El antiguo Palacio Larrazabal fue la lujosa residencia de veraneo que hizo construir en Marianao el acaudalado Antonio Gonzalez Larrazabal.
Se encontraba situado en los predios de la antigua Quinta San Antonio en la manzana que hoy conforman las Avenidas 49 y 51, junto con las calles 82 y 84 y se terminó de construir en el año 1854, justo cuando Marianao ganaba más fama como lugar de esparcimiento y descanso de los potentados habaneros.
Fue allí, en el Palacio Larrazabal, donde la joven poetisa Juana Borrero encontró su refugio de ensueño, poco antes de salir al exilio donde encontró la muerte. En una de sus cartas confesó sentirse tentada a renunciar a todas sus inquietudes artísticas y dedicarse a la sencilla vida campestre que había descubierto en Puentes Grandes y Marianao.
Del Palacio Larrazabal al Asilo del Buen Pastor
Tras ser abandonado por su dueño, el Palacio Larrazabal se convirtió en el colegio privado «La Encarnación» que pocos años después dio paso al llamado Asilo del Buen Pastor y en la década de 1950 a otro colegio con el mismo nombre.
De estilo ecléctico, el otrora bello Palacio Larrazabal aún se mantiene en pie, aunque en estado ruinoso; lo que no impide que todavía se distinga la belleza que una vez lo iluminó. Llaman la atención, especialmente, los herrajes de la fachada, los cuales le otorgan una particular singularidad dentro del concierto de las grandes mansiones cubanas de la centuria decimonónica.
Junto al edificio principal del antiguo Palacio Larrazabal, que hoy sirve de sede a una empresa de la construcción, se alza una pequeña capilla que se construyó mucho después y que servía para los servicios religiosos de la institución benéfica que allí radicó. Al igual que el palacio, la capilla también se encuentra en ruinas.
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