La majestuosa mansión de la calle G, No. 202 esquina 9, en el Vedado, proyectada por la firma de arquitectos «Morales y Compañía» y construida alrededor de 1917-18 para residencia familiar del rico hacendado y abogado José Manuel López Silvero Oña, casado con Georgina Ebra Santos, quienes tuvieron cinco hijos.

José Manuel López Silvero era presidente y propietario familiar del Central Santa Lutgarda SA, en la localidad de Mata, Villa Clara, con más de 350 caballerías de tierras propias y con activos superiores a los dos millones de pesos.

Fue además, José Manuel López Silvero, Secretario de Agricultura durante el «Gobierno de los 100 días», entre septiembre de 1933 y enero de 1934. Los Oña fueron una de las más encumbradas familias del puerto de Sagua, y aportaron numerosas obras filantrópicas, siendo propietarios de tierras y centrales que fueron adquiriendo y perdiendo luego, a través de enlaces matrimoniales de sus miembros.

Los hermanos de hermanos José Manuel López Silvero Oña, Juan y Enrique López Silvero Oña estaban casados con Caridad y Estela, respectivamente, hermanas del arquitecto Leonardo y del ingeniero Luis Morales Pedroso, propietarios de Morales y Compañía.

Alrededor de 1940 la mansión fue adquirida para residencia familiar por Mercedes Montalvo Lasa, (hija del General del Ejército Libertador, Rafael Montalvo Morales) y su esposo, el rico heredero, Dionisio Velasco Sarrá, quienes vivían anteriormente en el conocido Palacio Velasco Sarrá de Cárcel No. 1, propiedad de sus padres Dionisio José y María Teresa, una de las hermanas de Ernesto Sarrá Hernández.

La pareja Tuvo tres hijos: María del Carmen, José A. y Álvaro Velasco Montalvo, quien residió en la casa hasta 1959 y era propietario familiar de grandes fincas ganaderas, de firmas inmobiliarias y de enormes extensiones de terrenos desde la salida del túnel de la bahía hacia Cojimar, heredadas de la familia Velasco-Sarrá.

Actualmente el inmueble forma parte de la Hemeroteca de la Casa de las Américas, y se encuentra, afortunadamente, en proceso de restauración, para devolverle su antiguo esplendor.