El cine México, que antes se llamara cine Buenos Aires, era un pequeño cine de barrio con capacidad para 750 espectadores situado en la intersección de las calles Salvador y San Anselmo en el el Canal del Cerro.

Fue construido durante la República en regio estilo Art – déco, como una buena parte de los cines habaneros. Sin embargo, la escasez de ornamentos en la fachada del cine México lo acerca también al Movimiento Moderno, que terminaría por imponerse en la arquitectura cubana de los años 50.

Edificado en un parcela esquinera que limita al fondo con la troca a través de la cual corre la Vía Blanca, el cine México distribuía su aforo en dos niveles y tenía sus salidas de emergencia por la calle San Anselmo. Contaba, además, en cumplimiento de las regulaciones urbanas con un amplio portal y dos taquillas. Su puerta de acero y cristal daba acceso a un acogedor lobby desde el cual los clientes accedían a la sala.

Cine México visto desde Vía Blanca
El cine México visto desde la Vía Blanca en febrero de 2022 (Foto de Ruslán Olivares Cúcalo para Fotos de La Habana ©

Del Cine Buenos Aires al Cine México del Cerro

Originalmente se llamó Buenos Aires, pero la fiebre del cine mexicano en Cuba y la cantidad de películas de esa nacionalidad que se exhibían en la sala hizo que, a comienzos de la década de 1940, su propietario Ramón Fernández Ledón le cambiara el nombre a «Cine México».

Fueron los años 50 la época de mayor esplendor de la pequeña sala de barrio, que competía bien con el centenar y medio de cines que existían en La Habana en esos años.

Tras el triunfo de la Revolución Cubana el cine México del Cerro fue nacionalizado por el nuevo gobierno de la Isla y pasó a ser administrado por el ICAIC.

Comenzarían entonces largos años de abandono y falta de inversión que provocaron un enorme deterioro en el cine México. Aún, así se mantendría funcionando hasta bien entrada la década del 90 en que se convertiría en uno de los últimos cines del Cerro en echar el cerrojo.

El local, que nunca más volvería a funcionar como cine, a pesar de los deseos de los nostálgicos y las promesas de las autoridades, tendría, a partir de entonces, variados usos, con la constante de continuar acumulando deterioro año tras año