Natalia Bolívar Aróstegui es un personaje que en vida se ha convertido en leyenda. Descendiente de familias de la alta aristocracia cubana, nieta de Gonzalo Arostegui, emparentada con el mismísimo Libertador de América, con la Gran Duquesa de Luxemburgo, educada en el amor al arte y el saber, debió haber sido una señorita modelo en los cánones de la sociedad habanera de entonces, pero se convirtió en «La Bruja», la intelectual, la pintora, la mujer de acción.
En el 2015, armado solo con el deseo de entrevistarla, Natalia me recibió en su casa, tamaño honor que le hacía a alguien sin nombre, ni cargo, un profesor común que deseaba beber de su sapiencia.
Durante dos horas tuve el placer de oírla, perderme en la inteligencia y picardía que emanaba de sus ojos, o la fuerza tremenda que imprimía a las palabras cuando recordaba pasajes de la historia del Directorio Revolucionario, constatar la realidad de la declaración que le hizo a Amaury Pérez:
Yo soy del Directorio.
Porque Natalia Bolívar, como sus santos, se desdobla en muchas mujeres distintas, talentosas e increíbles por separado, pero que al juntarse conforman la leyenda.
Nació el 16 de septiembre de 1934, en La Habana, como la mayoría de las niñas recibió clases de ballet, estudio idiomas, y asistió a un colegio católico, donde según sus propias palabras:
(…)las monjas querían que yo entrara a monja…
Al terminar el bachiller tomó clases nocturnas de pintura y escultura en la Academia San Alejandro, formación que continuó luego en Estados Unidos.
Al regresar a Cuba matrícula Arte Cubano en la Universidad de La Habana, un año después cambiaría su historia, cuando en 1956 el gobierno de Batista clausura el alto centro de estudios.
El cierre de «La Colina» la lleva a buscar otras vías de superación que la conducirían a iniciar el camino que habría de marcar su vida: comienza a trabajar con Lidya Cabrera y se enamoraría de un joven todo coraje, al que apodaban «Peligro«.
El largo y constante camino de «La Bruja»
Lidya Cabrera sería su mentora, su maestra, la persona que habría de dar cuerpo teórico a esas leyendas que de niña le contaba su nana negra, la Isabel Cantero a la que dedicaría varios de sus libros.
«Peligro» se llamaba José Luis Wangüemer, brillante, arrestado… la llevaría de la mano en las aguas peligrosas de la Habana de entonces, hasta terminar convirtiéndose en una mujer de acción, por lo que según ella misma:
Te puedo decir que después de 1957 y hasta hace muy poco, no volví a pintar.
Paquita de Armas. Cubadebate
A esa mujer de acción, a su vocación por el arte y la pintura, le debe Cuba hoy la conservación de muchas de sus obras más valiosas, porque al amanecer del 1ro de enero de 1959, cuando tiene noticias de la huida de Batista, su primera reacción fue acudir rauda al Museo de Bellas Artes.
Tomó una metralleta de las muchas que custodiaba en una casa del reparto Orfila, y salió a la calle, no a festejar, no a Palacio, como la mayoría de sus compañeros, ¡No! Natalia fue a custodiar la entrada del museo, e impedir lo que con toda certeza sabía ocurriría, que los oligarcas cubanos -muchos de ellos familia suya- irían a buscar sus cuadros para salir con ellos del país.
Parada en la puerta del museo, metralleta en ristre, Natalia Bolívar salva las pinturas, y casi nadie en Cuba lo sabrá durante más de cincuenta años.
Luego de 1959 asume la dirección del Museo Nacional de Bellas Artes, mientras comienza a dedicarse más a la Etnografía, vinculándose con los principales exponentes de todo el árbol Yoruba de Cuba. Poco a poco va acumulando un vasto conocimiento en el tema, pero aún no escribe, asesora a la televisión y a los directores de cine en el difícil tema del sincretismo religioso cubano y las particularidades de cada creencia.
Hasta que un día, Armando Suárez del Villar le sugirió que escribiera un libro y así no la molestaban más. Surgió de esa manera «Los Orichas en Cuba», un texto imprescindible para cualquier interesado en el tema, un bestseller que se impuso.
Participa también en la creación del Museo Napoleónico, ubicado en la antigua casa de Orestes Ferrara, aportando sobre todo en la selección de las piezas a exponer, lo que no suele saberse es que la mayoría de ellas se las había dejado Julio Lobo como regalo al abandonar el país.
Años después organiza y dirige el Museo Numismático, ubicando su sede en el antiguo edificio que ocupó el Banco Gelats y Cía. En su concepción Natalia Bolívar mezcló, tal vez por vez primera en Cuba, la numismática con la pintura, escultura, cerámica y otras artes.
La Natalia Bolívar que amamos
Natalia es una mujer admirada, mimada, querida. Este escritor, que se ha dedicado a perseguirla por dos provincias, ha sido testigo de la admiración que despierta.
Puedo dar fe de como espontáneamente la gente aplaude cuando llega a alguna de sus presentaciones, he visto cómo personaliza las dedicatorias de sus libros a todos y cada uno de los miembros de una cola inmensa. Sé que suele escribirle a los autores de artículos que abordan correctamente la historia del Directorio Revolucionario 13 de marzo, que a pesar de ser reconocida en el mundo entero no suele negar una entrevista y que acostumbra a incluir en sus oraciones pedidos de ayuda por amigos y hasta desconocidos, porque:
Todo el que me conoce sabe de sobra que la puerta de mi casa siempre está completamente abierta y mi oído receptor para todo el que de mí necesite, ya sea una información, un consejo o simplemente conversar, balancearse y tomarse un café.
Felicidades Natalia mucha salud, también tengo los Orishas en Cuba dedicado por usted en visita a San José de las Lajas. Ashe.
Yo asistí a un conversatorio que dio en la facultad dd Ciencias sociales y humanística del Varona. Embrujó con sus palabras, la sapiencia la desató con humildad poco frecuente y abrió el camino para darnos cuenta de que un país y una sociedad sincrética aún no encuentra la manera de reconocernos en ese arte diverso y religioso, donde el catolicismo no ha tenido que bregar tanto como la herencia yoruba. Felicidades a esa grande de la cultura cubana y también al autor del artículo porque fue tan abierto e interesante como la entrevistada
Yo lamento una y mil veces no haber ido a ver su película aquel día que me invitaron en el cine 23 y 13. Cuánto lo lamento 🥺
Ojalá la vuelvan a poner porque Fué un solo día
Maravillosa historia
Comparto con Ud la honrosa experiencia de haber visitado su casa, y conversar con ella, y con una de sus hijas, lo hicimos comonpor tres horas, ¡Que torrente de información! ¡cuanta sapiencia! Aquello fue un placer de infinita satisfacción!
Natalia Bolivar… una mujer exquisita, que complementa con total naturalidad y sencillez una basta sapiencia y un refinamiento sin ninguna afectación. Tuve el privilegio de escucharla t después conocerla en mi propia Ciudad d Bejucal en una Conferencia que sin grandes pretensiones -como ella siempre- impartió de modo Magistral. Una MUJER que se queda por siempre sembrada en el alma de quien tiene el privilegiode conocerla.
Natalia es una Diosa de Cuba. La adoro. Ashe Madrecita.🌻
Excelente. Me culpo una y mil veces por mi desconocimiento pero me inclino respetuoso y agradecido ante Natalia, su obra y su ejemplo. Vale la pena que de divulgue massu vida y su obra. Sepa que le mando un abrazo afectuoso.
Una charla con ella es una clase de enseñanza para la vida. Tuve la oportunidad de conversar con ella en casa del profesor de Folclor Alfredo Ofarril. Bendito día. Felicidades en su cumpleaños. Los cubanos la amamos
Y la honramos.
Muchas gracias por tan bello articulo sobre mi persona. Agradezco los lindos recuerdos y comentarios de felicitaciones. He cumplido 87 años muy acompañada por las muestras de cariño recibidas
Yo quisiera que Natalia Bolivar expusiera las entrevistas con mi padrino Guillermo Diago yo recuerdo que siendo niña ella iba muchas veces a entrevistar a mi padrino por su gran sabiduría y me imagino que debe de tener todos esos vídeos guardados hasta más cuando mi padrino tristemente falleció ella tomo fotos y videos de aquel momento tan doloroso pero tan valioso en lo que respecta a todas las ceremonias que se le hizo
Muchas gracias por las palabras tan bellas y cariñosas hacia mi madre Natalia Bolívar. Ella se ha emocionado mucho con tantos elogios. Han hecho un buen relato de su vida. GRACIAS,GRACIAS, GRACIAS.
No tengo el gusto de conocer en persona a Natalia, una enciclopedia de la cultura cubana,para ella toda mi admiración y respeto, una memoria viviente de nuestra raíces afrocubana, ashé para ella .