El ejemplo de los hermanos Sabín es uno más dentro del amplio desarrollo e integración de los emigrados españoles, particularmente gallegos, hacia la antigua colonia insular de Cuba. En el caso particular de los gallegos su presencia en La Habana se vio coronada por el gran centro social ubicado en la zona más exclusiva de la ciudad.

Sin embargo, lo que me llevó hasta los hermanos Sabín no fue nada relacionado con el Muy Ilustre Centro Gallego, ni con la Fundición de Ángel Velo, ni siquiera con la bodega de Antonio Sabín ubicada en la esquina de Villegas y Teniente Rey que luego tomaría el nombre de «La Nacional» y que tiene su propia historia.

Desandando la calle Omoa, de camino a la calzada de Cristina, me encontré el curioso pasaje en el cual vivió un amigo de crianza de mi esposa. Debía llevarle un encargo a ese lugar y reparé en un detalle del pórtico que no había visto anteriormente «Los Tres Reyes», 1902, F. Sabín. Así comienza esta historia.

Los hermanos Sabín, gallegos y comerciantes

Francisco, Manuel y Antonio Sabín Teijeiro -aunque con el tiempo se puede ver alguna modificación en al forma de escribir sus apellidos- vinieron durante la última década del siglo XIX. Vinieron progresivamente y todo parece indicar que el mayor, Francisco, sería el primero en llegar y hacer fortuna, permitiendo la llegada de sus hermanos y posteriormente más familiares.

Detalle de la entrada del pasaje en Omoa 218 con el nombre de F. Sabin en la entrada. Esta edificación parece haber sido construida para viviendas y es una de las propiedades que los hermanos Sabín tuvieron en la zona.

Establecidos primeramente en la calle Romay 42, fueron ampliando sus negocios a otras zonas cercanas a la calle Monte. Antonio Sabín llegaría a montar en la esquina de Romay y Monte una bodega que parece ser parte del negocio principal que operó la familia.

Iniciaron como bodegueros y pudieron ampliarse posteriormente a varios negocios de importación, todo indica que especialmente vinculados a su natal Galicia.

Centro Gallego, Beneficencia y Banco Gallego

Como activos miembros del Centro Gallego participaron en las actividades y celebraciones del mismo. Algunas de ellas organizadas por el propio Francisco Sabín quien fue secretario y tesorero en distintas etapas. Dentro del asociacionismo gallego ocupó también posiciones destacadas en la Caja de Ahorros Gallega en cuya junta permaneció durante décadas.

Centro Gallego de La Habana-

Este puesto no estuvo exento de polémica pues fue acusado, junto al antiguo presidente del Centro Gallego José López Pérez, de hacer mal uso de las inversiones del mismo.

Viendo la poca repercusión que estas denuncias tuvieron, parecen formuladas como propaganda opositora dentro de los programas previos a las campañas de elección de dicho centro pues siguió vinculado activamente al movimiento gallego. Por sus esfuerzos en pos de dicha comunidad sería nombrado Socio Benefactor -Bienhechor- en 1909.

Aunque Francisco Sabín llegaría a ser el más conocido y rico de los hermanos Sabín, tanto Antonio (Vocal del Centro Gallego) como Manuel (miembro de la directiva del Centro de Detallistas) fueron activos comerciantes y figuras reconocidas dentro del mundo mercantil y el asociacionismo gallego.

Franciso Sabín Teijeiro de Narón a La Habana

En junio de 1918 el hotel Florida de la calle Obispo acogió un gran acto de celebración en honor de Francisco Sabín, la figura capital de los hermanos Sabín, quien ejercía entonces como «tesorero del Centro Gallego y miembro importantísimo de la Beneficencia y Banco Gallego». Las varias revistas que cubrían la vida de la comunidad gallega en La Habana detallan el gran banquete con admiración.

1918-francisco-sabin-tesorero centro gallego

El hotel Florida estaba regenteado entonces por un gallego de apellido Canto y era secundado por Pepín Lage, razón para elegir ese lugar para la celebración. Se prepararon «cuatro amplias mesas del Florida, adornadas profusamente de flores, en forma de lira, ocupadas completamente de distinguidos miembros de la colonia«.

Los hermanos Sabín, como muchos otros emigrados gallegos, cántabros, asturianos, vasco-navarros o canarios, vinieron al país a hacer fortuna pero muchos de ellos no pudieron volver a sus regiones de origen por el amor y los lazos que les unieron a la isla de Cuba.

1913-ferrol-y-su-comarca

En el caso del «opulento propietario» Francisco Sabín Tejeiro su amor por su aldea de Sedes (Narón), cercana a Ferrol, quedó patente cuando donó más de diez mil pesetas en el año 1920 para la construcción de una escuela y hogar benéfico.

La labor de Beneficencia de este comerciante abarcó ambos lados del Atlántico, a pesar de vivir la mayor parte de su vida en Cuba, no dejó de visitar Ferrol, de donde era su esposa doña Josefa Romero, y la cercana población de Narón.

Esta acción le granjeó la concesión de la Real Orden por su «esfuerzo en fomentar la instrucción en su país natal» por parte del Sub-Secretario encargado del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. Junto a su esposa dirigió además de las diversas empresas que tenía en La Habana («La Defensa») y A Coruña, el centro social «Ferrol y su Comarca«