El antiguo Hospital de las Ánimas, en el límite de los municipios Centro Habana y Cerro y con entrada principal en la intersección de las calles Benjumeda y Morales; se estableció como hospital militar, al servicio de las tropas estadounidenses en 1899, al comienzo de la primera ocupación.
Recibió el nombre de «Las Ánimas», pues desde 1863 existía en el lugar un fuerte con una batería de cañones y un gran campamento militar con ese nombre, que se construyeron en el lugar con el objetivo de cerrar la brecha sur que permitía el acceso a la ciudad entre los castillos de Atarés y el Príncipe.
Los norteamericanos, que desde que se hicieron cargo del gobierno de la Isla mostraron gran preocupación por las alarmantes condiciones sanitarias del país y la escasez de hospitales cedieron el espacio al Ayuntamiento de La Habana que lo convirtió en hospital municipal, destinándolo a los enfermos «infecciosos».
Por su carácter de «centro de infecciosos», el antiguo Hospital de Las Ánimas estuvo en el núcleo de la vorágine de las pruebas que se realizaron durante la ocupación norteamericana con el objetivo de demostrar la teoría del sabio cubano Carlos J. Finlay sobre el agente transmisor de la fiebre amarilla.
Entre los que participaron en el estudio sobre la fiebre amarilla que se realizaron en el antiguo Hospital de las Ánimas se encontraba la enfermera norteamericana Clara Maass, quien falleció a causa de la enfermedad el 24 de agosto de 1901 y en cuya memoria se colocaría en el hospital una placa conmemorativa.
Del Hospital de las Ánimas al Pediátrico de Centro Habana
Por casi 20 años (entre 1902 y 1921) el Hospital de la Ánimas estuvo dirigido por el Dr. Juan Guiteras Gener, notable higienista y colaborador de Finlay en sus estudios sobre la fiebre amarilla.
A mediados de década de 1940, el viejo y deteriorado Hospital Antiinfeccioso de las Ánimas fue reconstruido por orden del Ministro de Salubridad de Ramón Grau San Martín, Dr. José Presno Bastiony. En esas obras se modernizaron o construyeron totalmente la morgue, la biblioteca, el laboratorio clínico y el departamento de cardiología de la institución.
El Hospital de las Ánimas se mantuvo al servicio de los pacientes con enfermedades infecciosas hasta los últimos años de la década de 1960, cuando la radical disminución de estas, por las campañas masivas de vacunación y el mejoramiento de las condiciones sanitarias dejaron al hospital casi desierto.
Coincidentemente, ocurría en el país una explosión demográfica, por lo que se decidió cerrar el viejo Hospital Antiinfeccioso de Las Ánimas, reformarlo por completo y reinaugurarlo como un hospital para niños con el nombre de Hospital Pediátrico de Centro Habana.
Con el paso de los años el Hospital Pediátrico de Centro Habana, como antes había sucedido con Las Ánimas fue multiplicando su infraestructura y abriendo nuevos servicios:
En 1973 comenzó a funcionar el salón de operaciones y la sala de cirugía y dos años después, el 12 de septiembre de 1975, se inauguró el cuerpo de guardia, construido sobre un solar yermo con el aporte voluntario de los propios trabajadores del hospital.
El Pediátrico de Centro Habana se vio precisado a retomar temporalmente la función de hospital antiinfeccioso de su predecesor Las Ánimas, cuando en 1981 el país fue asolado por una fortísima epidemia de dengue hemorrógico, en la que murieron 158 personas, de ellos, tristemente, 101 niños.
En la actualidad el Hospital Pediátrico de Centro Habana cuenta con unas 250 camas, distribuidas en ochos salas (incluidas las dos de cuidados intensivos) y brinda servicios de cirugía, dermatología, fisiatría, maxilofacial, microbiilogía, oftalmología, ortopedia, otorrinolanrigología, neurofisiología, psiquiatría, nutrición y medicina tradicional.
Desde el mismo año 1970 en que reabrió sus puertas, en el Hospital Pediátrico de Centro Habana se imparte docencia a los médicos en formació, tanto en pregrado como en posgrado, quedando sus aulas adjuntas a la Facultad de Ciencias Médicas General Calixto García Íniguez.
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