La calle Rastro, en los municipios Habana Vieja y Centro Habana, se extiende de forma irregular desde su nacimiento en el los linderos de la antigua Estación de Cristina hasta la calle Belascoaín.

A lo largo de su recorrido de ocho manzanas, se mezclan casas de viviendas, industrias y comercios, que se hacen más notorios en los cruces de las vías más importantes que conecta: Vives, Monte y Belascoaín.

¿Por qué Calle Rastro?

Originalmente se llamó calle del cangrejo o «de los cangrejos» y comunicaba a la Plaza de la Reina Amalia con el Rastro de Ganado Menor, que ocupaba las manzanas comprendidas entre las calles Belascoaín, Campanario y Antón Moco (hoy calle Condesa).

Precisamente fue el antiguo Rastro de Ganado Menor de la ciudad el que terminó por dar el nombre definitivo a la calle, pues una vez que se urbanizaron esas parcelas en la segunda mitad del siglo XIX y los primeros años del XX, la antigua calle del Cangrejo se extendió hasta Belascoaín y comenzó a ser llamada y denominada en los planos de la ciudad como calle Rastro.

En el Rastro de Ganado Menor, como bien explica su nombre se encontraban los corrales de cerdos, aves, carneros y otros animales que servían para alimentar a la población habanera.

Justo enfrente de la calle del Campanario Viejo (hoy Campanario), como aparece en los planos de la época y explica el historiador Jacobo de la Pezuela en su «Diccionario Geográfico Estadístico, Histórico de la Isla de Cuba», y muy cerca del desaparecido Puente de Chávez (en el llamado «Campo de Peñalver») existía un gran edificio administrativo, en el que los empresarios declaraban sus existencias y pagaban los impuestos exigidos por las autoridades para el ejercicio de su actividad.

Curiosamente, al alcanzar la calle Rastro su extensión actual y adoptar ese nombre, la numeración se inició desde la calle Belascoaín, en el edificio más notable de todos los que existen a lo largo de su recorrido: el Conservatorio Amadeo Roldán.

Esta bella construcción de aspecto neoclásico, con sus enorme columnas corintias, se inauguró en 1943 para sede del Conservatorio Municipal de La Habana y por él ha pasado incontables talentos de la música cubana.