El cine Strand, en la calle San Miguel entre Hospital y Aramburo, frente al Parque Trillo, barrio de Cayo Hueso, actual municipio de Centro Habana, era uno de los llamados cines de barrio de La Habana. Se encontraba ubicado en el local que hoy ocupa el Palacio de la Rumba y podía acomodar con facilidad hasta mil aficionados del séptimo arte.

Pero la historia del Strand tiene dos partes, pues existieron dos cines con el mismo nombre en el mismo lugar. El actual que vemos en la imagen anterior, con su estilo Art Decó, se construyó en 1941 luego de demoler el primero, del cual apenas hemos podido encontrar referencias y ninguna imagen más allá de una hipotética fundación en 1906.

Cine Strand, desde 1906

Concebido como cine de barrio, la historia del primer cine Strand pasaría inadvertida de no ser porque en 1917 debutó en esa sala, como acompañante de piano en las proyecciones de cine silente, la gran Isolina Carrillo, por entonces apenas una niña de diez años.

En esa época había que tocar mucho, horas y horas, pues eran dos tandas de cine: de 5 a 7:30 pm y de 8 a 12 pm. Tocábamos danzones, charlestons, foxes, canciones y todo cuanto se ajustara a las diferentes escenas de dos películas, una comedia y un documental. Apenas podíamos descansar, por eso agradecíamos cuando algún pianista «nos daba la mano» y él, a veces, me ayudaba […]. Como tantos músicos de esa época, tenía que tocar en muchos lugares para poder vivir […]. Era el modo de mejorar nuestra pobre economía.

Testimonio de Isolina Carrillo del 9 de septiembre de 1983 a María Antonieta Henríquez, en Alejandro García Caturla, Ediciones Museo de la Música, Editorial Letras Cubanas, La Habana, 2006, p. 37.

Por una nota reflejada en el diario El Crisol sabemos que hacia 1936 era propiedad del Sr. Fernando Poly, mas nos ha resultado imposible determinar si el Sr. Poly fue el dueño original que hizo levantar el primer Strand en 1906. Lo que si es seguro es que hacia fines de esa década la propiedad es adquirida por Julian Santacruz, quien contrata los servicios del arquitecto Horacio Azcué para reformar totalmente el inmueble. De ahí nace -en 1941- la imagen actual de estilo Decó, muy propio de fines de los treinta e inicios de los cuarenta del siglo veinte cubano presente en muchos de los cines de ese período.

A partir de ese momento el cine Strand, además de proyectar filmes estadounidenses principalmente, sería también usado como centro de actos por los Cómites Antifascistas del barrio de San Lázaro y el de Cayo Hueso. Actos políticos -que servían también como apoyo a la URSS- muy vinculados al partido comunista, que en ese entonces operaba bajo el nombre de Partido Unión Revolucionaria. Al respecto existen varias notas en el periódico Noticias de Hoy, que era el órgano de los comunistas, gracias a las cuales podemos afirmar que dichos actos iban acompañados de la actuación de artistas pertenecientes a la emisora MIL DIEZ.

La industria cinematográfica cubana se movía por los conocidos circuitos que funcionaban a modo de conglomerado comercial que permitía la adquisición de mejores películas de estrenos gracias al poder colectivo de sus asociados. El cine Strand pertenecía al llamado Circuito Smith, de Ernesto P. Smith, y además del cine Strand estaba conformado por los cines Riviera, Encanto, Fausto, Alkázar, Favorito, Florencia, Universal, Strand y Arenal.

Después de 1959 la propiedad del Strand aparece en manos de la cooperativa de empleados, y se mantuvo funcionando como cine hasta mediados de la década de 1980, cuando precisó de reformas que no llegaron a tiempo, perdiendo su función como cine de barrio hasta ser rescatado años más tarde como sede del Palacio de la Rumba.