La antigua casa de Esteban Borrero se encontraba situada en la calle Sierra No. 7 (hoy Avenida 51 A) muy cerca de la Calzada Real y en las inmediaciones del lugar donde se construyera el cine Margot (luego cine Alba) en el barrio de La Ceiba, Marianao.

Construida a mediados del siglo XIX por Pedro Forcade, la vivienda era un gran caserón colonial de dos pisos rodeado de jardines, con paredes de mampuesto, techo plano, balconcillos en el nivel superior, una amplia terraza y hermosos herrajes en puertas y ventanas.

El poeta Julián del Casal, quien fuera un asiduo visitante de la mansión la describe así:

«(…) Frente al murallón, serpentea un trozo de camino, sembrado de guijarros que chispean a la luz del sol. Tallos de plantas silvestres se siguen a trechos. Hacia la izquierda se extiende el río entre la yerba de sus orillas, como una banda de tela plateada que ciñera un túnica de terciopelo verde. «

Casa de Esteban Borrero en La Ceiba
Detalle de la antigua casa de Esteban Borrero en el barrio de La Ceiba (Foto de finales del siglo XX, antes de la demolición del inmueble)

Casa de Esteban Borrero

Esteban Borrero, destacadísimo patriota y médico cubano, nacido en Camagüey, quien fuera cofundador de la Sociedad de Estudios Clínicos y de la Sociedad Antropológica, ocupó la mansión de La Ceiba alrededor de 1880, cuando obtuvo por oposición la plaza de médico municipal de Puentes Grandes.

Desde entonces la casona se convirtió en centro de reunión de la intelectualidad cubana de la época: por sus salones y jardines pasaron el poeta Julián del Casal, el pintor Armando Menocal (vecino también de La Ceiba) y los sabios Felipe Poey y Carlos J. Finlay.

Fue en la antigua casa de Esteban Borrero, en el barrio de La Ceiba, donde su hija Juana comenzó a pintar y a escribir versos y donde conoció a su malogrado amor, el poeta Carlos Pío Uhrbach, quien muriera en 1897 (un año después que la joven Juana) combatiendo en las filas del Ejército Libertador.

De esa casa del barrio de La Ceiba partió Esteban Borrero al exilio al estallar la Guerra del 95 y, ya en la República se convirtió en casa de inquilinato.

Completamente tugurizada y convertida en ciartería, la antigua casa de Esteban Borrero sobrevivió parcialmente en pie hasta el año 1998 en que fue, finalmente, demolida.