Aunque su nombre oficial es calle Capdevila muy pocos habaneros usan este epónimo para referirse a la antigua calle Cárcel que surgió al costado sur de la Cárcel Nueva o de Tacón, ubicada en la zona de La Punta por el polémico Capitán General.
En 1857 el recorrido de este a oeste de dicha calle iba desde el glacis de las Murallas hasta la Calzada de San Lázaro, posteriormente su trazado varió a raÃz de la modificación del paseo de Isabel II y su conversión en el mejor cuidado Paseo del Prado habanero.
En el otro extremo también el entorno sufrirÃa modificaciones con la demolición de las Murallas y la urbanización de dicha zona como una de las más codiciadas de la ciudad. Extendiendo hasta la calle Aguiar a la calle Cárcel aunque en el futuro sus lÃmites quedarán dentro de las modificaciones que sufrirÃa el parque de La Punta donde estuvo José de la Luz y Caballero y posteriormente Máximo Gómez hasta la construcción del Túnel de la bahÃa.
La dirección del actual Museo Nacional de la Música (calle Capdevila no. 1 entre Habana y Aguiar) la extiende más allá de la Avenida de las Misiones, hasta la entrada del callejón de los peluqueros.
Con una extensión que nunca ha sido superior a los quinientos metros esta calle contiene algunas curiosidades en su trazado. La Embajada del Reino de España (antiguo Palacio Velasco Sarrá) se levanta en la esquina de la calle Agramonte (Zulueta) y fue la más conocida de dicha calle hasta la construcción del Hotel Packard, que en el extremo oeste da una visual magnÃfica de la entrada de la bahÃa, el Morro, el Prado y La Punta.
De la calle Cárcel a la calle Capdevila
El capitán Federico Capdevila se ganó el corazón de los criollos habaneros por la defensa que hizo de los estudiantes de Medicina asesinados en una de las paredes adyacentes al cuartel de Ingenieros de La Punta. En su honor, una vez instaurada la República Cubana, se destinó a su viuda una ayuda monetaria y se decidió cambiar el nombre de la calle Cárcel por el de este ilustre militar español, dada la cercanÃa de la misma con la zona de la ejecución de los estudiantes.
El gesto de poner su honor y su sentido de justicia por encima de las presiones militares -cuyo fin era aplacar el Ãmpetu independentista habanero- ante el fusilamiento oprobioso de los estudiantes le garantizó el cariño y la inmortalidad habanera. Asà lo garantizó el acuerdo 109 del 2 de enero de 1922 -aprobado el dÃa 11- que estipulaba el cambio del nombre de la calle Cárcel por el de calle Capdevila.
En el informe del primer historiador de La Habana, Dr. Emilio Roig de Leuchsenring, sobre el cambio y restitución de algunos nombres de la ciudad se defendió la validez de este cambio por «haber variado la topografÃa del lugar, por encontrarse esta calle inmediatamente cercana al sitio donde ocurrió aquel crimen polÃtico y por tratarse de una de las muy contadas personalidades oficiales de la Metrópoli que supieron durante la época colonial cubana, colocarse al lado de la justicia y del derecho, sin dejar por ello de ser españoles, recomendamos se deje el nombre de calle Capdevila«.
Algunos edificios significativos
Quizás el elemento arquitectónico más curioso de esta calle sea el Atlante de la residencia de la familia Velasco Sarrá, situada en la esquina de Zulueta y Capdevila. Sosteniendo la torre y provocando miradas de sorpresa este recurso además minimiza el curioso portal de la actual residencia de España en Cuba sobre la calle Capdevila que tiene la mitad del ancho del soportal de la calle Zulueta.
En dirección al Prado encontramos en la esquina con la calle Morro al edificio BolÃvar que es uno de los sÃmbolos más reconocibles del Art Decó en La Habana. Coronando la visual de la esquina con la gran alameda habanera se encuentra el hotel Packard de reciente construcción y que, de las construcciones modernas con fin hotelero en la zona, probablemente sea la más lograda.
Aunque sin dudas el más curioso de los detalles de esta calle se encuentra del otro lado de la Avenida de las Misiones donde se levanta la antigua residencia de Francisco Pons (actual sede del Museo Nacional de la Música) cuya numeración (calle Capdevila no. 1) la inscribe como la primera de esta curiosa calle.
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