El imponente Palacio de Balboa se encuentra ubicado en la manzana que forman las calles Ejido, Apodaca, Zulueta y Gloria; un espacio que antes de su construcción ocupara la muralla de la ciudad.
Comenzó a construirse en el año 1871, cuando se vendieron los terrenos que quedaron libres con la desaparición de la muralla y el lote fue adquirido por el español Pedro José Navarro de Balboa, quien fuera Regidor, Alcalde de La Habana, Senador del Reino de España y que en en 1880, ya en pleno disfrute de su palacio, recibiera el título de «Marqués de Balboa».
El Palacio de Balboa Vs las normas de La Habana
Por razones que no quedan claras – y que posiblemente tengan que ver con el poder que ostentaba el dueño del edificio – el Palacio de Balboa es la única construcción dentro del área de parcelación de la antigua muralla que se permitió violar de forma flagrante y artera las regulaciones urbanísticas entonces vigentes.
Mientras, los demás se veían obligados a construir grandes portales corridos en el piso bajo, el futuro Marqués de Balboa recibía el privilegio no sólo de no tener que levantarlo, sino, además, de poder rodear el Palacio (muy retirado de la línea de fachadas, en otra violación evidente) de hermosos jardines por sus cuatro calles colindantes.
El diseño de la obra le fue adjudicado al arquitecto Pedro Tomé Veracruisse, a quien se deben otros edificios notables de la zona de las murallas, como la famosa Manzana de Gómez.
Para la ejecución se trasladó desde España otro arquitecto, Jaime Sabadell, quien recibió los planos de manos de Tomé, pero le confirió al Palacio de Balboa su toque personal. De ahí surge, en buena medida, su toque ligeramente ecléctico que rompe con el neoclasicismo imperante en la época.
La mansión de tres niveles se construyó en apenas un año. Su fachada principal, ricamente ornamentada da a la calle Ejido y está coronada con un gran reloj.
Fue el Palacio de Balboa una de las residencias más ricas e imponentes de su época, llegando a ostentar hasta toques de oro en sus elementos decorativos.
De la República al hoy
Con el advenimiento de la República cubana, los Marqueses de Balboa vendieron la mansión a la Compañía Internacional de Seguros, que si bien realizó modificaciones en el inmueble trató de conservar los valores del mismo, como se desprende de un anuncio de prensa mandado a publicar por la empresa que decía lo siguiente:
«El Palacio de Balboa es la única residencia particular edificada dentro del radio de La Habana que se encuentra rodeada de jardines. Estos los conservará la compañía como un recuerdo histórico de la antigua ciudad.
(…) dejando en el estado en que se encuentran los tres salones de recepciones: Amarillo, Azul y Rojo, mobiliario artístico y antiguo perteneciente a los primitivos Marqueses de Balboa. «
En 1925 el Palacio de Balboa pasó a ser propiedad del Estado Cubano y en sus salones se constituyó el Gobierno Provincial de La Habana, que ocupó el inmueble hasta el año 1959, en que pasó a radicar en el lugar la Junta de Coordinación Ejecución e Inspección de La Habana.
Desde entonces el edificio ha tenido múltiples usos.
Hoy sirve de sede a la Oficina de Seguridad de Redes Informáticas (OSRI), una entidad de control y fiscalización del Ministerio de Comunicaciones.
Muy interesante