Aggayú, o Aggayú Solá en su variante más adorada, es un oricha mayor, patrón de San Cristóbal de La Habana, hijo de Obbatalá y Oroiña, protector de estibadores y choferes.

En el proceso de transculturación de la sociedad cubana, el sincretismo religioso constituyó piedra angular de la identidad nacional. Como parte de su integración a la nueva realidad los negros africanos comenzaron a usar las fiestas religiosas para adorar a sus orichas, asignándoles nombres del santoral católico en dependencia del parecido en los atributos o de la historia.

De esa manera San Cristóbal terminó siendo el medio para adorar a Aggayú.

¿Por qué Aggayú es San Cristóbal?

En su obra «Los orichas en Cuba» Natalia Bolívar dice:

Aggayú Sola se sincretiza con San Cristóbal. Según una de las leyendas más populares, Cristóbal era un gigante que ayudaba a los hombres a cruzar cierto río, ancho y turbulento. En una ocasión ayudó a cruzar al mismo niño Jesús, lo que determinó su conversión al cristianismo. Murió como mártir durante el imperio de Decio. Su día secelebra el 25 de julio.

La sincretización de Aggayú con San Cristóbal se presenta como muy natural: ambos ostentan grandes poderes, acostumbran a cargar niños sus hombros y sus leyendas se encuentran vinculadas a un río.

Este escritor considera que algo debe haber tenido que ver también, en su sincrétización, la importancia de la Ceiba en el culto a Aggayú. Como quiera que San Cristóbal de La Habana celebra su fundación alrededor de una.

Los hijos de Aggayú encuentran remedio en la ceiba

Así dice un viejo refrán Yoruba que recoge Doña Lydia Cabrera en su obra el «Monte«, y encierra la esencia del asunto. Pues aunque la Ceiba no es el árbol que le pertenece –Natalia Bolívar dice que le pertenece la Palma-, su importancia en el culto es enorme.

Aggayú
La Ceiba, árbol sagrado de los Yorubas

Según Lydia Cabrera, algunos informantes plantean que es Aggayú uno de los orichas a los que le pertenece la Ceiba, pero afirma que la misma es un atributo de muchos orishas. Aunque acepta que la tierra que rodea la Ceiba está llena del poder de Oddun y Aggayú. Curioso resulta que, según sus informantes, la Ceiba que se usará para ofrenda se siembra el 16 de noviembre.

Aggayú, el oricha de las fuerzas terrenales

Le pertenecen los ríos que dividen los territorios, así como la fuerza de sus corrientes, la lava que perfora la corteza terrestre, los terremotos que la conmueven y el impulso que la hace girar eternamente. 

Su fuerza es tan grande que no va nunca a la cabeza del creyente, solo a los hombros, el cual se recibe por lo general, después de haber coronado Changó, pues la versión más aceptada lo pone como padre del oricha del fuego, ya que fue el hijo que tuvo Aggayú con Yemayá. Aunque Lydia Cabrera recoge testimonios, de viejos santeros, que lo sitúan como hermano de Changó e hijo de Obbatala.

Según el Pataki más conocido de Aggayú Sola:


Aggayú Sola era un gigante poderoso y temido: el dueño del río que se precipitaba desde lo alto. Acostumbraba ayudar a cruzar la corriente, pero siempre exigía que le pagaran.

En cierta ocasión le hizo el favor ,a Yemayá (otros informantes dicen que a Ochún), quien no tenía con qué pagarle y tuvo que acostarse con él para contentarlo. De esta unión nació Changó, aunque Aggayú no supo nada. 

El gigante era tan temido que dejaba la puerta de su casa abierta de par en par, aunque la tenía abarrotada de viandas y frutas; nadie se hubiera atrevido a entrar. Un día, sin embargo, Changó, que es muy fresco, se metió en la casa, se lo comió todo y hasta se acostó a dormir en su misma estera. 

Cuando Aggayú volvió del campo y vio el espectáculo, sin pensarlo dos veces agarró a Changó y lo tiró dentro de una hoguera que, por supuesto, no ardió. Entonces lo cargó y lo llevó a la orilla del mar para ahogarlo, pero Yemayá apareció y, muy solemne, le hizo saber que era su propio hijo. 

No por eso se acabaron los problemas, En cierta ocasión Changó pasó por Orunzale y vio que la gente del pueblo andaba como los zombies. Changó se empeñó en saber quién era el rey del pueblo y, tras muchos esfuerzos, descubrió que era Aggayú y fue a verlo.

«¿Para qué tú quieres saber quién es el rey?», dijo Aggayú encolerizado y Changó le contestó: «Papá, es que este pueblo no puede tener a la cabeza un rey tan fuerte. Todos andan muy mal, no oyen, no contestan, no hablan. No quiero que sigan sufriendo.»

Fue así como se pusieron de acuerdo y, desde entonces, Changó va a la cabeza y Aggayú a los hombros. Es por eso que los hijos de Aggayú tienen esa perfecta comunión con Changó y dicen: «Changó con orun para Aggayú.»


Es temperamental, colérico y belicoso, atributos que transfirió a su hijo Changó, por eso quienes adoran a  Changó deben adorarlo también.

Su fuerza y carácter deben ser los motivos por los que sus nombres en la Regla Palo Monte son: Brazo Fuerte, Bola del Mundo, o Cabo de Guerra.

Sus hijos son: 

Hombres violentos y coléricos, físicamente poderosos. La ternura suele desarmarlos. Son amigos de los niños y fáciles víctimas de mujeres con apariencia frágil, porque supuestamente necesitan protección.

Natalia Bolivar. Los orishas en Cuba.

Según Lydia Cabrera:

La sopera destinada a contener a Aggayú tiene dos cuernos,cuatro piedras y dieciséis mates. Como es dueño del río, su otán permanece nueve días amarrada y sumergida debajo del agua. Una hija de Oshún lleva el neófito a buscarla al río, y durante estos días, allí se le ofrenda.

Al parecer, con el tiempo su receptáculo cambió, lo cual es lógico, ya que muchos de los informantes de Lydia Cabrera eran viejos santeros, muchos de los cuales habían nacido en el siglo XIX, pues según Natalia:

Se entrega en un lebrillo de madera o de barro, decorado con sus nueve colores. Cuando se asienta lleva nueve herramientas que acompañan a la piedra o fundamento, en forma piramidal u otra que sugiera una elevación .

Aggayú
Altar a Aggayú. Foto tomada del libro «El Monte»

En lo artístico se le han dedicado canciones y rezos musicalizados, que puedes ver en este link.