El territorio del antiguo municipio Santiago de las Vegas se asentaba sobre una meseta de 84 metros sobre el nivel del mar, en terrenos del realengo determinado por los corrales «La Chorrera», «Managua», «Bejucal» y «Sacalohondo» o «Wajay» mercedado al Monasterio de Santa Catalina de Sena.
Originalmente ocupaba el término municipal de Santiago de las Vegas una extensión considerable (casi la mitad de la provincia de La Habana) y su jurisdicción se extendía a casi las 3/4 partes de esta provincia.
Con el surgimiento de nuevos ayuntamientos, Santiago de las Vegas fue perdiendo gradualmente parte de su territorio hasta quedar reducido a una superficie de unos 83 km cuadrados, y terminar dependiendo jurídicamente del partido de Bejucal durante la República.
La ciudad de Santiago de las Vegas, que fuera cabecera del término municipal se encuentra a 6 km de la ciudad de San Felipe y Santiago de Bejucal y a 18 km de La Habana.
Tuvo su origen durante el éxodo de los vegueros de los alrededores de la ciudad de La Habana hacia de aquel realengo, al dictar el Gobernador General de la Isla, en la segunda mitad del siglo XVIII, la prohibición de sembrar tabaco dentro del radio cuatro leguas de la mencionada ciudad de La Habana, en interés de que se sembrar a mayor cantidad de frutos menores.
Las primeras vegas se establecieron en el año 1669 y rápidamente aumentó la colonia de vegueros, lo que motivó al Obispo Compostela en 1694 a ordenar erigir una ermita de tabla y guano para los servicios religiosos, bajo la advocación de Santiago Apóstol, siendo su primer párroco el prebístero Agustín de Bastos Laturriondo.
Municipio Santiago de las Vegas
En el año 1744 solicitaron varios vecinos al rey Fernando V que se les concediera el permiso para fundar un pueblo; permiso que les fue concedido por Real Cédula de 26 de agosto de 1745, asignándole 100 caballerías de tierra, que luego serían ampliadas a 244.
Don Miguel de Macías, uno de los más prestigiosos vecinos, a quien se considera el alma y brazo de la fundación de Santiago de Compostela de las Vegas, tuvo que lidiar fuertemente ante la Corte de España durante cinco años para vencer la resistencia y los obstáculos que al surgimiento del nuevo pueblo imponía el Marqués de San Felipe y Santiago, fundador de Bejucal, quien usufrutuaba varias haciendas en el realengo.
Finalmente, tras mucha brega, el 3 de mayo de 1749 tomó posesión el primer Cabildo de Santiago de Compostela de las Vegas y dos años después se deslindaron 244 caballerías, de las cuales se designaron cuatro para la construcción del pueblo.
En 1756 se repartieron las tierras a los primeros pobladores, a razón de una caballería por cabeza de familia y se les entregó un solar en el pueblo para que levantaran sus viviendas. Al cultivo del tabaco, base económica de la región, se le sumarían pronto el fomento de cafetales, la cría de abejas y la construcción de ingenios para la producción de azúcar de caña, lo que provocó que el pueblo prosperara rápidamente.
Por Real Cédula de 24 de junio de 1775 se le concedió a Santiago de las Vegas el título de villa; el 23 de febrero de 1791, el de Real Villa; y el 10 de mayo de ese mismo año se le concedió el uso de su escudo.
Al promulgarse la Constitución de 1812, su primera alcalde constitucional fue el Sr. Don Pablo Doval. Dos años después a Santiago de las Vegas se le retiró la condición de cabeza de partido, en favor de Bejucal, pero la recuperó en 1818, siendo esta la época en que su jurisdicción abarcó un mayor territorio.
En 1824 le fue concedido a la villa el título de ciudad y en 1831 el de «Fiel Ciudad y muy Ilustre Ayuntamiento».
Santiago de las Vegas en la República
Los límites del antiguo municipio de Santiago de las Vegas durante la República eran los siguientes:
Limitaba al Norte con el municipio de La Habana, por el Este con el de San Antonio de las Vegas, por el Sur con Bejucal y San Antonio de los Baños y por el Oeste con Marianao.
Su territorio se dividía en ocho barrios: Norte de la Ciudad, Sur de la Ciudad, Calabazar, General Peraza (Rancho Boyeros), Rincón, Doña María y Aguada del Cura.
Además de la ciudad de Santiago de las Vegas, dentro de los límites del término municipal destacaban los poblados de Calabazar (fundado en 1830) y Rancho Boyeros (establecido en 1840).
Excelentemente comunicado, Santiago de las Vegas era atravesado por los Ferrocarriles Unidos de La Habana, con paradas en Aguada del Cura y El Rincon; y por el Ferrocarril del Oeste, con paraderos en Calabazar, Rancho Boyeros, la ciudad de Santiago de las Vegas y El Rincón.
Cruzaban, además, su territorio, las carreteras de La Habana a Bejucal, del Rincón a San Antonio de los Baños, de Santiago de las Vegas al Wajay, de Santiago de las Vegas al Cacahual y de Rancho Boyeros al Cerro.
Por el antiguo término municipal corrían los ríos Almendares, Govea y el arroyo Jíbaro, sin contar otros de menor importancia.
En su territorio, mayormente llano, sólo se contaban algunas elevaciones al sureste, estribaciones de la Sierra de Bejucal.
Sus pobladores vivían, fundamentalmente, de la agricultura: En Santiago de las Vegas se sembraba tabaco, caña de azúcar y frutos menores. También existía una importante masa ganadera de la que se abastecía de leche La Habana, así como criadores de cerdos y colmeneros.
A partir de la década de 1940 el municipio comenzó a experimentar un rápido proceso de urbanización, se abrieron numerosas industrias y surgió una incipiente actividad turística.
Con la nueva División Político – Administrativa de 1976, el municipio de Santiago de las Vegas desapareció legalmente y la mayor parte del territorio que durante la República le correspondiera quedó comprendido dentro del nuevo término de Boyeros.
Parece que el Marqués de San Felipe y Santiago legó su espíritu a muy efectivos herederos: Ahora lo que queda de Santiago de las Vegas es un ruinoso ¡»consejo popular santiago rincón»!¡Muy lamentable!
Ya Santiago de las vegas no es ni la sombra de ese prospero pueblo. La urbanización, la destrucción y poco cuidado de su patrimonio, la espalda dada por las autoridades de alto rango y el exodo de las emigraciones de un lado para el otro han hecho de esta «Ciudad» hoy llamada por todos pueblo un lugar de baja prosperidad, ruinas, destruccion de su arquitectura, y sin pizca de turismo a no ser del 16 al 17 de dicembre para San Lazaro que las personas de otros lugares se dan cuenta que el pueblo existe al pasar por alli. La actividades culturales propias del pueblo ya no existen, no se celebran ninguna, cero. El comercio inundado por el contrabando del mercado negro, etc. Nací aquí, aun vivo ahí y me entristese que en 40 años cada día desaparese poco a poco su espítud, ya mis abuelos y mi padre me decían de niño que desaparecía todo, hoy solo es el nombre y algunas cosas que quedan en pie hasta que el tiempo se las acabe de llevar.
No obstante, esta brebe reseña histórica de mi pueblo esta magnífica, nombres y datos que no conocía. Gracias por esta colaboración para sacar del Baúl la historia olvidada.
Es una lástima que ya Santiago de las Vegas no sea municipio desde 1976, porque ésta es la causa de su depauperación progresiva hasta la actualidad