Domenico Pogolotti, conocido como Dino Pogolotti fue un empresario y urbanizador italiano; famoso por haber construido el primer reparto obrero de Cuba, fue el padre del pintor Marcelo Pogolotti y el abuelo de la destacada intelectual Graziella Pogolotti.

Nació en Guiaveno, Piamonte, en el Reino de Italia el 9 de enero de 1873. Hijo de panaderos, tuvo una niñez y primera juventud sin penurias económicas. Aún así decidió probar suerte en las Américas y se embarcó con destino a los Estados Unidos.

Sin apoyo en la Gran Manzana tuvo que trabajar como camarero y estibador y, en términos generales, las pasó canutas hasta que, a través de un anuncio, conoció a un rico industrial que buscaba un peofesor de francés para su hija.

El intrépido Dino Pogolotti, que de francés sabía un poquito, se presentó para el empleo, aceptó trabajar sin paga y terminó casándose con la hija de su patrón.

La herencia de su esposa sería la base sobre la que el italiano construiría su fortuna en Cuba cuando en 1898 se marchó a vivir en la mayor de las Antillas como secretario personal de Frank Steinhart, cónsul de los Estados Unidos y futuro dueño de los tranvías de La Habana.

Dino Pogolotti y el primer barrio obrero de Cuba

Con la herencia recibida por su esposa, Dino Pogolotti adquirió grandes terrenos en Marianao con el objetivo de urbanizarlos, aprovechando la natural expansión de la ciudad hacia el oeste y el establecimiento de las líneas del tranvía, dos acontecimientos que multiplicaban por mucho el valor de los terrenos adquiridos.

En 1910 el gobierno de la República, por medio de una Ley presentada por el Sr. Luís Valdés Carrero, votó un crédito para construir el primer reparto obrero de Cuba y Dino Pogolotti, que por ese entonces era dueño de una fabrica de ladrillos y presidía la Compañía Urbanizadora de Marianao ganó licitación de las obras. Según El Fígaro:

Los terrenos en donde van a construirse estas casas tienen, en realidad, una situación excepcional en cuanto a altura e higiene.
(…)

Hay otra ventaja grande a favor de dichos terrenos, y esta es la abundancia y eI servicio perfecto de distribución de agua del Acueducto de Vento, cuyas cañerías maestras atraviesan el Reparto, en toda su extensión, con un diámetro de 10 y de 6 pulgadas, respectivamente, acometiendo a dos tanques de cemento armado, conectados directamente con la Estación de Bomberos de Palatino.

Conprendió el italiano que esa era su oportunidad de trascender y se esmeró en que la calidad de las obras fuera la mejor posible, dentro de los límites que imponía el presupuesto y que contaran con la mejor red de servicios posible. Es preciso señalar que la ley aprobada establecía que las casas serían de mampostería y tejas, de 4.00 m. de puntal, subdivididas interiormente, formando sala, comedor, dos habitaciones dormitorios, cocina, baño y servicio sanitario, todas estas piezas en una superficie fabricada de 48.00 m.

Las casi mil casas de Redención, que fue como oficialmente se llamó el reparto por acuerdo del Ayuntamiento de Marianao, eran humildes, pero cómodas, confortables y frescas. Todas contaban con agua corriente y luz eléctrica y estaban bien comunicadas con La Habana a través de las líneas del tranvía.

Lugar de construccion de las primeras casas de Pogolotti
Fotografía de 1910 que muestra donde se comenzarían a construir las primeras cien casas de la licitación ganada por Dino Pogolotti

Como parte del proyecto construido por Dino Pogolotti, al reparto Redención se le construyeron varias tiendas y hasta un teatro para el esparcimiento de los vecinos.

Al final, en reconocimiento al trabajo del empresario italiano, la gente común comenzó a llamar al reparto «Pogolotti» y «Pogolotti» se ha quedado hasta nuestro días.

Finalizado el reparto Pogolotti, Dino continuó con sus planes de urbanización en otros terrenos de su propiedad. Desafortunadamente para él, esos proyectos no prosperaron; en gran medida porque el empresario italiano aspiraba a construir repartos de élite en zonas que ya carecían de atractivo para las clases cubanas más adineradas.

Fue así que Dino Pogolotti giró hacia los más variopintos negocios: Intentó construir una refinería de petróleo en el reparto Zamora en Marianao, invirtió en una mina de cobre en Matanzas y hasta trató de obtener fertilizantes utilizando cangrejos como materia prima.

Por último, se propuso construir la mayor fábrica de ladrillos de América Latina, empresa para la cual hipotecó todas sus propiedades y que también fracasó.

Abatido, desencantado y con la salud quebrantada decidió regresar a su tierra natal. Establecido en el Piamonte, falleció 31 de mayo de 1923 a la edad de 50 años.