El reparto Cañas de Pluma era uno de los que conformaba el barrio de Los Pocitos y uno de los primeros que se urbanizó en Marianao a partir de la segunda mitad del siglo XIX, tras los núcleos originales de población de Los Quemados y Marianao.

Como su vecino, el reparto Navarrete, el reparto Cañas de Pluma debe su fomento a la iniciativa, que en aras del progreso del territorio de Marianao – que era en ese entoces uno de los sitios de veraneo de los preferido por los habaneros – desarrolló la Sociedad de Fomento presidida por el acaudalado Salvador Samá.

Reparto Cañas de Pluma
Fragmento de un plano del pueblo de Marianao en 1892. En rojo aparece señalado el reparto Cañas de Pluma

Reparto Cañas de Pluma, un descanso de lujo en El Pocito

La urbanización del reparto Cañas de Pluma se aprobó por el Ayuntamiento de La Habana en 1859 y el proyecto original permitió que se parcelaran 18 manzanas (trece regulares y cinco irregulares), con calles anchas de catorce metros.

A Cañas de Pluma debió Marianao el surgimiento de varias calles nuevas como San Cándido (actual Avenida 69), San Faustino (actual Avenida 67), Santa Emilia (hoy calle 128) o Pluma (128 B).

A la vera de estas nuevas calles se levantaron bellas residencias de estilo colonial y neoclásico, de mampostería o madera, con grandes y frescos portales corridos a los que se asomaban altos ventanales, protegidos por soberbias rejas.

Varias de estas casas en el reparto Cañas de Pluma han llegado hasta nuestros días, la mayoría muy modificadas debido a los numerosos cambios de uso que sufrieron a partir del abandono de sus propietarios originales una vez que «El Pocito» dejó de ser una atracción para los temporadistas habaneros y estos comenzaron a preferir la Playa, a la que accedían con facilidad por el nuevo Ferrocarril de Marianao.

A los pocos años del surgimiento del reparto Cañas de Pluma y sus elegantes vecinos, Navarrete y Corinto, los terrenos yermos que se encontraban entre estos y el río Quibú comenzaron a llenarse de asentamientos marginales, poblados, sobre todo, por negros recién emancipados y sus descendientes que impusieron allí sus costumbres y su religión.

Así, el futuro barrio de Los Pocitos o del Pocito quedaría conformado por los otrora elegantes barrios de veraneo de las clases mas ricas del país y las pobres chozas del estamento más pobre y marginal.