Ignacio Cervantes Kawanagh, considerado uno de los más grandes entre los pianistas cubanos de todos los tiempos, nació en La Habana el 31 de julio de 1847. Su padre, hombre culto y distinguido le animó al estudio de la música, para la cual reveló desde muy temprana edad gran aptitud.

En 1859 fue aceptado como pupilo por el gran pianista y compositor Nicolás Ruiz Espadero, el cual en apenas cinco años le mostró todo el repertorio de Kalkbrenner, Clamer, Clementi, Moscheles, Henselt, Alkan y Dussek; así como las principales piezas de concierto de Thalberg, Liszt, Chopin, Gottschalk, Bach, Mozart, Beethoven, Weber, Hummel y Mendelsoohn.


Sello postal cubano dedicado a Ignacio Cervantes


Desarrollado su talento con Espadero, marchó Ignacio Cervantes a París en 1865 para continuar sus estudios en el Conservatorio. Allí, a la vera de Antoine François Marmontel y Charles-Valentin Alkan alcanzó la brillantez como pianista.

Ignacio Cervantes el patriota

Regresó a La Habana en 1869, después de triunfar en París y Madrid, sólo para ver con tristeza como se desintegraba la fina, culta y orgullosa sociedad criolla que había dejado un lustro antes ante la brutalidad y violencia del Cuerpo de Voluntarios.

Dedicado por completo a la enseñanza del piano, permaneció Ignacio Cervantes en la Isla hasta que en 1875 el Capitán General ordenó que, en compañía del violinista José White, fuese desterrado, acusado de recaudar fondos para la causa independentista. La profunda tristeza que le produjo el ser obligado a abandonar su patria sin saber sin volvería la reflejaría en «Adiós a Cuba» una de las piezas más tristes de su extenso repertorio.


Las «Ilusiones perdidas», «Homenaje» y «Adiós a Cuba»; tres piezas para piano de Ignacio Cervantes interpretadas por el maestro cubano Frank Fernández

Vivió exiliado en Estados Unidos y México, países en los que ofreció conciertos para recaudar fondos con destino a los patriotas cubanos. Ignacio Cervantes fue el primero de los músicos cubanos que utilizó su arte como arma de lucha y contribuyó a la formación del sentimiento de identidad nacional de sus compatriotas.

Regresó a la Isla tras la Paz del Zanjón pero volvió a salir al exilio al estallar la Guerra del 95.

Murió en La Habana, ya en Cuba independiente, el 29 de abril de 1905.

Ignacio Cervantes el músico

Ignacio Cervantes fue un músico infatigable que desarrollo una actividad extraordinaria: En La Habana tocó en sociedades, centros artísticos, casas particulares y acompañó al piano a cuanto artista de renombre visitaba el país. Su nombre figuró, durante los años que entre exilios permaneció en su patria, en cuanto programas de conciertos piadosos o no se realizaron.

Ignacio-Cervantes-en-su-estudio
Ignacio Cervantes en su estudio.

El repertorio clásico y el romántico fueron para él uno solo, y de todo supo sacar partido, al extremo de poderse asegurar que por sus manos pasaron todas las piezas para piano existentes, y todas las interpretó magistralmente, con su mecanismo fácil y correcto, su ejecución rápida, igual, limpia, segura, poderosa y su estilo, casi siempre suave, gracioso, elegante, enérgico y elevado.

Su contemporánea Revista Cubana, describía a Ignacio Cervantes con las palabras siguientes:

Cervantes no es el pianista insípido y frío que hace notas como quien hace calcetas. Cervantes no es es el pianista insensible cuya monótona ejecución convida al sueño, no, por Dios.

Cervantes es el pianista fogoso que habla elocuentemente con su instrumento, que entusiasma, que arrebata, que electriza. !Con cuanto placer lo hemos escuchado! !Qué suave colorido en él andante! !Qué sonoridad tan pura la de su piano! Eso es sentir, eso es tocar.

Y después, !qué rapidez vertiginosa, qué igualdad de fuerza y movimiento en todo el scherzo de principio a fin; los que lo oyen no pueden darse cuenta de su prodigioso mecanismo! (…)

!Bravo Cervantes, eso es sentir, eso es tocar!