Extracto sobre el primer teatro chino en La Habana tomado del libro: «Apunte Histórico de los Chinos en Cuba» de Antonio Chuffat Latour, editado en 1927.
En Cuba, había un grupo de individuos retrógados, que sostenían y mantenían el oscurantismo, la abyección de los infelices negros y chinos.
Había que mantener a Cuba con toda su integridad para España; acompañada de la esclavitud de los negros y la contrata leonina de los chinos.
La Aristocracia no podía por ningún concepto, codearse con la mesocracia republicana. Era imposible que el señorito de abolengo, consintiera que un patrón fuese a su mesa. Mucho menos la introducción social.
Las preocupaciones eran muchas para que la democracia republicana no tuviese aceptación dentro de la nobleza arraigada.
No fueron sólo españoles los que intentaban mantener la esclavitud de los negros, ni que trataran despiadadamente a los esclavos.
Hubo otros que fueron peores, que los linchaban y quemaban vivos, para jactarse luego de humanitarios y progresistas.
El primer teatro chino en La Habana
En el mes de Marzo, llegaron de San Francisco de California, los chinos Carlos Chang, Li Weng, Wong Yot Sen y Lay Fu ; constituyendo una sociedad con el objeto de construir un teatro chino, que fue
abierto en la calle de Zanja y San Nicolás, en la Habana, con un capital de quince mil pesos.
Le fue designado al chino escultor Choy Men, para que construyera los muñecos, títeres de madera, que eran manejados por los chinos que tuviesen buena voz para el canto.
El escenario era caprichoso y raro, no se veían a los músicos. Era una especie de tablado todo cerrado, en forma de un reducto octagonal, desde donde se exhibían los muñecos que representaban a los grandes señores de la antiguna leyenda china. La Dinastía de Men, los antiguos proceres descendientes de Chun Wa, verdaderos chinos.
El precio de entrada, era de dos reales fuertes. Representaba el teatro como apoderado, Don Francisco Gasso, persona prestigiosa, el infatigable defensor de los chinos, en unión de los señores Agustín Chuffat, Pedro Pa, Abraham Lan y Luis Pérez, que daban constantes batallas en defensa de sus paisanos, cuanto se rela-
cionaba en asunto oficial.
Cuando se perseguía a los chinos cimarrones, estos señores los libraban con su propio peculio, y Don Francisco Gasso, era quien se entendía con el gobierno.
Aparece la charada china
En el mes de Mayo, se constituyó la sociedad bancaria de juegos de botón, fantan, chiffa, charada.
Con un capital de quince mil pesos, compuesta la sociedad de los chinos señores Francisco Afi, Coru-tak, Juan
Man y José Pom (Nam Joy Pau).
Comenzaron las tiradas, en la calle de Lealtad números 126 y 128.
La tirada de los 37 bichos representaba a los antiguos personajes de los juegos la letra «chi», letra «ffá», flores.
En el 1873, lo jugaban exclusivamente los chinos; los cubanos no se habían penetrado, ni conocían el fan-tan ni el chi-ffá.
Tampoco los chinos revelaban a los nativos, los juegos de su país, eran muy reservados y conservaban la gran confidencia para con todos los blancos y negros.
Dado el carácter chino de aquella época, cuando se les preguntaba, daban por respuesta «Pa mi no sabe», incomprensibles e impenetrables por todo concepto.
El chino, jamás reveló los grandes secretos que poseyera de sus medicinas y de sus juegos a los cubanos; siempre existía la desconfianza, por el maltrato que habían recibido de sus opresores.
Si se le hubiese tratado con otra consideración, en bien de la humanidad, quizás habríamos obtenido de ellos los grandes secretos de la flora cubana.
El gran botánico Kan Shi Kong, descubrió el remedio para la gangrena, y los remedios consiguientes para la clorosis, como para la impotencia. Jamás reveló a ningún nativo, las maravillosas medicinas.
El Chi-ffá, verdadero, lo jugaban los chinos en grandes apuestas.
Aún no conocemos este juego, debido a los signos clásicos chinos. La charada semi criolla (esta fue llamada por los cubanos el juego de los chinos y sufrió gran ataque por parte del gobierno colonial) de majá, ratón, gato, piedra fina etc. es una charada figurada, llena de pillaje.
La Chi-ffá, china verdadera, (letra flores), se colgaba primero el rollo donde iba impreso el personaje, y luego se abría publicamente, sin enterarse el banquero de la cantidad de dinero de los apuntadores.
Terminada las apuntaciones de letra-flores Chi-ffá, uno de los apuntadores que presenciaba la tirada, era el encargado de desenvolver el rollo donde se exhibía el personaje.
Este anunciaba el nombre o los nombres de «Cam» (Oro); «San » (Montaña); «Fuk» (Salud); «Chion» (Guerrero) y sucesivamente hasta los treinta y seis signos de la Dinastía de Men.
La China, de la Dinastía de Men, hacia el 1514 al 1525, no contaba con la existencia de vapores, menos marineros, ni tampoco en Europa por esa época existían vapores.
Está comprobado que el Chi-ffá, de gato, elefante, marinero y demás hombres, han sido ideados y confeccionados por un grupo de jugadores empedernidos.
Ha sido para engañar a los incautos, constituyendo el peor de los bandidajes.
Es la corrupción, la calamidad más grande que puede tener una sociedad.
En Septiembre 5 de 1873, se declaró un gran incendio, quedando destruida la Plaza de Vapor de la Habana, donde sufrieron grandes pérdidas los chinos comerciantes que tenían puestos de viandas y frutas, carnicería y pescadería.
En este mismo mes, ocurrió la desastrosa expedición del «Virginius», el apresamiento por el cañonero «Tornao» que mandaba el Comandante Don Dionisio Costilla.
Esto causó gran sensación entre los chinos contratados, pues estos abrigaban la esperanza de ser libres si los cubanos triunfaban.
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