Antonio Fernández Bermúdez fue el cuarto alcalde electo de Marianao y como tal gobernó este municipio desde 1889 a 1895.

Sustituyó a Francisco Carvajal, quien había realizado una notable gestión al frente del consistorio, aunque sin conseguir que la Corona le reconociese a Marianao la condición de villa.

Antonio Fernández Bermúdez y el Marianao infesto

Durante la década de 1880 Marianao había explotado como destino vacacional de los habaneros, e incluso muchos potentados habían escogido la población como residencia permanente, por lo que el municipio, que se había ido urbanizando progresivamente, había vivido una pequeña explosión demográfica.

Desafortunadamente para el alcalde Antonio Fernández Bermúdez, en la misma medida en que crecía la población del municipio lo hacía también la insalubridad, pues la inmensa mayoría de las casas existentes no contaban con las condiciones mínimas para sus letrinas y sumideros.

«Cada casa es un foco infeccioso…»

Se lamentaba el prestigioso médico local Juan Unánue en un estudio sobre Marianao, lo que impelió a Antonio Fernández Bermúdez a, dentro de los escasos recursos del Ayuntamiento, buscar solución a un problema que se agravaba por días y amenazaba a la raíz misma de la economía municipal que eran los temporadistas, pues las epidemias espantaban a los turistas como el diablo a la cruz.

Así, durante la gestión de Antonio Fernández Bermúdez se ordenó que todos los vertederos se situaran fuera del perímetro urbano; medida con la que, por sí sola, se consiguió frenar las epidemias y disminuir la mortalidad.

Con el mismo objetivo de velar por la salud de sus paisanos, Antonio Fernández Bermúdez dispuso la creación de la Junta de Sanidad de Marianao, que realizó una encomiable labor en pro de la higienizacion municipal y a la que corresponde el honor de haber sido la primera que estableció un conjunto de medidas para evitar la propagación de enfermedades infecciosas entre la niñez.

La Junta de Sanidad de Marianao quedó integrada por los más prestigiosos médicos del término municipal como los doctores Juan Unánue y Gabriel María García y fue presidida por el propio Fernández Bermúdez.

Al mismo tiempo, el alcalde se propuso organizar y regular el comercio por lo que hizo construir la primera Plaza del Mercado que existió en Marianao.

En 1895 estalló la Guerra de Independencia y Marianao se llenó de soldados, hospitales de campaña y reconcentrados que como esqueletos vivientes vagaban por las calles. Ante este trágico escenario, el alcalde, al frente del Consistorio y los vecinos del municipio, hizo todo lo que estuvo a su alcance para mitigar el escenario desgarrador en que la contienda había sumido a su localidad.