A Regla Torres, la mejor voleibolista del mundo en el siglo XX, no le gustaba el deporte, odiaba entrenar… Sin embargo a los veinticinco años ya lo había ganado todo.

La leyenda de aquel equipo espectacular no hubiese estado completa, si un día cualquiera de 1983, una madre no hubiese llevado a su hiperactiva y espigada hija a un gimnasio de voleibol. La niña se llamaba Regla Torres, había nacido en La Lisa un 12 de febrero de 1975, y tan solo nueve años después de aquella tarde en que su madre la llevó a conocer el voley, sería la campeona olímpica más joven del deporte de la malla alta.

Regla Torres, la leyenda del 10

Cuando con apenas diecisiete años Regla Torres debutó, con el número 10, en el equipo de las Espectaculares Morenas del Caribe, se tejía, acaso sin saberlo, una cábala que se haría presente ocho años después, cuando en la hora cero -a sólo un set de caer aplastadas ante el equipo ruso-, Regla Torres recordó sus creencias y a nombre de todas hizo una promesa a la Virgen de la Caridad, o a Oshún como le llamaban en su barrio natal.

El 10 es uno de los números sagrados de la oricha, las cubanas ganaron tres set seguidos y consiguieron una de las victorias más legendarias de la historia del voleibol.

Cuando apareció por primera vez, en el equipo grande, era una mulatica aún con rasgos de niña que impresionó a todos, pues con 1.91 cm de altura, reflejos de primera, versatilidad de ataque y excelente recibo solo necesitaba ganar en peso par ser indetenible.

Vaya si lo consiguió, se volvió una de las mejores atacadoras del mundo, no solo era una tremenda central, sino que podía transmutarse en auxiliar, opuesta, o ejecutar corridas perfectas.

Tanto que a los veinticinco años, cuando la mayoría anda tratando de decidir qué hacer con su vida, Regla Torres estaba por retirarse, luego de ganar tres medallas de oro olímpicas, tres campeonatos del mundo, cuatro grand prix, dos copas del mundo, dos centroamericanos y tres Panamericanos.

Regla Torres y la historia de una promesa

Las Espectaculares habían perdido ya dos, de los tres set, en la final de Atenas 2000. En el banco de Cuba Idalmis Gato lloraba, Regla Bell callada mantenía la cabeza baja, Mireya Luis y Eugenio George daban ánimos y trataban de trazar estrategias de remonte, pero la esperanza estaba lejana, la cadena de Olimpiadas ganadas quedaría en dos y ellas, el mejor equipo femenino de fines de siglo serían humilladas.

En ese momento Regla Torres recordó a la Virgen, a los creyentes de su barrio y el ritual de pedir promesas. Entonces hizo la suya: si ganaban, cada una del equipo le llevaría a la Santa un regalo. No lo consultó con nadie, no pidió opiniones, tomó la iniciativa como otras veces había pedido la pelota, o como aquella vez que para defender al equipo persiguió a una jugadora brasileña por todo el taraflex.

Regla Torres
Imagen de una joven Regla Torres (tomada del FACEBOOK de Manos Morenas del Voley peruano)

El resto es historia, y si la memoria no me falla ella marcó el último tanto de aquel increíble quinto set.

Regla Torres y Freddy Mercury

En el año 2001, con tan solo veintiséis años, la Federación Internacional de Voleibol la eligió como la mejor voleibolista del siglo XX y fue exaltada al Salón de la Fama.

Tres años después, una invitación la llevó a Suiza, en compañía de Eugenio y Mireya, para participar, aparentemente en la apertura del torneo masters de Montreux.

Cuenta Regla, que fueron invitados a una plaza donde se desarrollaría una actividad, y notaron que junto a la estatua de Freddy Mercury había otra cubierta:

Me pidieron develar la figura y cual sorpresa verme ahí, con el pelo corto y en una acción de bloqueo. Fue un gesto muy lindo que nunca olvidaré. Después la dejaron permanentemente en la sala donde cada año se juega este evento. Realmente me sentí orgullosa de ver la estatua de una cubana, joven y en vida con semejante reconocimiento. No olvidaré ese gesto

ECURED

Luego del tempranísimo retiro, aquejada aparentemente de problemas en las rodillas, Regla Torres se mantuvo ligada, como entrenadora y comentarista, al deporte que la hizo famosa y del cual fue, durante una década, gracias a su belleza y figura esbelta, su rostro oficial a nivel mundial.

Regla Torres como entrenadora del equipo italiano Master Olimpia Garavini en 2017 (Foto tomada del sitio Worldofvolley)