Fotos de la Habana conversa hoy en exclusiva sobre La Habana, con Gerardo Alfonso, uno de los imprescindibles trovadores cubanos, perteneciente a la generación que ha sido llamada «Los Topos». Dueño de una lírica y un estilo musical que lo han llevado a grabar temas que han logrado la etapa más sublime del creador: la fusión de su obra en el imaginario popular.

Gerardo Alfonso
Los Topos homenajeando a Santiago Feliú. Varela, Frank Delgado y Gerardo Alfonso

FH: ¿Qué significa La Habana en su obra?

GERARDO ALFONSO*: La Habana es un tema medular en mi trabajo por varias razones:

 Primero, comencé a hacer canciones refiriéndome al entorno donde vivo que es La Habana. Segundo, para mí es el sitio más entrañable del mundo. Aquí nací. Hice mis estudios, mis amistades. Mis amores más importantes, mis hijos, mi carrera, etcétera; y por último, las canciones que le he escrito a La Habana han sido las de más suceso en mi obra y es en la forma en que el pueblo me reconoce.

FH: ¿Cómo influyó el vivir en barrios obreros en la formación de su estilo musical, sus canciones, o en la creación del ritmo guayasón?

GERARDO ALFONSO: En realidad se llama «Barrio Obrero», como el «Vedado» se llama así. La influencia de la cultura popular del «Barrio Obrero» fue muy fuerte en el sentido de que aprendí a nivel de ADN la cultura afrocubana a través de las religiones yoruba y abakuá que allí se practican. Esa música la llevo como parte de mi psiquis y mi corazón y de una manera muy sencilla y fácil puedo hacer canciones con esos patrones rítmicos. De ahí salieron mis géneros, el «Guayasón y el O’changa«.

FH: ¿Qué sentimientos, vivencias, o añoranzas por los lugares originaron la canción «Sábanas Blancas«?

GERARDO ALFONSO: Sábanas blancas ilustra un recorrido que hacía desde mi casa en el Vedado a la casa de mi abuela en San Miguel del Padrón. Refleja un poco los lugares donde he vivido, estudiado, trabajado, y nació de observar esa costumbre habanera de colgar sábanas en los balcones a pesar de que estaba prohibido por el decreto ley 27 que tiene que ver con el ornato público. Las fiestas y el alucinante paisaje urbano de la ciudad.

Canción: «Sabanas Blancas»


FH: ¿Por qué una canción al caballero de París?¿ Por la figura, por el significado en las leyendas habaneras…?

GERARDO ALFONSO: El caballero de París era un personaje cotidiano en mi adolescencia. Exótico como era me llamaba la atención cada vez que visitaba la esquina de 12 y 23 en el Vedado, donde él pernoctaba. Allí había una pizzería donde él y yo comíamos. Yo la pizza y él la sobra. Se sentaba en un rincón a confeccionar flores de papel periódico y dormía la siesta sentado cabizbajo sobre una caja de madera en la esquina de la cafetería «La pelota». Él tenía un pelo muy largo y duro, como terminé teniendo yo también. Y su singularidad era para mí una de las joyas más preciada de la estampa habanera.

Canción dedicada al ilustrado caballero de París.


FH: ¿En el plano del artista, cuáles son las influencias más directas que te ha brindado la ciudad?

GERARDO ALFONSO: La gente, la arquitectura, el malecón, la diversidad de estilos de vida. De esas influencias salieron canciones como «Aquí cualquiera tiene» o «Habana, llena de gente» por citar dos ejemplos.


Gerardo retrata en esta última canción su concepto amplio de La Habana, una ciudad que abarca a todos sus hijos.

"Todo es un mismo hilo, 
todo culpable, todo inocente, 
corren la misma suerte los detenidos 
y los que siguen la moda".

Para luego seguir con el estribillo que hace una radiografía de la superpoblación de la capital cubana al tiempo que reivindica la maravilla que genera ese conglomerado de orígenes que confluyen en la ciudad. No en balde uno de los nombres de La Habana es ciudad de contrastes, ciudad maravilla.

"Habana llena de gente, 
tantas para amarte como para entristecerte,
 unas para odiarte y otras para embellecerte".

FH: ¿Dónde se pierde el Gerardo cotidiano?, ¿qué recuerdos te traen los sonidos habaneros que se manifiestan en tu obra?

GERARDO ALFONSO: No me pierdo, tengo una interacción muy fuerte con la urbe, la cotidianidad por placer y por fuerza, pues cojo «gacelitas» o «almendrones» para moverme entre municipios y voy a pie a casi todos los lugares 2 kilómetros alrededor de mi casa.

«Los sonidos no me traen recuerdos, yo vivo dentro y con esos sonidos».

Gerardo Alfonso manifiesta la importancia del sonido urbano de La Habana y su idiosincrasia en sus canciones y su vida.

Supongo que los que escuchen mis temas, personas ajenas a mis experiencias, les provoquen cierta añoranza, sobretodo los que viven fuera de Cuba y/o algún recuerdo de algo mencionado con textos o con música.

FH: ¿Qué cree que es más fuerte en el imaginario colectivo de la creación artística de la Habana, la idiosincrasia del habanero o la arquitectura monumental de la ciudad?

GERARDO ALFONSO: La idiosincrasia del pueblo en 1er lugar. Ten en cuenta que esta es la capital de todos los cubanos, donde se funde y se renueva una cultura endémica con influencias universales y es internacionalmente muy concurrida. Toda esa interacción social crea una melcocha con una dinámica única. Pero la Habana es una de las maravillas del mundo moderno también por el eclecticismo arquitectónico y hasta desgraciadamente por los derrumbes de las casas en mal estado.

*Las respuestas a las preguntas son literales del entrevistado, pues tuvo la amabilidad de enviarlas inmediatamente vía WhatsApp.