Revisando imágenes antiguas he encontrado varias sobre el proceso de reflotado del navío U.S.S Maine hundido en la bahía habanera en uno de los episodios más controvertidos de la historia cubana. La trascendencia del hundimiento del navío es por todos conocida, fue la gota que colmó la paciencia de los políticos americanos y la excusa perfecta para declararle la guerra a España e intervenir en los territorios de la nación europea.

Existen múltiples teorías sobre este hecho, como hemos mencionado, pero no es nuestro interés profundizar ahora en ellas, sino en el proceso de reflotado posterior.

Restos del Maine en un mapa de La Habana
Restos del Maine en un mapa de La Habana

La explosión y hundimiento del U.S.S. Maine, acorazado de segunda clase enviado para garantizar la seguridad de los ciudadanos americanos en Cuba, se produjo un 15 de febrero de 1898, serían las 21:40 horas cuando un estruendo, algunos testigos dirían que varios estruendos, se hicieron con la calma de la bahía habanera.

Restos del U.S.S Maine en la bahía de La Habana
Restos del U.S.S Maine en la bahía de La Habana

El barco llevaba en puerto poco más de diez días, su entrada el 25 de enero, sin previo aviso de las autoridades americanas a las españolas, había provocado tensiones evidentes en el alto mando del gobierno colonial cubano. La situación del país era bastante grave, esta vez las intentonas independentistas cubanas parecían a punto de fructificar, pero el triunfo de los mambises cubanos, siendo honestos, estaba sin finiquitar.

¡Dictaminen fugazmente buzos míos!

Declaración de guerra inmediata y alianza con las tropas mambisas

El gobierno de Estados Unidos envió con presteza a sus buzos para determinar qué había provocado el desastre en el que fallecieron más de 250 ciudadanos americanos, incluidos dos oficiales. Los peritos determinaron que había sido una mina enemiga colocada sutilmente debajo del navío, la culpable de originar, al menos, dos explosiones que reventaron el caparazón de 30 cm de acero.

El navío se curvó como si fuese una mata de plátanos, hundiéndose rápidamente y encallando en el puerto habanero, apenas profundo en esa zona. Su mástil, apenas sumergido, y los restos del navío fueron usados como excusa para la declaración de guerra posterior.

U.S.S Olimpia (gemelo del Maine) saliendo de la bahía de La Habana
U.S.S Olimpia (gemelo del Maine) saliendo de la bahía de La Habana tras el período de intervención americano.

España mantuvo siempre que no fueron agentes suyos quienes provocaron dicha explosión.

El caso es que Estados Unidos tenía su motivo para inmiscuirse en la guerra de independencia cubana, dando origen a la que muchos historiadores consideran como la primera guerra imperialista de la historia moderna. Un imperio en el ocaso de su poderío, el español, a merced de un imperio, el yankee, en ascenso y que para demostrar su fuerza arranca al perdedor las joyas, en forma de archipiélagos, que quedaban en su corona.

¡Adiós España! – ¿Hello and Goddbye, United States of America?

El 20 de mayo de 1902 nacía la República de Cuba, cuya frágil democracia era sujetada por las manos atentas del gobierno americano. Para ello se había guardado la Enmienda Platt en la Constitución cubana que permitía al presidente cubano solicitar la intervención americana, Estrada Palma usaría este comodín antes de perder su intento de reelección.

Aunque los benévolos militares yankees tenían la protección legal de desembarcar cuando estimasen necesario con el fin de proteger cualquier interés económico de sus ciudadanos.

Pasaron los años, un águila (¿imperial?) por el mar que diría el poeta, y los restos del Maine seguían en la bahía habanera. Una vez que acabó la segunda intervención americana (1906-1909) muchos ciudadanos americanos iniciaron una campaña para que los restos de los marinos que descansaban en el Cementerio de Colón habanero volviesen a territorio norteamericano. Así lo haría en 1912, concretamente al Cementerio de Arlington.

El senado americano estaba dividido, una parte de los altos mandos de la Marina desaconsejó remover las aguas, era mejor dejar el Maine y los cuerpos donde estaban, pero la presión de la prensa obligó al senado a inspeccionar nuevamente el suceso. Curiosamente el gobierno español se había ofrecido varias veces a costear ellos el proceso de dragado de la bahía para investigar en profundidad el tema de la explosión.

“Primero, porque el naufragio es una amenaza para la navegación en el puerto de La Habana. En segundo lugar, el Maine debería elevarse para averiguar cómo fue destruido, para que se sepa la verdad. En tercer lugar, y lo más importante, los restos de los muertos de la nación ahora sepultados en el casco deberían recuperarse y llevarse a casa para el entierro con honores navales en el mausoleo del cementerio de Arlington.

Discuro de William Sulzer el 23 de marzo de 1910 que fue el golpe definitivo para que se iniciase el proceso de elevación del U.S.S Maine.

El U.S.S Maine emerge del fondo de la bahía

Las obras no fueron tan fáciles como imprimir las fotos de la victoria. Los ingenieros militares se vieron en una disyuntiva compleja, para sacar el barco pensaron en tirar de él a través de varios cables anclados al casco del navío hundido.

Esta idea tenía la problemática, imposible de controlar, generada por la fragilidad de los restos en el lecho marino y que al tirar de estos se abriesen y solo quedasen trozos de metal inconexos del barco, lo cual haría imposible determinar cuál era la causa del desastre.


El segundo proceso era más complejo, se debía realizar una ataguía alrededor de los restos y dragar toda el agua para, una vez examinados los restos, ser transportados fuera de la bahía habanera y nuevamente hundidos una vez rescatados los cuerpos.

El problema de esta idea eran varios, en palabras del jefe de Ingenieros americanos la dificultad estaba en «el área, la altura y la presión a resistir sin precedentes en la historia de la ingeniería«.

Dicha estructura debía soportar la presión de 37 pies de agua en una zona de arena y barro blando que podía generar inestabilidad en cualquier momento. Además de las olas y los vientos del Caribe. Precisamente un huracán provocó el retraso de la obra y que se doblase el presupuesto inicial, serían casi 750 000 dólares los desembolsados por el gobierno americano.

En noviembre de 1911 se dieron por finalizadas las obras con el veredicto de la investigación, salvo detalles mínimos, corroboraban el informe de sus homólogos americanos de 1898, el hundimiento fue provocado por una explosión desde el exterior del barco.

Final del viaje

Se rescataron restos de alrededor de 76 cuerpos pero solo se identificó al ingeniero asistente Darwin Merrit, quien se encontraba de guardia esa noche. Se enviaron gran parte de los restos a distintas instituciones y ciudades americanas que solicitaron algún recuerdo.

Víctimas del Maine
Enterramiento de las víctimas del Maine en el Cementerio de Colon

Al gobierno cubano se le donó la torreta posterior con los cañones de diez pulgadas de esa zona del barco con el fin de erigir un monumento en el malecón, cuya historia merece una entrada aparte.

Con el armatroste resultante se indicó, por parte de las autoridades cubanas, que lo mejor era volarlo o cortarlo en piezas ahí mismo pero el gobierno americano decidió remolcarlo fuera de las aguas cubanas y hundirlo en el Estrecho de la Florida.

U.S.S Maine saliendo de la bahía de La Habana en su último viaje
U.S.S Maine saliendo de la bahía de La Habana en su último viaje

En el acto participaron los acorazados Birmingham y Carolina del Norte que remolcaron los restos del Maine a 3 millas de la costa habanera. En el interior del reflotado navío se colocaron bolsas de aire para hacerlo navegar sin problemas. Dichas bolsas podían ser un impedimento a la hora de hundirle así que se decidió colocar dinamita en el interior por si era necesario ante la incapacidad del navío de volver al fondo marino.

No fue necesario, el U.S.S Maine cumplió su cometido y se hundió sin problemas, entre 21 salvas de artillería, en febrero de 1912, poniendo fin a su historia 14 años después de su explosión. La polémica continua generando debates encarnizados entre historiadores cubanos, españoles y norteamericanos.

U.S.S Maine saliendo de la Bahía de La Habana en su último viaje. 1912.
U.S.S Maine siendo hundido en aguas internacionales el 16 de marzo de 1912.

Una comisión de la Marina Norteamericana en los años 70 del pasado siglo, encabezada por el almirante Hyman Rickover, determinó que las explosiones se originaron en el interior de la nave. Este informe no determinó si las reacciones fueron espontáneas o intencionadas, ese misterio seguirá navegando, de una lado al otro del estrecho floridano, entre las turbulentas aguas de la historia.