Francisco Carvajal y Cabañas fue el tercer alcalde de Mariano tras suceder a José Ramón Armona, quien a su vez había asumido tras la renuncia de José Valmaña. Durante su gobierno de ocho años (1881 – 1889) desarrolló una encomiable labor pública que lo colocan entre los mejores gobernantes en la historia del término municipal.

Fiel seguidor de la labor de Armona, quien había hecho de la educación el eje de su gestión, durante la alcaldía de Francisco Carvajal se continuó la construcción de escuelas por todo el término municipal, hasta totalizar diez, en las que se instruían niños de ambos sexos y de todas las razas y procedencia social.

Francisco Carvajal y Cabañas, todo por Marianao

Apenas un año después de haber asumido la alcaldía Francisco Carvajal se creó la sección de bomberos del municipio y en 1883 se comenzó a construir la plaza de recreo en el reparto Panorama, en la manzana delimitada por las calles Rey, Domínguez, Concepción y Santa Rosa; y a la que el Ayuntamiento acordaría llamar Plaza de Isabel II en honor a la «de los Tristes Destinos».

Al mismo tiempo que se construia la plaza de recreo para el esparcimiento de los vecinos y temporadistas, se continuaban mejorando y extendiendo las calles existentes para intercomunicar los repartos existentes con los nuevos que se proyectaban.

También se parceló la estancia El Alambique en la Playa, barrio que no dejó de prosperar y poblarse aceleradamente gracias al impulso del ramal del Ferrocarril de Marianao que hasta allí se extendió en 1884 y al ímpetu y entusiasmo de los vecinos del lugar, beneficiados por la avalancha de temporadistas que cambiaban las aguas del Pocito por los baños de mar.

Muy diferente era lo que sucedía con los vecinos de La Lisa, quienes habían pedido unirse a Marianao en el momento de crearse el término municipal, y ahora se mostraban inconformes con lo logrado para su barrio, por lo que solicitaron al Ayuntamiento presidido por Francisco Carvajal que permitiera su segregación para incorporarse al municipio de El Cano, a lo que el consistorio marianense se negó de plano.

Prueba de la importancia y prosperidad alcanzada por Marianao durante la alcaldía de Francisco Carvajal y Cabañas resulta el hecho de que se consiguiera instaurar en el municipio el Juzgado de Primera Instancia y trasladar el Consistorio y el cuartel de bomberos para la inponente casona de Calzada Real No. 158.

El único fracaso que se pudiera considerar en la muy buena gestión de Francisco Carvajal al frente del Ayuntamiento de Marianao sería el fallido intento de obtener para la población el título de villa, petición que se elevó a la corona en 1888 a iniciativa del concejal Marianao Lafuente y que Madrid dejaría sin respuesta.