El Banco H. Upmann era un antiguo banco comercial situado en la calle Amargura No. 1 al 3 esquina a Mercaderes en La Habana.
Era propiedad de H. Upmann y Compañía y se inauguró el 24 de enero de 1904, convirtiéndose en el momento de su apertura en el primer edificio que se construía en La Habana destinado a banco y oficinas.
Los Upmann eran la más poderosa familia de origen alemán establecida en Cuba, con numerosos intereses en el comercio, las finanzas y la industria; especialmente en la tabacalera, donde se habían hecho presentes desde que el Capitán General Miguel Tacón les concediera el permiso para la elaboración de la marca «La Madama».
Con el paso de los años giraron hacia el negocio de la banca y en la década del 80 del siglo XIX tenían sus oficinas en la calle Cuba No. 64 (antiguo). Desde allí hacían pagos por cable y gestionaban letras con sus agentes en New York, Londres, París, Hamburgo, Bremen y casi todas las ciudades importantes de España.
Del Banco H. Upmann al BANDEC
Las obras del Banco H. Upmann fueron ejecutadas por la contratista Krajewski & Pessant que ejecutaron el proyecto de Luis Dediot, apoyados por el maestro de obras Joaquín Subirana.
Constaba el Banco H. Upmann de dos plantas con un puntal de 15 metros (8 en la primera y 7 en la segunda). Esa altura total excedía el máximo permitido en las regulaciones urbanas vigentes, pero los promotores argumentaron que era necesario para mejorar las condiciones higiénicas del local, el cual estaría muy concurrido en las horas más cálidas del día, y obtuvieron la excepción.
Construido en una parcela esquinera, la fachada del Banco H. Upmann abarcaba los planos de las calles Amargura y Mercaderes y en su ángulo se colocó la entrada principal. La armazón del edificio era de hierro y sus paredes de cantería labrada, muy sólida, sobria y carente de ornamentos.
Los grandes ventanales de la fachada, con rejas en la planta baja y balconcillos en el nivel superior, seguían la costumbre de la época, al igual que la bella puerta de madera labrada.
Tanto el banco como la fábrica de tabacos de los Upmann fueron perjudicados por las medidas tomadas por el gobierno cubano contra los ciudadanos de los Imperios Centrales cuando Cuba entró en la Primera Guerra Mundial siguiendo la estela de los Estados Unidos y al producirse el crack bancario de 1921 su situación era precaria y ambos quebraron.
El banco desapareció y la fábrica de tabacos, sita en Belascoaín y Carlos III, así como la marca de tabacos y cigarrillos pasó a manos de los acreedores de los Upmann.
Tras el triunfo de la Revolución Cubana el edificio del antiguo Banco H. Upmann se convirtió en la sede del Instituto Técnico de Finanzas y en las décadas de 1980 – 1990 en el edificio radicó la Escuela de Superación Bancaria.
Restaurado por la Oficina del Historiador de La Habana, en la actualidad es una sucursal del Banco de Crédito y Comercio (BANDEC).
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