En los predios que hoy ocupa el conocido mercado agropecuario de 19 y B en el Vedado, se alzaba la imponente y majestuosa residencia familiar de don Marco Aurelio González-Carvajal, II Marqués de Pinar del Río desde 1909 y III Marqués de Avilés a partir de 1920, y de su esposa María Josefa Ruiz y Olivares, II Marquesa de Pinar del Río, casados en diciembre de 1900.
María Josefa Ruiz Olivares era hija de don Luciano Ruiz de los Cuetos, un poderoso banquero, vicepresidente del Banco del Comercio y Presidente de los “Ferrocarriles Unidos de La Habana y Almacenes de Regla” a inicios de la República.
Palacio del Marqués de Pinar del Río
El Palacio del Marqués de Pinar del Río fue un fabuloso proyecto de 1916-1917 de la prestigiosa firma de arquitectos y contratistas “Morales y Mata” de los hermanos Luis y Leonardo Morales Pedroso en sociedad con el arquitecto José F. Mata.
Su entrada principal estaba por la calle B No. 410 entre 17 y esquina 19, Vedado. Estaba colindante, en dirección hacia la calle 17 esquina B, con la anterior y primera residencia de los Marqueses, que fue otra colosal mansión proyectada por el arquitecto norteamericano Thomas M. Newton entre 1909-1910 y que al mudarse los Marqueses hacia la de B No. 410, se la arrendaron a don Agapito de la Cagiga Aparicio y su esposa María Luisa Gómez Mena Vila (fueron en 1927 los Condes de Revilla de Camargo) hasta que se mudan a la otra mucho más conocida mansión de 17 esquina E hacia el año 1937 y que fue de su hermano José Gómez Mena Vila.
Tuvieron como único hijo a Rafael González-Carvajal y Ruiz, IV Marqués de Avilés desde 1924 y III Marqués de Pinar del Río tras el fallecimiento de don Marco Aurelio en 1931.
Años después, la tragedia golpearía a la Marquesa de Pinar del Río, cuando también pierde a su hijo Rafael en un accidente de tránsito cerca de Matanzas, el 1ro de abril de 1945 justo el mismo día que cumplía sus 41 años de edad.
Rafael había sido un gran coleccionista de obras de arte, y en 1954 la Marquesa decidió donar al Museo Nacional de Bellas Artes un lote de 77 pinturas conocido como el “Legado Carvajal”.
Esta espléndida residencia de B, No. 410 esquina 19, fue demolida en los años 50, cumpliéndose la ultima voluntad de la Marquesa de Pinar del Río, tras su fallecimiento.
Este palacio quedaba en 17 y E (calle Baños), que lo recuerdo de niña. Frente a la Casa de la Condesa de Revilla Camargo, y me dolió mucho que lo tumbaran, especialmente por esa torre alta que parecía de cuentos de hadas.