La espaciosa calle 124 de Marianao destaca como una de las más importantes del municipio y testigo de primera mano de importantes acontecimientos históricos, sociales y culturales.
Trazada durante la colonia en el histórico Marianao – cuando nadie podía siquiera soñar que ese pequeño poblado de las afueras de La Habana llegaría a convertirse en la segunda ciudad más importante de Cuba – los vecinos le llamaron Paseo de la Reina, por tener en el centro un sendero arbolado por el cual salían en las tardes a caminar y disfrutar del fresco.
Del Paseo de la Reina a la calle 124 de Marianao
Tras el fin de la soberanía española el Ayuntamiento decidió cambiarle el nombre a la calle y renombrarla como Salvador Cisneros Betancourt, en honor al noble patricio camagüeyano que fuera dos veces presidente de la República en Armas.
A mediados de la década del 30 volvió a cambiar de nombre y fue rebautizada como Avenida 4 de Septiembre, en honor al movimiento militar ocurrido en esa fecha de 1933, que tan graves perturbaciones provocó en la vida política de la República y que fuera punto de despegue para la meteórica carrera militar de un hasta entonces desconocido sargento llamado Fulgencio Batista.
Sin embargo, como siempre sucedió en La Habana y sus alrededores, los vecinos se resistieron al cambio de nombre y continuaron llamando a la calle «Paseo», nombre que aún mantiene arraigo entre los marianenses por más que los números hayan terminado por imponerse.
Fue en 1957 durante el mandato del alcalde Francisco Orúe que el Ayuntamiento de Marianao acordó eliminar los viejos nombres de las calles del municipio y otorgarles a estas números (pares para las calle e impares para las avenidas).
A partir de entonces el antiguo Paseo de la Reina pasaría a ser conocido como la calle 124 de Marianao, denominación que ha conservado hasta el día de hoy.
Desafortunadamente el antiguo Paseo, ya calle 124, perdió gran parte de su belleza cuando el separador central fue eliminado para dar más amplitud a la calle y adaptarla al gran tráfico vehicular que existía en la ciudad.
Desde entonces las clases vivas del municipio lucharon denodadamente para convertirla en una gran Avenida, alrededor de la cual se asomaran los principales edificios administrativos (propósito que nunca se consiguió porque, sin ir más lejos, el bello edificio del Ayuntamiento se levantó en la Avenida 49).
También trataron, inútilmente, que su trazado se extendiera hasta la playa de Marianao, para así convertir a la calle 124 en un eje comercial que uniese el centro administrativo del municipio con los repartos más acomodados de su periferia.
Sí se construyeron en la misma calle 124 de Marianao, algunas obras públicas de importancia como la Plaza Cívica municipal, la Casa de Socorros y el Monumento a Máximo Gómez.
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