Manuel Márquez Sterling nació la sede diplomática de la República de Cuba en Armas en Lima, Perú el 28 de agosto de 1872 por lo que se considera jurídicamente cubano por nacimiento a pesar de haber visto la luz en la nación sudamericana.
Terminada la Guerra de los Diez Años sus padres regresaron a Cuba y se establecieron en la ciudad de Puerto Príncipe, en el Camagüey, donde el niño Manuel Márquez Sterling de 10 años de edad cursó la primera enseñanza en el Colegio de los Padres Escolapios de esa villa.
Con sólo 15 años de edad, Manuel Márquez Sterling fundó la revista El Estudiante y colaboró con El Pueblo. A los 17 ingresó en la redacción de El Camagüeyano a la vez que se graduaba de bachiller en el Instituto de Puerto Príncipe.
Debido a su padecimiento de asma, sus padres lo enviaron a México para que se reponga. En la ciudad azteca de Mérida, en la que permanece un año, colabora con El Eco del Comercio y la Revista de Mérida.
Manuel Márquez Sterling, el patriota
De regreso a la mayor de las Antillas, Manuel Márquez Sterling matricula la carrera de Leyes en la Universidad de La Habana; al mismo tiempo que colabora con La Lucha.
En 1894 regresa a México para trabajar en un banco. Fuerte aficionado al ajedrez, del que llegó a tener un gran dominio, publicó varias crónicas relacionadas con el juego ciencia para la Revista del Hogar y en 1894 editó la revista especializada «El Arte de Philidor».
Fue en ese año 1894 cuando conoció Manuel Márquez Sterling al Apóstol de la independencia de Cuba, José Martí, comprometiéndose de inmediato con la causa de Cuba libre. Su mala salud le impide, sin embargo, viajar a la Isla por lo que al iniciarse la contienda del 95 se traslada a Nueva York donde se pone a las órdenes de Gonzalo de Quesada, quien le encomienda la organización del archivo de Martí.
Concluida la guerra regresa a Cuba y se establece primero en Camagüey y luego en La Habana, donde se dedica a la práctica del periodismo, colaborando regularmente con La Verdad, Patria, Cuba Libre y El Fígaro, que lo eligió como el mejor escritor joven cubano en el año 1903.
Periodista, diplomático y presidente
Ese año comienza a trabajar en el cuerpo diplomático, labor a la que dedicaría el resto de su vida, y viaja a París como secretario de Gonzalo de Quesada. En 1907 es designado cónsul general de Cuba en Buenos Aires y en 1913 presenta credenciales como embajador al presidente de México, Francisco Madero.
Preso el presidente mexicano por las fuerzas sublevadas en su contra, Manuel Márquez Sterling se puso al frente del cuerpo diplomático para abogar por la liberación del mandatario y se entrevistó con el embajador de Estados Unidos para que este presionara a los amotinados.
A pesar de toda sus gestiones no pudo Manuel Márquez Sterling impedir el asesinato de Madero, pero escoltó a su familia a su exilio en Cuba y se convirtió en un excelente cronista de la Revolución Mexicana.
En La Habana funda el periódico El Heraldo de Cuba y en 1916, La Nación, mientras la Universidad de La Habana le nombra profesor titular del Instituto del Servicio Exterior.
Manuel Márquez Sterling fue miembro destacado de la Academia Nacional de Artes y Letras desde 1910 y de la Academia de la Historia desde 1929.
En 1933 el presidente provisional, Dr. Ramón Grau San Martín le nombró Secretario de Estado, responsabilidad que trató de cumplir con todo el rigor y el protocolo exigido a pesar de las difíciles circunstancias en las que tuvo que desarrollar su labor el malogrado Gobierno de los Cien Días.
Tras las renuncias consecutivas de Grau San Martín y Carlos Hevia, ocupó por breves horas, en su condición de Secretario de Estado, el cargo de presidente de la República, convirtiéndose en ese momento en el segundo mandatario de Cuba nacido en el extranjero (antes de él lo fue el Dr. Carlos Manuel de Céspedes y Quesada y tras él lo sería José A. Barnet nacido en Barcelona).
De inmediato le traspasó el poder al coronel del Ejército Libertador Carlos Mendieta, quien contaba con los apoyos del embajador norteamericano y los sargentos de Columbia, y se marchó como embajador a Washington, donde negoció con el gobierno de los Estados Unidos un nuevo Tratado de Reciprocidad Comercial y la abrogación de la Enmienda Platt, el apéndice constitucional que había combatido toda su vida.
Sello postal conmemorativo del tercer aniversario de la Escuela Profesional de Periodismo Manuel Márquez Sterling, con la imagen del periodista, diplomático y político.
Fundamentalmente periodista, la obra de Manuel Márquez Sterling se encuentra dispersa en los periódicos y revistas la época. No obstante dejó escritos varios libros sobre ajedrez y prolongó algunas obras, entre ellas la fundacional «Episodios de la Revolución Cubana» del patriota y también colaborador de Martí, Manuel de la Cruz.
No consiguió, en contraposición, concluir su obra «Proceso histórico de la Enmienda Platt» – que concluiría su sobrino Carlos Márquez Sterling – pues le sorprendió la muerte el 9 de diciembre de 1934, mientras se encontraba al frente de la legación de Cuba en Washington.
Como era común en una época donde el ejercicio del periodismo solía resultar un oficio peligroso, Manuel Márquez Sterling utilizó varios seudónimos como: Tresemes, Manuel Márquez Mola, Carlos Loysel y XXX.
Muy interesante historia de una personalidad poco conocida y estudiada en cuba,gracias por su escrito.