Conrado Walter Massaguer, conocido como Conrado Massaguer o simplemente Massaguer (como firmaba sus obras) es, sin dudas, uno de los mejores dibujantes y caricaturistas cubanos de todos los tiempos.
Nacido en Cárdenas el 3 de marzo de 1889 vivió sus primeros años entre La Habana y Yucatán, México, donde residió su familia hasta 1908. Fue en tierra azteca -tras un periodo de estudios en la Academia militar de New York- donde dio a conocer sus primeras obras, publicadas en las revistas La Campana y La Arcadia y en el periódico El Diario Yucateco.
Conrado Massaguer, una leyenda del dibujo
Ya en Cuba comenzó a trabajar como ilustrador de béisbol en el periódico El Mundo, a la vez que colaboraba con El Fígaro, Cuba y América, El Tiempo y El Hogar y las Letras.
Dos años después, en 1910, fundaría Mercurio, la que sería su primera agencia de publicidad y en 1911 el Ateneo de La Habana presentaría su obra en una célebre exposición en la que aparecerían caricaturizados algunos de los políticos más encumbrados de la época y no pocos personajes de la cultura y las letras del país.
La naciente revista Bohemia dedicaría varias de sus páginas para reseñar el evento y haría un retrato hablado del joven Conrado Massaguer. Según la publicación se trataba Massaguer de:
«Un joven risueño que veía la vida por su lado risueño, de color de rosa, siempre sonreía, cuidaba con esmero de su aspecto personal y vestía pulcro y a la moda.»
Conrado Massaguer elevó la caricatura a un nuevo nivel y llevó su forma de vida a su obra y los personajes que aparecían en su obra. Despojó de ellos los elementos grotescos y estos lucían como él, pulcros y elegantes. En muchas ocasiones el artista los “embellecía”, sin que por ello perdieran sus caricaturas la gracia o el ingenio.
A la par que llevaba su agencia de publicidad – de la que fueron clientes las mayores y prestigiosas empresas de Cuba – fue Massaguer un destacado publicista de tres de las revistas más influyentes de Cuba en la primera mitad del siglo XX: Gráfico, Social y Carteles.
En 1916 estableció la Unión de Artes Gráficas y la agencia de publicidad Kesevén Anuncios y en 1921, junto a otros dibujantes, presentó la Primera Exposición del Humor.
Ya en ese entonces la obra de Conrado Massaguer tenía fama mundial, era reconocido en Norteamérica, Alemania, España y el artista vivía a caballo exponiendo en galerías de Estados Unidos -donde llegó a ser elogiado por Walt Disney- y Europa.
Hombre de ideas preclaras se opuso a la tiranía de Gerardo Machado y tuvo que salir exiliado a los Estados Unidos. En febrero de 1932 sus caricaturas fueron proyectadas desde la Columbia Broadcasting Estación, hasta los populares almacenes de Gimbel, en New York en lo que fueron unos experimentos novedosos de proyección, antecedentes remotos de la televisión.
Laboró activamente a favor de la causa antifascista, de hecho su caricatura Doble Nueve llegó a ser reconocida mundialmente como la más divulgada en el mundo durante la segunda guerra mundial.
En 1944 el gobierno de Cuba reconocería su aporte a la cultura nacional al otorgarle la Orden Nacional Carlos Manuel de Céspedes en grado de Caballero. También llevaría con orgullo la Orden Nacional de la Cruz Roja y la Orden Finlay.
Massaguer hasta el final
Durante la década de 1950 trabajó como director de relaciones públicas del Instituto Cubano del Turismo. El hecho de haber trabajado como funcionario en un organismo estatal durante el último gobierno de Fulgencio Batista eclipsó su estrella tras el triunfo de la Revolución Cubana de 1959.
Se negó, sin embargo, a abandonar el país, y trabajó en un oscuro puesto en el Archivo Nacional de Cuba hasta el final de sus días.
Falleció en La Habana el 18 de octubre de 1965, dejando de herencia más de 28000 creaciones artísticas.
MUY BUEN ESPACIO SOBRE LA HABANA. FELICITO A SUS CREADORES.
Muchas gracias a usted por la amabilidad. Es un honor sus palabras. Un saludo