El antiguo y bello edificio de la Remington Rand, con su llamativa fachada de mosaicos sevillanos – que antes había sido joyería y luego fue biblioteca municipal – se encuentra en la calle Galiano No. 208 (antiguo 38) entre Conde Cañongo y Virtudes, Centro Habana.

Se construyó en los años 30 del siglo pasado, sobre la base de un inmueble ya existente, por el empresario José Álvarez Ruiz, quien mandó a grabar sus iniciales JAR en la fachada del edificio. La planta alta (como resultaba común en la época tuvo uso civil y la baja se utilizó como comercio: casa de préstamos, joyería y objeto de arte, lo que explica la magnificencia de su fachada.

Edificio de la Remington Rand de Cuba
El antiguo edificio de la Remington Rand de Cuba en la calle Galiano 208 (Foto de Ruslán Olivares Cúcalo para Fotos de La Habana)

De la Remington Rand a la Biblioteca María Villar Buceta

En la década del 40′ el edificio fue arrendado por la compañía Remington Rand de Cuba, una sucursal de la Remington Rand de Nueva York, Estados Unidos, que se dedicaba al giro de las máquinas de coser y de escribir, así como a la importación de todo tipo de material de oficina.

Tras el triunfo de la Revolución Cubana de 1959, el inmueble fue nacionalizado por el Estado cubano que le dio varios usos (entre ellos el de sectorial de los CDR) hasta que en los años 70′ lo convirtió en la Biblioteca Municipal María Villar Buceta, función que mantuvo hasta su clausura definitiva a finales de la década de 1990.

Filtraciones en los techos del edificio obligaron a su cierre; las mismas filtraciones que en 1999 provocarían el colapso del techo y la demolición de las estructuras interiores.

Quedaría sólo su impresionante fachada de azulejos sevillanos y el recuerdo de la Remington Rand, e incluso el de la Biblioteca Municipal María Villar Buceta, se irían disipando en el tiempo y nublado en el imaginario popular; hasta el punto que muchos hoy la confunden con otras joyerías con Le Trianon.

Ha existido siempre un marcado interés de la OHC por restaurar el edificio de Galiano 208, por su singularidad y valores patrimoniales. Sin embargo, a pesar de que un cartel anuncia que el futuro uso del edificio ya ha sido decidido (será un escuela taller) las obras se siguen dilatando en el tiempo (el inmueble, por ejemplo, no fue incluido en las acciones que se acometieron en la calle en saludo al 500 aniversario de La Habana).

La pérdida de tiempo a la hora de acometer la reparación de la antigua Remington Rand ha provocado, a su vez, la pérdida, seguramente irreversible, de un número cada vez mayor de elementos artísticos de la fachada; no sólo por la acción de los elementos de la naturaleza y los años, sino también a consecuencia de los actos vandálicos que, desafortunadamente, son cada vez más frecuentes en la ciudad.