Reseña sobre los Almacenes de Regla tomada del libro: «Los ingenios: Colección de vistas de los principales ingenios de la Isla de Cuba» de Justo .G. Cantero. Publicado en 1857.
DEPARTAMENTO OCCIDENTAL.—JURISDICCION DE LA HABANA.
El notable incremento que ha tomado en estos últimos años el comercio del azúcar en La Habana, demandaba con imperiosa necesidad la construcción de algunos depósitos de gran capacidad para recibir este precioso y delicado fruto.
Tan crecido era el número de cajas que anualmente entraban en dicha ciudad, que a mas del ruido y confusión insoportables que causaban en las calles los carretones que las conducian, deterioraban su pavimento de una manera considerable.
En 700 000 pueden calcularse los viajes de carretones que se han quitado del tráfico de la Habana; que aparte de los males que apuntamos antes, movían y formaban gran cantidad de lodo que las lluvias arrastraban a la bahía, con menoscabo de sus buenas condiciones de fondeadero y anclaje para las naves.
Almacenes de Regla.
Estas y otras consideraciones no menos importantes, hicieron nacer en algunos capitalistas la idea de emprender la construcción de los Almacenes de Regla.
La parte del terreno que ocupan dichos Almacenes de Regla, era un arrecife al S. O. del pueblo de Regla. Situados ellos al E. S. E. de la bahía de La Habana, ningun punto mejor podía haberse elegido para estas construcciones; pues resguardados por el pueblo de Regla y su bajo por un lado, por lomas al fondo y por la ciudad de La Habana a su frente, las aguas están constantemente tranquilas como en una dársena, siendo muy raras las veces en que los buques atracados a sus muelles no puedan verificar la carga o descarga de sus mercancías.
El N. E. o brisa, que es el viento mas general que en la bahía reina, permite a los botes hacer la travesía no solo cargados desde los muelles al costado de los buques, sino tambien descargados a su vuelta, siendo el costo de conduccion a bordo, desde los Almacenes, menos que de cualquier otro punto de la bahía.
Tambien están situados en la parte mas ancha de aquella, y de consiguiente los buques cargadores y costeros pueden situarse muy cerca de los Almacenes, sin impedir el tráfico en sus aguas a toda clase de embarcaciones.
Los Almacenes de Regla se empezaron a construir á mediados de 1843 por una compañía anónima, con solo un capital de 150 000 $. El primer edificio de ocho naves con 135 varas de frente y 80 de fondo, o sea 10 800 varas cuadradas sin pared alguna en el interior, con techo sostenido por 210 pilares de cantería, quedó concluido á fines de 1844. En dicho edificio pueden estar almacenadas a la vez 50 000 cajas de azúcar, con la debida separacion de marcas y clases, y el fruto de cada ingenio separado de los otros.
La primera zafra que se recibió fue la de 1845; en ese año no entraron sino 46 848 cajas de azúcar, por ser contra la costumbre que había de almacenar los azúcares dentro de la ciudad, con mucho mayor costo que en dichos Almacenes, en los cuales se pagan 3 rs. ó sean 37-1/2 centavos de peso por cada caja, incluso el recibo, el almacenaje por un año, la entrega, el peso y la reparacion de las cajas.
En la ciudad, por ser necesario pagar el almacenaje, la conduccion de las cajas desde el muelle al almacen del hacendado, y desde este a bordo, el costo es de 7 á 8 rs.
Posteriormente se construyeron dos edificios más, uno enteramente igual al primero, y el otro de 135 varas de frente con 100 de fondo o sean 13 500 varas cuadradas.
El capital de dicha primera compañía fue también en aumento, y llegó á tener invertidos en edificios muelles y otras pertenencias mas de 600 000 pesos.
En el año de 1850 se formó una segunda compañía, también anónima, con un capital de 500 000 pesos; construyó un edificio de 171 varas de frente y 100 de fondo, o sea 17 100 varas cuadradas, con 10 naves, sin pared alguna en el interior, y el techo sostenido por 342 pilares de cantería, el cual se concluyó á fines de 1851.
Ambas compañías se unieron en enero de 1854, y hoy forman una sola que se titula Compañía de Almacenes, con un capital de 1 500 000 pesos, del cual como dos terceras partes están invertidos en sus terrenos, almacenes, muelles y otras propiedades.
Por todo el frente de los Almacenes, de mampostería y teja, hay un muelle cómodo de 8 varas de ancho, todo de madera dura, con agua suficiente para buques de 20 o mas pies de calado, con una extension de 660 varas, sin contar los muelles de los costados que tienen otras 200.
Cada uno de los cuatro edificios tiene en todo su frente un colgadizo de 16 varas de ancho, y el otro colgadizo por todo su costado que cubren mas de 10,200 varas cuadradas. Estos extensos colgadizos sirven para protejer los efectos que se embarcan o desembarcan en casos de lluvia repentina y para la debida separacion de marcas y calidades. En el interior y en toda la extension de los Almacenes, hay maquinaria para izar y bajar las cajas y los demas bultos, circunstancia á la cual se debe que los envases, al entrar y salir, no se estropeen ni dejen perder nada de su contenido.
Cada edificio tiene solo un techo que lo cubre, con lucernas en él; siendo bastante la cantidad de luz que arrojan, á permitir aún en el mal tiempo, el verificar todas las operaciones de peso y demás, quedando lista la carga para aprovechar los momentos de buen tiempo para su embarque.
Las puertas y ventanas del frente, del fondo y de los costados, que son muy altas lo mismo que los techos, proporcionan al edificio mucha ventilacion, y contribuye a la conservacion de los efectos almacenados en ellos, condicion tan indispensable á los azúcares.
Las aguas que se recojen de los techos, que están construidos con tanta solidez que resistieron los dos huracanes de 1844 y 1846, bajan por cañerías en el interior de los pilares del centro de los edificios y por cloacas van al mar.
De modo que los Almacenes y colgadizos de la compañía cubren mas de 62,000 varas cuadradas de terreno, sin contar las que ocupan las oficinas, barracones y otras dependencias, y aún pueden construirse otros edificios, pues la compañía posee sobre 200,000 varas cuadradas de terreno.
Esta compañía ha establecido una caja de depósitos y descuentos, y uno de sus objetos es hacer adelantos de dinero á módico interés, sobre azúcares y otros efectos depositados en sus Almacenes: facilidad de mucha consideracion para las personas que quieren asegurar frutos para embarcar después, para los especuladores y para los hacendados, cuando las ventas dificultan por falta de buques o por cualquier otra causa.
En el año de 1853 se acumularon, á la vez en estos Almacenes, más de 180,000 cajas de azúcar, y aun hubieran podido almacenarse muchas mas en ellos, y tambien en sus colgadizos, que no llegaron á ocuparse.
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