La serie de entregas sobre las prostitutas en La Habana de los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX, está tomada textualmente del libro «La prostitución en Cuba y especialmente en La Habana», publicado en 1902.

Por esa razón puede encontrarse el lector con prejuicios, juicios de valor, términos y opiniones peyorativas que no se corresponden con el criterio de los editores de Fotos de La Habana.

La Quinta de Higiene

El edificio en que está situado la Quinta de Higiene o «de San Antonio», nombre con el que igualmente se le conoce, está en posesión del Servicio de Higiene desde 1873, época en que se fundara (…).

Ocupa un extenso paralelogramo en la esquina de la calle Saravia y Calzada del Cerro. Para hacer su descripción, nadie más autorizado que el competente Dr. Matías Duque, director de la misma, que con hábil y experta pluma así lo describe en su valiosa memoria de 1900:

«Este edificio, de bastantes buenas condiciones, estaba completamente abandonado; la miseria de la administración española lo hacía infecto, casi imposible de habitarlo. En verdad da pena consignar esto, porque es triste que los hombres que se llaman civilizados y humanos, encierren a seres desgraciados, cuyo delito consiste en tener la doble desgracia de enfermar se y los traten como a bestias, máxime pagando ellos mismos y con creces la estancia de dicho hospital».

(…) Después de la reformas hechas en 1900 ha cambiado eso radicalmente y el aspecto exterior de la Quinta de Higiene es agradable. Su frente, embellecido por un portal que mide dos metros y medio de ancho y le da una fisonomía severa y elegante, está adornado con palmas diversas en grandes macetas de azulejos.

La portería está ahora abierta, pues una mampara de madera evita la vista del interior, y está adornada con cuatro hermosas macetas con aralias. A la botica se le ha pintado de un blanco de armatoste y se han colocado doce barriles grandes de cristal para soluciones diversas (así se han suprimido el feo aspecto de los garrafones), están colocados en estantes de madera y mármol.

Quinta de Higiene de La Habana en el año 1901
La Quinta de Higiene de La Habana en Calzada del Cerro y Sarabia (Foto del año 1901)

Entre la botica y el salón de operaciones de la Quinta de Higiene existe una gran sala donde las enfermeras esperan el turno correspondiente para practicarle las curas a las internas. Esta ha sido dividida en dos, una más grande que la otra, dedicada a su antiguo empleo y la más pequeña se ha convertido en Sala para la Dirección (…).

En el extremo opuesto del edificio (…) está el cuarto de los médicos internos y los empleados de la Administración y seguido, y comunicándose con una puerta persiana, los baños e inodoros de dicha administración (…).

A la cocina de la Casa de Higiene se le han puesto pisos de cemento; las mesas de madera han sido sustituidas por otras de mármol; los fregaderos (…) son de pasta imitación a granito; a la carbonera se le ha revestido de azulejos, al igual que a las paredes hasta la altura de tres metros y medio.

Está dotada la cocina de la Casa de Higiene de dos estantes de madera para guardar la loza, una fiambrera, una máquina de cortar carne y una buena batería de cocina.

El fogón es verdad que no es de lo más moderno; pero se ha reparado hábilmente, pudiéndose cocinar en él con bastante comodidad hasta para 140 personas, como ya ha sucedido.

Como resultaba feo y hasta poco higiénico que las criadas y enfermeras de la Quinta de Higiene entrasen a la cocina a buscar comida o a calentar o preparar algo para las enfermas, se colocó un torno de cedro y mármol que da acceso natural al lado derecho (…) entre esta cocina y el torno se han instalado dos lavaderos de porcelana para la limpieza y lavado de la zona de comedores.

EL Departamento de Baños consta de siete bañaderas de mármol y dos de porcelana, todas con duchas (…)

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Planta de la Quinta de Higiene de La Habana en el año 1901

En su memoria de 1900 sobre la Quinta de Higiene, decía el Dr. Duque:

Los inodoros para el uso de las asiladas han sido cambiados de lugar, pero, aunque sea doloroso decirlo, no de condiciones. El cambio de sitio fue motivado porque el antiguo local era estrecho, un metro más bajo que el nivel del piso, no había luz, ni aire (…) pero nada hemos ganado como dejamos apuntado, o casi nada.

Es cierto que el local es más amplio, un tanto más claro y ventilado, pero la instalación en sí es la que resulta mala.

No es que sean malos los inodoros, sino que no se ha tenido en cuenta la clase de personas que iban a hacer uso de ellos: descuidadas, sucias en su mayoría; así que, sin zócalos en las paredes, diariamente, al lavarlas para quitar las inmundicias que pegan a ellas, la pintura se ha corrido y el repello va cediendo (…)

Parece ser que el tubo generador del desagüe es del mismo grueso que el de cada inodoro respectivo; lógicamente este no tiene capacidad para dar salida al agua heces fecales, papeles, trapos y algodones que las asiladas vierten en ellos y a cada rato tupen la maestra. El número de inodoros es de nueve y eso hace que regularmente haya un tanto de mal olor.

Quinta de «blancas» y Quinta de «color»

Las cinco salas de la derecha de la Quinta de Higiene son para pensionistas blancas y, por su orden, de frente a fondo, se destinan, la primera, segunda y tercera a asiladas de cualquier raza que sean, que pagan 25 centavos diarios las de las dos primeras y 50 las de la última (…)

La sala cuarta es para blenorrágicas blancas, tiene 13 camas y la quinta para sifíliticas y chancrosas blancas, con 18 camas.

En el ala izquierda de la Quinta de Higiene, siguiendo el mismo orden, la sala primera es para blenorrágicas de color, tiene doce camas; la segunda está destinada para sifíliticas y chancrosas de color y tiene ocho camas (…)

Hacia el centro del jardín existe la sala de operaciones, construida, según los dictados de la ciencia moderna en 1900 (…)

La farmacia del hospital está bien surtida no sólo de cuantos productos suelen ser necesarios en oficinas de esta índole para llenar su cometido a satisfacción, sino de cuantas sustancias nuevas se preconiza para el tratamiento de las especialidades que en el hospital se asisten, dentro del adelantado progresivo de las ciencias médicas.

Alimentación de las internas

La alimentación que se les da a las internas es abundante y nutritiva. El siguiente menú dará una idea de ello:

Lunes

Almuerzo Comida
PicadilloSopa de fideos
Papas guisadasPotaje de garbanzos
Arroz blancoCarne estofada
BeefteakArroz blanco
ViandasEnsalada

Martes

Tortilla de huevos Sopa de pan
BeefsteakFrijoles
Tasajo aporreadoArroz blanco
Arroz amarilloCarne asada
ViandasFrituras

Miércoles

Jamón en salsaSopa de arroz
PescadoCarne con aceitunas
Arroz blancoArroz blanco
Beefsteak con papasPotaje dde garbanzos
ViandasEnsalada

Jueves

Revoltillo de huevosSopa de macarrones
PicadilloJudías fritas
Arroz blancoArroz aamarillo con carne de puerco
Beefsteak Carne en pulpeta
ViandasFrituras

Viernes

Puerco guisadoSopa de tallarines
Sardinas fritasAjiaco
Arroz con frijolesArroz blanco
Beefsteak con papasCarne entomatada
ViandasEnsalada

Sábado

Pescado variadoSopa de huevos y papas
Hígado a la italianaFrijoles negros
Beefsteak Arroz blanco
Arroz blancoCarne mechada
ViandasFrituras de sesos

Domingo

Huevo fritoSopa de plátano (puré)
Bacalao a la vizcaínaPotaje de judías
Beefsteak con papasArroz amarillo con jamón
Arroz aamarillo y chorizosBeefsteak en cazuela
ViandasEnsalada

En el departamento de pensionistas se sirve un plato más y postres. Vino Rioja y agua con hielo para todas las asiladas, pan, café y la leche del desayuno de la mañana.

A pesar de esta abundante alimentación las dietas causadas por estancia, tanto de las enfermas como del personal de la Quinta de Higiene son bien económicas.