos, que se traducen en:

– 25 Medallas olímpicas.

– 6 Títulos Olímpicos.

– 57 Medallas mundiales.

– 16 Títulos del mundo.

Lo que no se contabiliza en medallas es que Ronaldo Veitía, en sus treinta años al frente de la selección nacional femenina, logró uno de los mejores equipos de judo del mundo, y que luego de su partida nada ha sido igual.

Ronaldo Veitía
Hall of Fame

Tal es así que en septiembre de 2018 la Federación Internacional de Judo lo exaltó al Salón de la Fama, siendo el tercer cubano en lograr tal distinción, y el primer entrenador, pues anteriormente fueron homenajeados Héctor Rodríguez y Driulis González.

Ronaldo Veitía
La Universidad de Matanzas entrega a Veitía el título de Doctor Honoris Causa

El profesor Ronaldo Veitía falleció el 5 de diciembre de 2022 tras una cruenta batalla contra la enfermedad que padecía y que había minado severamente su salud en sus últimos meses de vida; teniendo, incluso, que ser trasladado desde España hacia Cuba en condición muy delicada.