La tarde, con sus 5 grados, se desparramaba gris y fría sobre el Paseo del Prado de Madrid, presagiando una noche nada cálida. Las luces de la Gran Vía iluminaban el frontis del edificio de Casa de América, cuando dos cubanos perdidos se topaban de frente con Robertico Carcasses. Buscando todos la entrada al homenaje a Pablo Milanés.
Así llegó Fotos de la Habana al homenaje al genio de la Nueva Trova, luego al doblar una esquina ya no estábamos más en España, rostros de cubanos conocidos conversaban y fumaban ruidosamente a la puerta del recinto.
La imagen de la espera fue ya impactante, pues aunque el programa anunciaba una verdadera constelación musical no decía nada acerca de compartir el tiempo a dos metros del maestro Vitier, Liuba, Rosa Marquetti… era el preámbulo prometedor de una noche que sólo Pablo Milanés puede orquestar.
Una sala abarrotada, muy pequeña en sus 250 capacidades, nos hizo pensar en Cuba y sus exilios desgarrados, buscando anhelantes un rayito de Patria que los una y haga olvidar la nostalgia.
Esperábamos un inicio directo, impactante, donde la música de Pablo rompiera el leve murmullo de los presentes. Mas la apertura fue un símbolo de la importancia del negro Milanés -como diría un ausente y extrañado Sabina-. Un directivo inaugura la noche con palabras de agradecimiento al hecho de haber sido escogidos, un año atrás, para la capilla ardiente de un músico tan importante, y ahora para el homenaje en su primer aniversario. Concluye diciendo que eso significa que ellos están haciendo bien su trabajo como centro unificador de culturas afines.
A continuación presenta a Rosa Marquetti, quien hace un recorrido por la obra del homenajeado, en la cual evidencia la importancia que tuvo como elemento unificador de ritmos como el son, el bolero, el feeling… hasta la creación de la nueva trova:
“Pablo Milanés abrió las puertas a una nueva canción”
Con estas palabras flotando en el aire comenzó la descarga, que no concierto, donde -como diría García Marquez en la introducción del disco “Querido Pablo”- cada cual cantó lo suyo en su ritmo, en su onda.
“Pablito estamos en casa tocando”
Estas palabras del maestro Vitier explican la noche, son la clave para entender por qué se acabó el frío y comenzó la calidez.
Abrió Iván Melón, con una hermosa versión de “Amame como soy” y a partir de ahí fue un no parar -como se dice en Madrid-, Andrés Suárez, Vitier, Pedro Pablo Rodríguez, Robertico Carcasses, Frank Delgado, Miguel Nuñez y Clara Varona, Malena Nuñez, Martha Gómez, Rosa León, Uxia, Victor Manuel, Liuba María Hevia, Carlos Varela, Pedro Guerra, Ana Belén, Marwan, Ivón Tellez, Lynn Milanés y Renecito de la Cruz.
¿Cómo se hizo para reunir tantas estrellas? Los propios músicos lo explicaron:
“Pablo me ayudó a cambio de nada, algo que en todos los años que llevo en la música nadie más ha hecho por mi”, Andrés Suárez.
“Mientras vivan sus canciones habrá belleza”, Martha Gómez.
«Gracias Pablo, por tantos años de amistad, por tantas y tantas canciones«, Víctor Manuel.
«Yo soy trovadora gracias a dos grandes maestros, Silvio Rodríguez y Pablo Milanés”, Liuba María Hevia.
“Si no fuera por Pablo yo no hubiera existido. También fue un padre«, Carlitos Varela.
«Qué emoción estar aquí celebrando a Pablo. Le conocimos hace cuarenta años en la Habana, y fue tan generoso…. Espero que esté orgulloso de esta noche«, Ana Belén.
Homenaje a Pablo Milanés: El breve espacio en que si estás
Sentados en esa sala de Madrid mi hermano y yo fuimos transportados a la casa colonial de nuestras infancias en Cienfuegos, a los años en que aún no entendíamos la enorme simbología de sus canciones, ni éramos capaces de ver hasta qué punto sus letras se volverían un símbolo.
La primera certeza fue cuando Andrés Suárez se apartó del micrófono y entonó a capella «Si ella me faltará alguna vez», inundando la sala con su voz, sólo pude pensar que a Pablo le hubiese encantado. Y luego, cuando Robertico Carcasses se negó a cantar solo y exigió la presencia de Frank Delgado y de Pedro Pablo Rodríguez, recordamos las improvisadas peñas en nuestra casa, donde músicos diversos se reunían por cualquier motivo y terminabamos todos cantando «Amo a esta Isla», “Hoy la vi” y tantas otras.
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