El Mercado de Abasto de Marianao o Mercado Municipal, conocido popularmente como la Plaza de Marianao, se encuentra situado en la intersección de la Avenida 51 con la calle 126 y se considera como el mercado agropecuario más importante de ese municipio de La Habana.
Se estableció en ese lugar – que entonces era la confluencia de la Calzada Real con la calle Almendares – el 29 de junio de 1890 con el objetivo de organizar el comercio de productos agropecuarios en el pueblo de Marianao, el cual se había extendido notablemente desde que se descubrieran los manantiales de El Pocito medio siglo antes.
Fue el Mercado de Abasto la obra más importante que se realizó en el municipio durante la gestión del alcalde Antonio Fernández Bermúdez, quien se distinguió también por realizar una notable campaña de higienización en el término.
Se escogió la esquina de la Calzada Real con la calle Almendares porque la misma se encontraba no sólo al centro de la población, sino que también quedaba a corta distancia de los principales repartos que se habían construido en Marianao y frente por frente al Bilbao que era en ese entonces el más importante almacén de víveres de la localidad y punto de reunión de los vecinos.
Constructivamente la Plaza de Marianao no era muy diferente de otros grandes mercados erigidos en La Habana durante la segunda mitad del siglo XIX: Estaba compuesta por dos niveles rodeada por una arcada que la recorría en toda su extensión y que protegía de los elementos a clientes y comerciantes.
La Plaza de Marianao, corazón comercial del municipio
Desafortunadamente, apenas una década después de su apertura, el 20 de enero de 1899, la Plaza de Marianao fue arrasada por un voraz incendio.
Correspondió entonces al alcalde Francisco Leyte Vidal – primero electo por el pueblo en sufragio directo – reconstruir el mercado, una tarea difícil en medio de la crisis de posguerra, pero que pudo llevar a feliz término gracias al apoyo de las clases vivas del municipio.
La nueva Plaza de Marianao reabrió sus puertas el 24 de febrero de 1900 y se mantuvo funcionando de forma ininterrumpida por medio siglo.
En 1951, el alcalde Francisco Orúe (el mismo que acuñar a aquello de «Marianao, ciudad que Progresa») se propuso construir un nuevo mercado de abasto para el municipio.
Exponía el alcalde Orúe, con toda la razón del mundo, que la vieja Plaza de Marianao resultaba ya insuficiente para satisfacer las necesidades de la población del municipio, la cual se había multiplicado varias veces; y que el viejo mercado se había tornado, además, insalubre, a consecuencia del paso inclemente del tiempo y la sobre explotación a la que había sido sometido.
Finalmente, agregaba Orúe para salirse con la suya, apelando a la vanidad de los vecinos, Marianao, como la segunda ciudad más importante de Cuba, merecía un mercado a la altura de los mejores de La Habana.
Así, el alcalde consiguió la aprobación del Ayuntamiento para echar abajo el viejo mercado y construir sobre el la modernísima Plaza de Marianao que abrió sus puertas en 1953 con el nombre oficial de «Mercado Municipal».
Este magnífico edificio de corte moderno, que contaba con todas las condiciones necesarias para la comercialización y preservación de los alimentos y que constituyó un orgullo para los comerciantes de Marianao es el mismo que, con los achaques del tiempo y la falta de mantenimiento, ha llegado hasta nuestros días y aún se yergue orgulloso en la esquina de 51 y 126.
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