Si una actriz representa el alma del teatro en Cuba por todo lo que le ha aportado esa es Verónica Lynn, quien posee una trayectoria en las tablas tan destacada como larga.

Verónica Lynn López Martínez nació el 7 de mayo de 1931 en el pueblo de San Diego de los Baños, Pinar del Río, un pequeño balneario que era muy popular por las cualidades medicinales de sus aguas.

De familia muy humilde, desde muy niña Verónica Lynn vino a vivir a La Habana. En esta ciudad tuvo la suerte de poder estudiar en la escuela de monjas «Las esclavas del Sagrado Corazón» en el barrio de Luyanó, que era un colegio destinado por la Iglesia para las jovencitas de pocos recursos.

Allí aprendió corte y costura, mecanografía, taquigrafía e inglés; y allí, en una obra de carácter religioso, se paró por primera vez en un escenario y descubrió la que sería la pasión de toda su vida.

Su carrera como actriz comenzó en la década de 1950 desde las tablas, donde mantuvo una presencia habitual a lo largo de dos décadas.

No sería hasta el año 1971, en plena madurez artística, que Verónica Lynn debutaría en el cine, en el clásico de Titón, «Una pelea cubana contra los demonios». Casi tres lustros después protagonizaría «Lejanía» (1985) de Jesús Díaz.

En total, Verónica Lynn ha intervenido en una treintena de películas, un número más que notable si se toma en cuenta la producción cinematográfica cubana y lo tarde que la actriz llegó al séptimo arte.

También ha trabajado en alguna que otra telenovela para la televisión cubana (particularmente recordado es su personaje de Doña Teresa en Sol de Batey); pero más allá de eso, Verónica Lynn ha sido una mujer del teatro.

Con una extraordinaria capacidad para desdoblarse, Verónica Lynn ha interpretado desde los clásicos hasta los personajes más entrañables del universo teatral cubano, desde la burguesa Luz Marina de «Aire frío» a la mulata solariega de «Santa Camila de La Habana Vieja», a la que estrenó mundialmente y es uno de sus más grandes afectos.

Verónica Lynn en Candelaria
La carrera de Verónica Lynn ha sido tan larga como activa. En la imagen, ya octogenaria, en la película «Candelaria» junto a Alden Knight.

Verónica Lynn del cine a la televisión

La larga trayectoria de Verónica Lynn en las tablas, que sin temor se puede clasificar como fundacional, fue reconocida en 2003 cuando se le entregó a la actriz el Premio Nacional de Teatro; un reconocimiento al que seguiría en 2005 el Premio Nacional de Televisión.

Sería en medio de esta vorágine de lauros que la longeva actriz cubana definiría en una entrevista lo que, para ella, era y debía ser un actor:

«Un actor es alguien que sea capaz de vestirse, de entregar su sangre, su cuerpo, su pensamiento, su vida, su todo a un ser diferente, que incluso es de otra época, que es de otro país, que vive conflictos que tú jamás has enfrentado, y que, no obstante, eres capaz de darle tu piel… «

Entrevista con Magda Resik