El hotel New York era un hotel ubicado en la calle Dragones, No. 707 entre Amistad y Águila, en La Habana. Se inauguró el 18 de junio de 1920, en pleno primer boom del negocio hotelero en la capital.
De céntrica e inmejorable posición, muy cercano al Capitolio y al Parque de la Fraternidad, el hotel New York fue sobreviviendo gracias a su ubicación y a sus precios accesibles para los viajantes de comercio y los desesperados viajeros que buscaban su oportunidad en la capital.
Hotel New York cuando el éxito no depende sólo de la ubicación
En 1958 era propiedad de José Blanco y José López Blanco dos ejecutivos de la Asociación Hotelera de Cuba que poseían además los hoteles Boston y Saratoga, operando los tres bajo la razón social de «Blanco López y Compañía». El Hotel New York de 200 habitaciones era, en ese entonces, un establecimiento modesto que había visto pasar sus mejores tiempos.
Tras el triunfo de la Revolución Cubana fue nacionalizado y desde entonces el hotel fue administrado por diferentes empresas estatales hasta que deteriorado en grado extremo fue cerrado, y completamente abandonado ha permanecido hasta el día de hoy.
Cuando en los años 90 se desarrolló, el Proyecto del Barrio Chino, algunos pensaron que el hotel New York sería incluido dentro del plan, pero no lo fue; quizás porque en ese momento no constituía una apuesta segura para el país, más interesado en fomentar un turismo alejado de la gente en los llamados “polos”. Pero lo que entonces pudo ser una inversión riesgosa, tanto económica como políticamente se muestra atractiva en la actualidad.
La cadena Gran Caribe encargada de operar el hotel dio a conocer que se iniciarán las obras para su reconstrucción sin ofrecer detalles sobre que categoría ostentará la instalación, el tipo de turismo al que estará dirigido o si su remodelación afectará los terrenos y propiedades aledaños. Lo que sí es seguro es que el New York será un clásico hotel de ciudad, como sus vecinos Saratoga, Inglaterra, Telégrafo o Parque Central, e irá consolidando con su apertura el cambio de cara del antiguo ring habanero; una metamorfosis que tiene su guinda en la restauración del Capitolio Nacional llevado a cabo por la Oficina del Historiador de la Ciudad.
La reconstrucción del New York pudiera ser sólo el comienzo de un plan mucho más ambicioso para rescatar para el turismo otros hoteles cercanos que han permanecido cerrados por muchos años como el Isla de Cuba y el Nueva Isla, ambos en Monte; otros como el demolido Regina o los ruinosos y todavía habitados Perla de Cuba y Moderno ya se perdieron para siempre.
Bibliografía:
Jiménez Soler, Guillermo. Las empresas de Cuba 1958. Editorial de Ciencias Sociales. 5ta Edición. La Habana. 2014.
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