El Colegio María Luisa Dolz (antiguo Isabel la Católica) estaba ubicado en Prado, No. 202 esquina Colón, el enorme palacete construido en la segunda mitad del siglo XIX -uno de los más antiguos del Paseo del Prado todavía en pie- y que pese a su mal estado, ha mantenido desde entonces la misma tipología arquitectónica de casona colonial muy extendida en las primeras construcciones en el Prado.
Aquí radicó a partir de 1897 el afamado y prestigioso Colegio Isabel La Católica, adquirido luego entre 1900-1901 por la ilustre pedagoga María Luisa Dolz y Arango, y que también lo dirigía desde 1879, bautizándolo desde entonces con su nombre de Colegio María Luisa Dolz.

Colegio María Luisa Dolz
Con casi una vida entera dedicada al ejercicio del magisterio, la ilustre pedagoga fue la primera mujer graduada de Licenciatura en Ciencias Físicas y Naturales de la Universidad de La Habana, obteniendo luego el Doctorado. Bastante adelantada a su tiempo, la Dra. Dolz revolucionó la educación primaria de las niñas en Cuba y su colegio pronto llegó a ser conocido en el país por sus innovaciones, su claustro de profesores y la sólida preparación que ofrecía a sus alumnas.

Baste mencionar que los ilustres pedagogos Enrique J. Varona, Carlos de la Torre, Rafael Montoro, José María Aguayo y Ramón Meza, entre otros, formaron parte del claustro del Colegio María Luisa Dolz en un momento determinado.

Fue una gran precursora del feminismo en Cuba y supo ver a tiempo que la mujer debía prepararse convenientemente para poder reclamar ante la sociedad los derechos de igualdad con el hombre y para ello, según sus propias palabras, consagró su vida a “formar mujeres de acción, sanas, robustas y equilibradas”.

En 1923, tras su retiro, el Colegio María Luis Dolz fue dirigido por la experimentada pedagoga María Dolores Guerra Massaguer, siendo trasladado luego hacia un inmueble de la calle E esquina Calzada, en el Vedado (y donde mismo se fundara en los ‘40, el conocido Colegio Añorga dirigido por el Dr. Joaquín Añorga Larralde).

A mediados de los años veinte el inmueble en bajos es arrendado para la oficina de la “Havana Automoviles and Sport Supply«, una importadora y comercializadora de automóviles, y en altos para la Casa de Huéspedes de Gil y Suárez.

A partir de 1938 y hasta los 60, pasa a radicar en bajos el conocido Jardín (florería) Milagros ya en propiedad de Lucila “Lucky” Schumann, tras su divorcio de Nicolás, uno de los hermanos González de Mendoza y de la Torre, sus propietarios originales que lo habían fundado en el inmueble de Prado No. 65 entre Genios y Cárcel (que ya no existe).
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