El Gran Premio de La Habana (o Grand Prix de Cuba) llevó a la capital de la Mayor de las Antillas el mayor espectáculo de la velocidad. El malecón habanero recibió durante tres años estas paradas del tour mundial de la Fórmula 1 (F1), la ciudad se agolpaba alrededor del circuito que bordeaba el litoral habanero y que convertía a las calles habaneras en el Mónaco del Caribe.

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Trazado del Gran Premio de Cuba (1957) en un mapa de 1956

Este trazado urbano no estuvo exento de dificultades, un gran accidente en el II Premio costó la vida de al menos 6 personas e hirió a cerca de 30 más. Como se observa en el gráfico que representa el trazado habanero este partía desde la base del Hotel Nacional y seguía en el sentido del tráfico habitual de la zona.

En su trazado pasaba frente al Monumento al Maine, seguía bordeando la Embajada de EE.UU (Oficina de Intereses en la actualidad) siguiendo hasta el antiguo Parque «José Martí» (actual complejo deportivo José Martí), aquí torcían a la izquierda sin ingresar a la rotonda y pasaban frente al actual Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) por toda la calle Calzada hasta bordear los jardines, desbordantes de público, de la roca en la cual se eleva el Hotel Nacional. Torcían por el Torreón de San Lázaro y daban la vuelta al Parque de Maceo para cerrar el circuito.


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La locura por los carros de carreras en el país tenía antecedentes en los años finales de la década de 1910 cuando en el Oriental Park se comenzaron a celebrar eventos de este tipo con carácter ocasional. En el malecón se realizaron varios eventos de exhibición con corredores de prestigio pero el impulso definitivo vino con el circuito de la F1 en el cual el general Fulgencio Batista vio la mejor forma de publicitar el país como destino de ocio y recreo.


I Gran Premio de Cuba

Gran premio 1

El evento de 1957, el Primer Gran Premio de Cuba contó con la presencia de figuras destacadas como el malogrado marqués De Portago que llegó de la mano de la actriz de «Tarzán» y «Casino Royale«, Linda Christian; Shelby Carroll y Stirling Moss, ambos británicos, fueron otros de los presentes. El piloto cubano Alfonso Gómez Mena fue otro de los corredores que participó en los dos primeros Grandes Premios de Cuba.

Gran Premio de La Habana
Fangio en su Maserati 330 S (#2) en el Gran Premio de 1957

El multicampeón argentino Juan Manuel Fangio se presentó en su Maserati 300S rojo y se llevó la carrera. El público cubano enloqueció con su actuación, en aquel 1957 alcanzaría el último de sus 5 títulos mundiales de F1.

El desastroso II Gran Premio de Cuba

En 1958 la situación política del país era insostenible con una situación de guerra civil, en las montañas las tropas de Fidel Castro y su movimiento 26 de julio combatían a las tropas de Batista. En las ciudades la situación no era mejor, un año antes el Directorio Revolucionario (13 de marzo) había intentado ajusticiar al dictador Batista en el propio Palacio Presidencial. El general queriendo transmitir una normalidad ficticia continúo con el evento que se celebró en febrero.

Gran Premio de La habana

Aquella carrera estuvo rodeada del caos. Una facción del movimiento 26 de Julio consiguió secuestrar al multi campeón Juan Manuel Fangio. El insólito hecho dio la vuelta al mundo y provocó mayor visibilidad de la realidad cubana. Batista no se amilanó y ordenó que se desarrollase la carrera con normalidad.

Apenas duró 15 minutos y seis vueltas la falsa normalidad. Un terrible accidente del piloto cubano Armando Cifuentes, quien perdió el control del vehículo empotrándose contra la multitud, hirió a 40 personas y dejó casi 10 muertos, ambas cifras matizadas por la dictadura imperante.

Se declaró a Stirling Moss como ganador con su Maserati 300S, el mismo con el cual Fangio había ganado el año anterior. El corredor argentino secuestrado siguió la carrera por la radio y no sufrió ningún tipo de daño físico. Se hizo una película Operación Fangio (1999) sobre este hecho particular.

III Gran Premio de Cuba (Gran Premio Libertad)

En 1959 no habían circunstancias para realizar la festividad que había arraigado en el entusiasta público cubano, así que se retrasó al 28 de febrero de 1960 la siguiente parada del tour en la isla. Por órdenes de FIdel Castro se corrió en un circuito habilitado para ello en la antigua base militar de Columbia (actual Ciudad Libertad), en Marianao.
Esta carrera la ganó el británico Stirling Moss quien corrió en el Maserati Tipo 61, más conocido como Birdcage por el pequeño espacio que dejaba al conductor el chasis del bólido. En esta carrera el segundo lugar correspondió al cubano Pedro Rodríguez quien apretó hasta el final al corredor británico, elevado a Sir años después.

Gran Premio de La Habana
Gran Premio de La Habana 1958

Tras este evento más conocido por el título de Gran Premio Libertad no se volvió a celebrar ningún evento de esta índole en la ciudad. El gobierno revolucionario de Fidel Castro prohibió las apuestas y el turismo extranjero desapareció. Era el fin de una historia de amor que volvería a quemar rueda en el año 2016 cuando se grabó en la zona que había ocupado el circuito la película Fast and Furious 8 (estrenada en 2017).