El 19 de febrero de 1963 a las 9:15 de la mañana fallecía el Bárbaro del Ritmo Benny Moré en la cama 22, sala H del Hospital de Emergencias en La Habana. ¿La causa?, cirrosis hepática; ¿la edad del genio?, apenas 43 años.
Había ofrecido su último concierto tres días antes en Palmira, entonces provincia de Las Villas, pero había terminado muy mal y todo el trayecto hacia La Habana lo había realizado vomitando sangre.
Las últimas horas de Benny Moré en La Habana
Benny Moré asumió que la hora final había llegado y que debía pagar el precio de una vida de excesos. Se negó a que lo llevasen hacia el hospital y se fue directamente a su casa del reparto La Cumbre en el barrio de San Miguel del Padrón, para pasar sus últimas horas con sus hijos.
Durante las 48 horas que permaneció en el hogar sólo se levantó de la cama para ir al baño a vomitar sangre. La vida se le iba al Bárbaro y lo sabía, pero todo el tiempo se mantuvo de buen humor, jaraneando y contando historias, con tal de no preocupar a la familia.
Ya el día 18 perdió el conocimiento y la familia lo traslada al Hospital de Emergencias donde queda ingresado. Allí es atendido por el Dr. Catañeda, quien ordena que se trasfundido de inmediato, pero ya poco se podía hacer.
En cuanto se filtró la noticia de que el Bárbaro del Ritmo se encontraba delicado en Emergencias, el pueblo comenzó a presentarse espontáneamente en el hospital para interesarse por su salud. Tantas personas fueron que el Gobierno decidió que los partes médicos del Benny se divulgará por la prensa y la televisión.
A la 1:00 de la tarde de ese día 18 de febrero Benny Moré cayó en coma para no despertar más y poco después del amanecer del siguiente día era ya cadáver.
Entre grandes muestras de dolor, el sepelio partió a las 12:15 del mediodía hacia el local del Sindicato Nacional de Trabajadores del Arte y los Espectáculos (SINTAE) en Prado y Ánimas. Allí se veló en capilla ardiente y los hermanos del músico donaron para el Museo del SINTAE el sombrero tejano y la batuta de Benny Moré.
El Benny se despidió de La Habana ese mismo día y se perdió por la Carretera Central con rumbo a su querida Santa Isabel de las Lajas, donde había pedido ser enterrado.
A las 16:00 horas del 20 de febrero era inhumado en el cementerio de ese pueblo… Terminaba el hombre y nacía la leyenda.
Trackbacks/Pingbacks