Que Víctor Mesa ha sido uno de los mejores peloteros cubanos de todos los tiempos no lo debe discutir nadie – ahí están los números, que meten miedo, y los merecidos honores que lo ubican entre los 100 mejores atletas de la Isla en el siglo XX – ¿que haya sido, siquiera un buen manáger? Ya ahí están las opiniones más divididas y se crecen los críticos del villareño, sobre todo aquellos que afirman que para ser bueno hay que demostrarlo con títulos y a VM32 (como director) las vitrinas se le quedaron vacías.

Víctor Mesa Martínez nació en la localidad de Sitiecito, Sagua la Grande, Las Villas, el 20 de febrero de 1957.

Su familia era muy humilde por lo que Víctor Mesa tuvo que aprovechar muy bien las oportunidades que le ofrecían sus aptitudes deportivas para ganar una beca en la EIDE provincial.

Víctor Mesa, la Explosión Naranja

El muchacho era rápido, tanto que ostentó el récord escolar en los 60 metros, buen fildeador, tenía excelentes desplazamientos y no era segundo de nadie con el bate, por lo que no le costó trabajo imponerse en todas las categorías menores hasta debutar con el equipo de su provincia en 1971 durante la Serie XVIII.

Durante las 20 series que se mantuvo activo sobre los diamantes, Víctor Mesa demostró ser un terremoto sobre el terreno y uno de los jugadores más completos de la pelota cubana.

Bobby Salamanca, lo bautizaría como «La Explosión Naranja» y su colega Modesto Agüero lo llamaría «Showman Mesa» porque verlo jugar era todo un espectáculo… Basta mencionar que se robó el home en siete ocasiones, casi siempre con los pitchers y catchers contrarios sobre aviso, para consternación y furia de los mismos.

Primer robo de home de Víctor Mesa

Su último robo de Home fue contra Nicaragua, en los Panamericanos del 91, ancló en tercera base y el público del Latino, que lo amaba y odiaba por igual, comenzó a pincharlo gritándole que se fuera, dicho y hecho. Así de bueno era.

En total ganaría Víctor Mesa ocho títulos del patio como jugador: cuatro Series Nacionales con Villa Clara y cuatro Selectivas con el potente equipo de Las Villas.

También lo ganaría todo con el tema Cuba, al que subió en 1981 y en el que se mantuvo de manera ininterrumpida hasta 1995 como jardinero central.

Campeón Nacional, Campeón Centroamericano, Campeón Panamericano, Campeón Mundial y Campeón Olímpico; todos esos títulos llevó Víctor Mesa a sus vitrinas.

VM32 el manáger que no pudo ganar

Pocos años después de retirarse del deporte activo, el Show Mesa fue llamado para hacerse cargo de la novena de Villa Clara, que andaba en horas bajas y quería recuperar las glorias ganadas con Pedro Jova.

Se antojaba Víctor Mesa como el hombre ideal para hacerse cargo del equipo. Había sido la gran estrella de los Naranjas por más de una década, el público lo adoraba y varios de los veteranos de más arraigo en la nómina habían jugado junto a él en los buenos viejos tiempos.

La Explosión Naranja, revolucionó a un equipo Villa Clara que se había acostumbrado a no ganar y lo volvió a llevar a planos estelares.

Desgraciadamente para Víctor Mesa, la flor que le había acompañado como jugador se le secó (más bien se le murió) como director, pues si bien logró siempre excelentes rendimientos y regularidad con las novenas que dirigió, final que jugó… final que perdió.

Particularmente recordadas son las dos barriadas (4 – 0) que les endosó Industriales discutiendo las finales de las Series XLII y XLIII cuando Villa Clara aparecía como clarísimo favorito al título.

Para ser justo, hay que reconocer que Víctor Mesa es un muy buen técnico; tiene carácter (en ocasiones mal carácter) y es capaz de hacer competitivo a cualquier bodrio de equipo. Lo malo es que ganar no se le da. Así fue con Villa Clara, luego con Matanzas y por último con Industriales.

Ver a VM32 sentado en el banco de 3ra del Latinoamericano como manáger de los Leones azules de la capital parece ciencia ficción, pero la Explosión Naranja llegó a dirigir Industriales en 2017 para ver si volvía a ser campeón… Y ninguno de los dos, ni Industriales, ni él.